Info|krisis.- Después de una primera valoración
realizada apenas dos horas después de cerrarse los colegios electorales, un
estudio más reposado de las cifras nos confirma en las primeras conclusiones,
si bien creemos interesante ampliarlas. Cabe decir que no hemos tenido acceso a
estas horas de la noche (6:20 de la mañana en España y 23.20 en Costa Rica) ni
a los comentarios de los “tertulianos”, ni a las declaraciones de los distintos
partidos. Así pues, para las notas que siguen nos hemos fiado solamente de los
resultados electorales emitidos por el Ministerio del Interior.
1. ¿En dónde se ha notado la irrupción de nuevos partidos?
Las siglas nuevas, la galaxia
Podemos y los neo-centristas de Cs, han suscitado la esperanza en una parte del
nuevo electorado. Esto explica el por qué ha descendido el número de
abstenciones, de votos nulos y de votos en blanco: una parte del electorado ha
creído que estaba ante nuevas alternativas en las que valía la pena confiar.
Las cifras son:
- Se han sumado al censo 683.383 nuevos electores cuyos votos han ido a
parar mayoritariamente a las nuevas formaciones políticas.
- Por otra parte los votos nulos han descendido de 317.555 a
226.994, es decir, ha habido 90.561 votantes que en otras elecciones votaron
nulo como error o forma de protesta y ahora votan a una opción.
- Los votos en blanco han pasado de 333.461 a 187.766, es decir, ha
disminuido en 145.695 votos y esta es siempre un voto de protesta.
- En cuanto a las abstenciones se han reducido también:
de 11.112.050 en 20122 a 9.280.429 en 2015, es decir: 1.932.625 ciudadanos que
se habían abstenido han votado ahora.
En total se ha registrado un descenso global de estos votos que
asciende 2.168.881.
Si consideramos los nuevos
electores, el descenso es menor, pero igualmente significativo: 1.485.498 votos
más.
Puede deducirse que si en
anteriores comicios se habían abstenido y el 20-D votaron es porque tenían esperanzas
en las nuevas formaciones políticas que en 2011 no estaban presentes y ahora sí
lo están.
En cuanto a los nuevos votantes,
las encuestas a pie de urna indican que mayoritariamente han dado su voto a
Podemos y Cs,
2. El batacazo del centro-derecha en cifras
Las optimistas cifras
macroeconómicas, no confirmadas por la realidad cotidiana de los ciudadanos, el
tancredismo de Rajoy ante problemas
como el desafío soberanista y los casos de corrupción en la cúpula del PP, han
hecho que este partido perdiera 1/3 de sus votos y de sus diputados. Aún siendo
el partido mayoritario, el varapalo que se ha llevado el PP ha sido notable
perdiendo votos especialmente hacia Cs, pero también hacia la galaxia Podemos.
En cifras:
- El PP ha pasado de 10.866.566
votos en 2011 a 7.215.530 en 2015. Es decir, una merma de 3.651.036 votos, con
la consiguiente pérdida de 63 diputados, pasando de 186 a 123.
- La mayoría de esos votos han
pasado a Cs: cuando el PP pierde 3.651.036 votos, Cs obtiene 3.500.446 votos…
es evidente que existen vasos comunicantes. Lo hace que Rivera no tenga las
manos libres para pactar con el PSOE dado que el voto de centrista que procede
de la derecha es mayoritario en sus filas.
3. En batacazo del centro-izquierda en cifras
El PSOE puede darse con un canto
en los dientes: ha perdido y ha perdido mucho, especialmente en lugares clave
como Madrid y Cataluña, pero ha salvado, al menos, los muebles y Pedro Sánchez
ha visto como su rival, Madina, ha quedado descabalgado para siempre y Susana
Díaz no ha cargado contra él. Ahora bien su derrota es clara e inapelable:
- Ha perdido en total 1/5 de sus
votos, pasando de 7.003.511 en 2011 a 5.530.693 en 2015. Es decir, una pérdida
total de 1.472.818 votos.
