Info|Krisis.- El Congreso del Partido por la
Libertad recientemente celebrado ha dado el visto bueno para iniciar un proceso
de convergencia con otras fuerzas identitarias. Plataforma per Catalunya se
definirá en breve y España 2000 ya se ha expresado en la misma dirección. Además
de estos partidos, existen otros interesados en el mismo proceso, lo que da
lugar a pensar que antes de fin de año puede consolidarse definitivamente una
fuerza política de carácter identitario y social-patriota con presencia en más
de una docena de provincias y una “masa crítica” como hacía décadas que no se
concentraba, avalada por una veintena de cargos electos. Poco todavía, pero más
que suficiente para partir y mucho más de lo que ha existido en anteriores
experiencias. A partir de ahora, pues, hace falta pensar de manera comunitaria
y establecer: análisis político, programa, estrategia, imagen, organización.
Dentro de las reflexiones
iniciales, se nos ocurre una que está en el sentir de la militancia identitaria
y social-patriota: la llamada “acción
social”. Nosotros mismos, el año pasado por estas fechas sugeríamos la
posibilidad de celebración de un encuentro de lo que llamábamos “Organizaciones
de Apoyo a la Población Española” (OAPEs). Si, posteriormente, no
insistimos en esa idea fue porque consideramos que todavía no habíamos
aquilatado experiencias suficientes como para poder extraer conclusiones sobre
la actividad de los “hogares sociales” y de iniciativas similares. En los
últimos meses, creemos que hemos reunido suficientes conocimientos en esa
dirección y estamos en condiciones de replantear sobre bases más sólidas la
actividad en ese sector que, vaya por delante, seguimos viendo como capital.
Ahora bien, es preciso realizar algunas precisiones y abrir un debate al
respecto. Por nuestra parte, hemos deducido 8 TESIS SOBRE LA AYUDA SOCIAL:
1ª Tesis
LA “ACCIÓN SOCIAL” NO ES,
NI PUEDE SER, EL SUSTITUTO
PARA LA “ACCIÓN POLÍTICA”.
PARA LA “ACCIÓN POLÍTICA”.
El error más habitual que se ha
realizado en el medio identitario y social-patriota ha sido el convertir en prioritaria la “acción social”,
sacrificando a esta actividad buena parte de la “acción política”. Durante
dos años, algunos grupos locales han estado realizando una dinámica absorbente:
recogida de alimentos ante los supermercados, almacenamiento y clasificación de
alimentos, distribución de alimentos, para volver a iniciar el ciclo una y otra
vez. A lo largo de este ejercicio algunas formaciones (E2000, por ejemplo) han llegado
a mover al mes siete toneladas de alimentos y a distribuirlos en sus distintos
“hogares sociales” y a través de la Organización de Apoyo a la Población
Española (OAPE) “Españoles en Acción”. Muchas juntas locales, durante meses,
solamente se han dedicado a esta tarea, cifrando en ella todas sus esperanzas
de crecimiento. Allí donde se ha reproducido esta dinámica, se ha comprobado
ampliamente su ineficacia. La lucha política es creación, captación,
organización, agitación, propaganda. La
“acción social”, tal como se ha practicado en muchas juntas locales terminaba
siendo un fin en sí mismo y realización de una tarea “humanitaria” que
tiene poco que ver con la política. Hace falta despojarse del “prejuicio
humanitarista”: ni estamos obligados a
saciar el hambre de los sectores sociales pauperizados, ni podemos subordinar
un proyecto de reforma de la sociedad, de ruptura con el mundialismo y la
globalización, de reforma constitucional, a unos simples repartos de alimentos.
Así pues es preciso establecer prioridades:
- PRIMERO: la construcción de una fuerte organización política
dotada de cuatros capacitados, con estrategia definida, lúcida en su programa y
en su análisis de la realidad, con objetivos que conquistar bien definidos, con
estrategia y tácticas realistas que permitan aproximarse a ellos y con una
imagen que sea aceptable para la sociedad.
- SEGUNDO: la incorporación de sectores populares cada vez más amplios a
esa organización para orientarlos políticamente y dirigirlos contra el
actual estado de cosas. Solamente cuando se entra en esta segunda fase, la “acción
social” tiene sentido y eficacia.
Cuando se pierden de vista estos
dos elementos, la “acción social” se convierte en un fin en sí misma, pero no
contribuye en nada a remediar las causas que han hecho posibles la aparición de
bolsas de pobreza ni la desaparición de un orden político-social injusto.