- El mismo porcentaje se da
prácticamente en pérdida de diputados: tenía 110 y se queda con 90, una pérdida
de 20.
Las razones de esta derrota son
claras: la herencia del zaparatismo no ha sido remontada y la debacle que
supuso la pérdida de de identidad socialista en aquel período, con el fracaso
de una socialdemocracia que a la hora de la verdad apoyó a la banda y inició el
endeudamiento meteórico del país, dista mucho de haberse superado. La crisis
del PSOE es la crisis de la socialdemocracia y, además, de la izquierda.
Mientras que la derecha ha perdido mucho pero le queda bastante y ese “bastante”
está concentrado en una sola sigla, el PSOE, y por extensión toda la izquierda,
se ha convertido en una olla de grillos en la que cada formación no es más que
una suma de grupos y grupúsculos regionales y locales, o de federaciones
ingobernables y en las que cada una toma las decisiones que más le convienen.
Sin olvidar que el PSOE está
identificado como una de las dos columnas sobre las que se mantiene el sistema
constitucional de 1978 (la otra es el centro-derecha que resiste, mientras que
las dos columnas secundarias: el PNV cada vez está más replegado en sí mismo y
CiU, simplemente, ha desaparecido). La erosión creciente del sistema político
español y el descrédito de la constitución, así como los casos de corrupción y
la mediocridad absoluta de TODA su clase política dirigente, han generado estos
resultados adversos.
3. Izquierda Unida: adiós PCE, adiós
IU, simplemente se ha contraído
tanto que ha quedado al borde de la extinción. Muy mermada en 2011, obtuvo todavía
1.686.140 votos y 11 diputados que han
quedado convertidos en apenas 923.105 votos y 2 diputados. La mema en votos es
de 762.935 y la pérdida de 9 diputados. Insuperable para una formación cuyo
espacio político ha quedado completamente ocupado por Podemos.
Las causas que han generado esta
debacle son muchas: la obsesión por la “memoria histórica”, por los “movimientos
sociales”, por el “antifascismo”, y el hecho de que la coalición desde el
momento mismo de su fundación sufriera un proceso de burocratización creciente
que ha terminado enfrentando a los “aparatchiks”
de siempre con la generaciones cada vez más impacientes de reemplazo, hartas de
“chupar banquillo” (y que, finalmente dieron vida a Podemos), han llevado a
esta coalición (y con ella al PCE) al límite de la extinción.
Indudablemente o 765.935 votos
perdidos han ido a parar a la galaxia Podemos.
4. Podemos o Mister Potato
Si el PSOE ha cedido 1.472.818 a
Podemos e IU otros 762.935 votos, es decir, un total de 2.235.753 votos ¿De dónde
han salido el resto de votos hasta completar los 5.189.333 que tiene lo que
hemos denominado “galaxia Podemos” y que incluye:
- En Comú – Podemos con sus
927.940 votos
- Compromís con sus 671.071 votos
- En Marea con 408.370 votos
- Y la franquicia Podemos con
3.181.952 votos
Parece claro que a los votos
perdidos por PSOE e IU, hay que sumarlo los también perdidos por UPyD que en
2011 obtuvo 1.143.224 votos y ahora apenas 153.498, perdiendo sus cinco
diputados, lo que supone un engrose de 989.726 votos para los distintos grupos
de la “galaxia Podemos”, lo que asciende a un total de 3.225.479 votos
presuntamente arrebatados a otros. Quedarían todavía casi dos millones por
justificar. Parece claro, como veremos, que una parte procede de los grupos
independentistas de capa caída en “Galeusca” (en torno a 288.000) y el resto
procede de los nuevos votantes (683.383) y de votos nulos que esta vez han
votado (90.561), en blanco que han votado a alguna elección (145.695) y
votantes que se abstuvieron en 2011 y ahora votan (1.932.625). A partir de ahí
obtenemos una cifra que ya permite explicar de dónde han surgido los votos que
han ido a parar a la “galaxia Podemos”.