2ª Tesis
LA “ACCIÓN SOCIAL” SOLAMENTE ES EFECTIVA CUANDO EXISTE UNA
ORGANIZACIÓN POLÍTICA SÓLIDAMENTE ASENTADA.
La experiencia demuestra que si
en unos lugares la “acción social” ha dado sus frutos y en otros no, se ha
debido, fundamentalmente a que allí en donde se ha traducido en aumento de
votos y en obtención de cargos electos era porque
existía una organización política bien asentada y cristalizada. Cuando esa
organización política era inexistente o extremadamente débil, las constantes
recogidas de alimentos para lo único que han servido ha sido para que el régimen se viera liberado de la
responsabilidad de alimentar a 200 ó 500 familias. De lo que se trata, no
es de regalar “pescados”, sino de “enseñar a pescar”. Y enseñar a pescar quiere
decir: no dar algo a cambio de nada, no
asumir una tarea que corresponde al Estado y que al realizarla el movimiento
identitario y social-patriota libera al Estado de una parte de sus
responsabilidades. La tarea del movimiento político es
transmutar el hambre de la población en ira contra el sistema, no en atenuar
esa ira con estómagos llenos. Nuestra militancia no puede quedar
convertida en personal de servicio en comedores públicos o en mozos de carga de
toneladas de alimentos. Si alguien se siente identificado con esos cometidos,
lo mejor que puede hacer es colaborar
activamente con las organizaciones más serias creadas para remediar las
necesidades alimenticias de las bolsas de pobreza: fundamentalmente Cáritas y
Cruz Roja. Pero un movimiento que asuma estas tareas se autolimita a sí mismo y olvida
que su función es la de incorporar agitadores y propagandistas a su causa, no
alimentar a la población.
3ª Tesis
NO SE TRATA ES DE “AYUDAR A LA SOCIEDAD”,
SE TRATA DE AYUDAR “A NUESTRA GENTE”.
SE TRATA DE AYUDAR “A NUESTRA GENTE”.
Lo intuíamos, pero carecíamos de
datos empíricos suficientes como para poderlo afirmar taxativamente: buena parte de la ayuda social entregada ni
siquiera ha sido agradecida por quienes la han recibido. No basta solamente
con entregar un DNI demostrando que se es “español” para recibir 15 ó 20 kilos
de alimentos (con un coste de 25-30 euros de media). Hace falta algo más. Identidad de ideas. Hemos llegado a
escuchar en la cola de una entrega de alimentos frases como esta: “Vamos a pillar de los fachas, si se creen
que les votaremos, lo tienen claro…”. Sin olvidar que con demasiada
frecuencia esta ayuda ha ido a parar a sectores, no empobrecidos, sino
marginales, que deben su marginación a múltiples causas y no solamente al
deterioro de las condiciones de vida y al hundimiento del mercado laboral que
han tenido lugar desde 2008. Habitualmente, la ayuda no ha ido a parar a
sectores de las clases medias empobrecidas o trabajadores en paro, sino a
verdaderos lumpen que deben su situación de marginalidad a causas mucho más
personales y banales, entre ellas alcoholismo, politoxicomanías, ludopatías, o
simplemente a sectores de la sociedad que se han habituado a vivir a salto de
mata despreocupados por todo. Esa ayuda, toneladas y toneladas de alimentos, se
ha dilapidado, yendo a parar a un entorno gris, apático, desinteresado por todo
y especialmente por la lucha política, no solamente incapaces de percibir
porqué están atravesando esa situación, quienes son los responsables, sino
absolutamente pasivos en relación a las respuestas a dar. En muchas ocasiones se ha tratado de sectores que alimentan con su
desinterés y apatía las bolsas de abstención, no como acto de protesta, sino
por absoluto abandono, desgana o insensibilidad. Era necesario “afinar”
mucho más a quien iba dirigida esa ayuda: y debía ir a “nuestra gente”,
entendiendo por tal, no la pertenencia a la misma nacionalidad, sino a nuestro
entorno político-social. Era necesario, por ejemplo, que alguien que
optara a los lotes de ayuda estuviera “avalado” por uno o dos militantes, que
éstos certificaran que no se trataba de un profesional de recibir todo a cambio
de nada, que debía su situación de precariedad a las circunstancias
económico-sociales, era necesario
“cambiar el chip”: ayudar a “nuestra gente”, entendiendo por ello una comunidad
de ideas y de proyectos, tratando de que fuera a parar a gente concienciada
políticamente. Nadie –y esto es lo esencial– absolutamente nadie puede dar algo a
cambio de nada. Y esto ha ocurrido en demasiadas ocasiones: se ha
aparecido en medios de prensa gracias a repartos masivos de alimentos a 200,
250 familias o incluso más, de la mayoría de las cuales no volvía a saberse
absolutamente nada hasta el siguiente reparto y que eran completamente refractarias a cualquier tipo de comprensión de los
mecanismos que le habían conducido al paro y a la pobreza. Y, lo que es
peor, desinteresados por salir de su situación.
4ª Tesis
LAS OCUPACIONES DE LOCALES CON GOBIERNOS MUNICIPALES DE
IZQUIERDAS ES INVIABLE EN ESPAÑA PARA LAS FUERZAS IDENTITARIAS Y
SOCIAL-PATRIOTAS
(Y LO MISMO OCURRE CON AYUNTAMIENTOS DE DERECHAS).
(Y LO MISMO OCURRE CON AYUNTAMIENTOS DE DERECHAS).
A partir de 2014, en Madrid y
Zaragoza se produjeron algunas ocupaciones de inmuebles protagonizados por
gente próxima al movimiento identitario y al patriotismo-social. Estas
iniciativas estaban inspiradas en la actividad de la Casa Pound que, en Italia, ha cumplido 10 años teniendo su leit-motiv en la ocupación de locales de
propiedad municipal con fines sociales. Pero en Roma sí era posible ocupar
locales teniendo en cuenta las buenas relaciones del movimiento ocupa
identitario con la propia alcaldía de Roma y en concreto con el alcalde de la
época Giani Alemano. En segundo lugar, las ocupaciones realizadas por Casa
Pound tenían un trasfondo “ideológico”: quienes
las ocupaban eran militantes identitarios, para militantes identitarios con
problemas y para sus familias. Con toda, incluso en Italia, solamente dos locales
de la red Casa Pound son ocupados, siendo el resto, locales de pago… En
España es impensable pensar en ocupaciones prolongadas (más allá de unos pocos
meses), teniendo en cuenta las actuales circunstancias políticas y sociales y
especialmente las creadas en las grandes ciudades después de las pasadas
elecciones municipales, con ayuntamientos gobernados por una izquierda
dogmática, anti-fascista, revanchista y, por lo demás, bastante torpe.
Por otra parte, los edificios ocupados, no pueden convertirse en “forts apache” asediados y
permanentemente hostigados por una extrema-izquierda sin dos dedos de frente,
ante la pasividad policial ordenada por alcaldes del PP o de la izquierda. Y
cuando un desahucio precede a otro en unos pocos meses, el desgaste de los
participantes suele ser elevado y la tarea social, en tales circunstancias,
resulta imposible de mantenerse en el tiempo. El hecho de que las
ocupaciones, especialmente en las grandes ciudades, hayan eternizado locales en
manos de okupas de extrema-izquierda, no quiere decir que los ocupas
identitarios y social-patriotas, se vean beneficiados por la misma benevolencia: la experiencia de este último año
demuestra que un local ocupado por la extrema-izquierda puede mantenerse años e
incluso lustros. Sin embargo, un
local ocupado por identitarios o social-patriotas apenas dura semanas. Si
de lo que se trata es de prestar una “ayuda social”, es evidente que en tales
condiciones resulta imposible y lo necesario no es realizar ocupaciones para
gestionar la “ayuda social”, sino gestionar locales alquilados para esa misma
actividad. Ahora bien, si de lo que se trata es aparecer una y otra vez
en los medios de comunicación, esa sin duda es la vía correcta: pero no la
eficaz.
5ª Tesis
EL RÉGIMEN TIENE UN AMPLIO DISPOSITIVO DE AYUDAS SOCIALES
INEFICIENTE, LA TAREA DE LOS IDENTITARIOS Y SOCIAL-PATRIOTAS ES DENUNCIAR LA
CORRUPCIÓN QUE ANIDA EN ÉL, LAS SUBVENCIONES MULTIMILLONARIAS A ORGANIZACIONES
ABSURDAS Y QUE TODOS ESOS RECURSOS CUMPLAN SU FUNCIÓN SOCIAL.