La cuestión es ¿qué han visto en
esta opción para confiarle el voto? 1) Es la opción más alejada del PP, 2)
Todavía no ha demostrado su ineficacia en la gestión municipales, 3) Sigue
aprovechándose del tirón inicial y la virginidad del recién llegado, 4) El
electorado todavía no ha advertido sus limitaciones cualitativas, ni lo
estrafalario de su programa que se parece mucho más al zapaterismo con coleta y
algún maximalismo altisonante difícil de llevar a la práctica.
5. El declive de los soberanistas
La constitución de 1978 hacía de
los nacionalistas catalanes y vascos las piedras angulares de la política
española en los casos en los que no existían mayorías absolutas. Eso les hizo
mantenerse en el candelero mucho más que en cualquier otro lugar de Europa. El “bipartidismo
imperfecto” era el caldo de cultivo ideal para los virus nacionalistas. Sin
embargo en la última legislatura han ocurrido dos fenómenos que han jugado en
su contra: la rendición de ETA y la locura del soberanismo catalán desatado a
una carrera hacia la improbable independencia solamente para evitar que la
clase política dirigente histórica de CDC terminara en la cárcel. El resultado
de lo primero ha sido el olvido literal del País Vasco en la política española (ya
nadie “golpea el árbol” y no hay “nueces” que recoger…) y el fracaso de las
elecciones del 27-S en donde el soberanismo alcanzó su techo histórico a partir
del cual solamente le quedaba remitir.
Los resultados en Cataluña han
sido catastróficos para la exCiU y no excesivamente buenos para ERC. Si en 2011
CiU (CDC+UDC) obtuvo 1.015.691 votos y 16 diputados, en esta convocatoria sus
herederos han perdido el 50% de ese capital: Democracia i Llibertad (ex CDC) ha
pasado a 565.510 votos y 8 diputados), mientras que UDC se ha quedado con
64.726. Es decir, la merma global de ambas formaciones se eleva a 385.464
votos.
Pero no todos esos votos han ido
a parar a ERC como podía pensarse: esta formación obtuvo en 2011 256.985 votos
y ahora ha obtenido 599.501, es decir, un ascenso de 342.516. Hay que pensar
que CUP no se presentaba a las elecciones estatales, pero también que buena
parte del voto de CiU y de CUP ha pasado a la franquicia de Podemos en
Cataluña. Hay unos 43.000 votos menos en las dos candidaturas nacionalistas
catalanas.
En el País Vasco las cosas no van
mejor: el PNV ha ganado un diputado, pero ha perdido 23.000 votos, pasando en
324.317 en 2011 a 301.585 el 20-D. En cuanto a Amaiur (334.498 votos y 7
diputados) ha pasado con Bildu a 218.467 votos y 2 diputados… esto es, una
pérdida de 116.031 votos. Parece claro que también aquí se ha producido un
desplazamiento del voto independentista a la galaxia Podemos.
Y otro tanto cabe decir de
Galicia en donde el desplome del BNG ha sido absoluto pasando de 184.037 votos
a 70.464 a pesar de ir en coalición con otros grupos y perdiendo los 2
diputados que tuvo.
En total, el soberanismo
desciende en “Galeusca” casi 300.000 votos, marcando lo que parece el punto de
inflexión fatal que, poco a poco, irá conduciendo al soberanismo hacia la
cloaca de la historia: en la era de la globalización y de los grandes espacios
geopolíticos, en la Unión Europea, ya ha quedado claro que ni hay ni interesan
micronacionalismos de ningún tipo.
6. Ciudadanos, flor de un día
No es que con sus 3.500.000 de
votos y sus 40 diputados, Cs sea una opción irrelevante: es que es innecesaria
en una coalición a lo Frankenstein entre distintos grupos de izquierda y no
tiene votos suficientes para que Rajoy siga gobernando. Ciudadanos realizo un
tránsito apresurado de Cataluña (en donde su ÚNICO punto fuerte era el
antisoberanismo) a la totalidad del Estado (cuando aún no tenía ni cuadros, ni
programa, ni siquiera idea de cómo presentarse). Rivera redescubrió el “centrismo”…
pero, a la hora de la verdad, en lugar de ser la nueva UCD, propietaria en
exclusiva de un amplio espacio, se tiene que limitar a ser el nuevo CDS, aquella
formación creada por Suárez para perpetuarse como político activo y que apenas tuvo
buenos resultados en unas elecciones, siendo barrido en las siguientes.