Pagamos impuestos, con cada
pequeña compra; con cualquier mínimo movimiento económico que implique una
compra o una venta, estamos pagando impuestos. Uno de los aspectos más odiosos de la actual ordenación es que una
clase política degenerada y corrupta, tiene todo el poder para gestionar esos
impuestos devengados por nuestro trabajo, de la manera que mejor le venga en
gana: fundamentalmente para alcanzar unos niveles de retribución y de
comisiones que serían impensables en la empresa privada. Parte de nuestros
impuestos va a parar a ONGs y a organizaciones asistenciales o ayuda social facilitada
por el propio régimen. Ahora bien, quien
dice ONGs dice “comisiones” distribuidas a la administración que firma la
entrega de subsidios y subvenciones para financiar al partido y a sus
dirigentes. Lo mismo ocurre con las “ayudas a la cooperación” y con buena
parte de los fondos destinados a las ONGs, que NUNCA son objeto de auditorías
ni de inspecciones, ni nadie, por supuesto, se preocupa del destino de las
“ayudas a la cooperación” que van a parar, desde ayuntamientos pequeños, desde
Comunidades autónomas y desde el propio Estado, a los proyectos más exóticos,
surrealistas e inútiles en los países más remotos, inverosímiles e insolventes.
Obviamente, todo esto (y los constantes casos de corrupción que se producen en
cualquier nivel de la administración) desmoraliza a los contribuyentes y da
argumentos a la “objeción fiscal”. De ahí, precisamente, la necesidad
de que el movimiento identitario y social-patriota, cuente lo antes posible con cargos electos que tengan acceso a la
información sobre las ayudas sociales y exijan que hasta el último céntimo de
euro se destine a lo que se declara, sin comisiones, ni mermas por el camino.
De ahí que nuestros concejales deben poner particular énfasis en proveerse de
información sobre las ayudas para poder realizar seguimientos y denuncias en su
caso. No es a nuestros concejales, no es a nuestra organización política, no
es a nuestra militancia a la que corresponde realizar tareas de “ayuda social”,
sino que nuestros concejales, nuestra militancia y nuestra organización deben
velar para que los organismos del Estado dedicados a esta actividad cumplan escrupulosamente
con su función.
6ª Tesis
LO ESENCIAL EN EL “FRENTE SOCIAL” ES LA TRANSPARENCIA DE LAS
ACCIONES QUE SE REALIZAN, UNA ADMINISTRACIÓN IRREPROCHABLE Y UNA FORMA JURÍDICA
QUE PERMITA EL CONTROL DE SUS ACTIVIDADES POR PARTE DEL MOVIMIENTO POLÍTICO.
Uno de los aspectos más sensibles
de cualquier actividad de “ayuda social” es la transparencia: cuántos alimentos
y cuántos fondos se recaudan, cómo se emplean, en qué se gastan. Si no existe
transparencia, si existe secretismo (con cualquier excusa), la iniciativa queda
inmediatamente rodeada por la sospecha de oportunismo, aventurerismo o, lo que
es peor, de fraude a la esperanza. Es
preciso que todos los que participan en estas tareas (y los medios de
comunicación) sepan los ingresos de las “Organizaciones de Apoyo al Pueblo
Español”, cuánto de ese dinero va a parar a infraestructura y cuánto a compra
de alimentos, cuántos alimentos se han obtenido como donación por parte de
simpatizantes y cuántos se han adquirido… La gestión de estas OAPEs debe ser
irreprochablemente democrática. El secretismo no puede afectar a la
“ayuda social” so pena de perder credibilidad. “La mujer de César no solamente debe ser honesta, sino parecerlo”,
tal es el dicho: las OAPEs deben, no solamente ser irreprochables en su
gestión, sino demostrarlo con una transparencia absoluta. Eso, o se convertirán
en permanente fuente de rumores, maledicencias o calumnias. La fórmula “círculo
cultural” es, sin duda, la más simple y la menos exigente desde el punto de
vista legal para articular jurídicamente estos círculos.
7ª Tesis
EL MOVIMIENTO IDENTITARIO Y SOCIAL-PATRIOTA, POR EL MOMENTO,
NO HA APROVECHADO TODOS LOS RECURSOS Y POSIBILIDADES
QUE PUEDEN INCLUIRSE EN EL “FRENTE SOCIAL”.
NO HA APROVECHADO TODOS LOS RECURSOS Y POSIBILIDADES
QUE PUEDEN INCLUIRSE EN EL “FRENTE SOCIAL”.
A pesar de que en los años
2012-2015 distintas organizaciones identitarias pusieron el pie en el
acelerador estimulando sus iniciativas sociales, en el momento de escribir
estas líneas se trata de una veta que dista mucho de haberse explotado hasta el
final. En principio, lo que se han hecho han sido repartos de alimentos en
grandes ciudades y también en pueblos de tamaño medio; en algunos locales se ha
albergado a “sin techo”; y esto ha sido todo. Pero, en la actualidad, existen
otras actividades que podrían incluirse también dentro de esta modalidad de
trabajo: ocupar pueblos abandonados o en vías de estarlo, ocupar fincas agrícolas
en situación de abandono y explotarlas para garantizar la supervivencia
económica de la comunidad que las realice y trasladar los excedentes a las OAPE
urbanas; recogida de frutos abandonados en sus árboles a causa de la poca rentabilidad
de su explotación; creación de radios libres capaces de difundir información,
música y programas que traten temas desde el punto de vista identitarios y social-patriotas;
creación de empresas cooperativas; iniciativas económicamente viables
financiadas mediante crowfunding… y
así sucesivamente. El “frente social” es
mucho más amplio y creativo de lo que hasta ahora se ha ensayado y pide al
movimiento identitario y social-patriota el máximo de imaginación.
10ª Tesis
LOS “HOGARES SOCIALES” Y DEMÁS OAPEs ,
O FORMAN PARTE INTEGRANTE DEL “MOVIMIENTO POLÍTICO IDENTITARIO Y SOCIAL-PATRIOTA” O NO SON MÁS QUE AVENTURAS PERSONALES.
O FORMAN PARTE INTEGRANTE DEL “MOVIMIENTO POLÍTICO IDENTITARIO Y SOCIAL-PATRIOTA” O NO SON MÁS QUE AVENTURAS PERSONALES.
Es preciso insertar en los
círculos identitarios y social-patriotas la idea de MOVIMIENTO. Un
movimiento no es un “partido” convencional. El Movimiento tiene múltiples
estructuras (organizaciones políticas, círculos culturales, redes sociales,
asociaciones e iniciativas de todo tipo) que actúan en distintos sectores de
la sociedad, pero todos van en dirección a la conquista de los mismos objetivos.
El Partido, en cambio, es una estructura única, monolítica que, como máximo,
tiene “correas de transmisión”. En cierto sentido, el Movimiento es un
“anti-partido” en la medida en que solamente exige la adhesión a un
programa, a una estrategia y a una imagen, mientras que el Partido exige fidelidad
a una doctrina y a unas estructuras organizativas rígidas. Creemos que
la actual etapa de fraccionamiento es propia de los períodos pre-fundacionales
y que se saldará con la irrupción del concepto de “movimiento” (como suma de
muchas partes y de varios frentes) y electoralmente con la formación de un
Frente Nacional. El concepto de “movimiento” es informal (grupo de gente que “se mueve” en la misma dirección),
mientras que el concepto de Frente Nacional implica ya unas estructuras políticas más sólidas. En
este contexto los “hogares sociales” y las OAPE solamente tienen sentido en tanto que
partes de ese “movimiento” identitario y social-patriota al que, de una forma u
otra, deben estar vinculados. Luego se verá, cuáles de estas
organizaciones aceptan el programa y las estructuras de un Frente Nacional
(expresión política organizada del movimiento de cara a los procesos
electorales). La “ayuda social” nunca puede ser una experiencia autónoma personal
(quien esté interesado en caminar por ese sendero, como ya hemos dicho, tiene a
Cruz Roja y Cáritas si quiere realizar un trabajo serio y no se considera parte
del “movimiento identitario y social-patriota”). Todo lo que tiene una dimensión y un alcance personal es, por
definición, limitado y a corto plazo, estéril e incluso decepcionante para la
mayoría de sus participantes. Cuando aparecen iniciativas espontáneas y
personales, tales iniciativas se sitúan al margen de las experiencias y
enseñanzas que se han ido aquilatando con el paso del tiempo e, inevitablemente,
reproducen los mismos errores; solamente
la inclusión de la “ayuda social” como “frente de actividad” en el interior del
movimiento identitario y social-patriota evita reproducir estos errores y
supone un espacio para compartir experiencias y evitar que errores pasados no
vuelvan a reproducirse. Desde el punto de vista del “rendimiento”: toda
iniciativa que aparece de manera espontánea, desvinculada de cualquier
movimiento, desinteresada y hostil a integrarse en iniciativas más amplias,
celoso de su independencia, cerrado a cualquier influencia exterior, suele
agotarse en sí misma a los pocos meses, víctima de su aislamiento y generando
las mayores decepciones. El lugar natural de las OAPE es el
“movimiento identitario y social-patriota”.
© Ernesto Milá – info|krisis – ernesto.mila.rodri@gmail.com – Prohibida
la reproducción de este texto sin indicar origen.