Los problemas que ha afrontado
Ciudadanos son varios: en primer lugar su líder en los debates en los que ha
participado ha demostrado ser un “chico simpático” especialmente por sus
invectivas contra el soberanismo: por lo demás, las propuestas económicas de Cs
y las mismas respuestas de Rivera a infinidad de problemas, han demostrado que,
para ser el anti-Podemos, no basta con ser un “chico simpático” y “positivo”:
hace falta tener un programa que enlace, no con los intereses del capitalismo
español, sino con grupo sociales interpretando sus problemas y dándoles una
solución. Fuera de Cataluña Cs se extinguirá en apenas una legislatura y, a
partir de ahora, le queda solamente ir sufriendo escisiones, fugas de
diputados, contradicciones en sus declaraciones e intervenciones pobres y
tristes de Rivera en el Parlamento del Estado.
Y ahora queda, la actitud que
tome ante la formación de un nuevo gobierno, a la vista de que ni a Rajoy ni a
Sánchez le resuelve nada.
Rivera además debe ser consciente
de dónde le han llegado los 3.50.446 votos que ha obtenido y a los que no puede
traicionar… al menos completamente. Se trata de votos, mayoritariamente peperos
y en cierta medida procedentes de la debacle de Rosa Díaz y UPyD. Si no los
quiere perder inmediatamente, su margen de negociación solamente puede ser con
Rajoy. Pero éste ya ha declarado durante la campaña su interés en negociar
preferentemente con el PSOE.
7. Un país partido por el eje...
Lo más sorprendente de estas
elecciones, y al mismo tiempo lo más diabólico y el fatum de España, ha
consistido en revalidar, confirmar y eternizar la existencia de “dos Españas”. En
efecto, si la galaxia podemos suma 5.189.333 votos, cifra extraordinariamente
próxima a los votantes del PSOE (5.530.693), lo que hace un total de 10.720.031
votos… las cifras del centro-derecha no son muy diferentes: 7.215.530 para el
PP y 3.500.446 para Cs, es decir… 10.715.976… (¿y los soberanistas? Los
soberanistas son un incordio para todos. Como máximo la galaxia Podemos asumirá
la retórica del “derecho a la autodeterminación”… pero siendo contrarios a la
independencia).
Así pues lo que separa al bloque
del centro-izquierda del de centro-derecha son apenas ¡4.060 votos!
8. O “gran coalición” o “mister potato con una rosa”
Las dos alternativas por orden de
probabilidades son: o bien un gobierno del PP en coalición con el PSOE, o bien
un gobierno de izquierdas en el que formarían cinco o seis partidos (la galaxia
Podemos más el PSOE) y que contaría con el apoyo exterior de los nacionalistas
contra la promesa de convocar referendos por la autodeterminación en todas las
comunidades que lo solicitaran… con los resultados que se podrían esperar
(absurdos en muchos casos).
O “gran coalición” o “mister
potato con una rosa”, tales son las alternativas. Indudablemente, la
alternativa más sólida –y la que se amarían en Europa- es la primera. Si tenemos
en cuenta que los partidos que componen la galaxia Podemos y el propio PSOE son
agregados de piezas locales y regionales, muchas veces en conflicto y siempre
polemizando unas con otras, podemos hacernos cargo de lo inestable que sería
esta segunda opción. Pero la primera tiene también su alto nivel de
inestabilidad: PP y PSOE ¿podrían llegar a gobernar juntos cuando durante 40
años se han negado a hacerlo y no han faltado ocasiones en las que esta fórmula
hubiera sido precisa. Ciertamente el PSOE lleva ya 4 años alejado del poder y
corre el riesgo de llevar otros 8: demasiado tiempo, especialmente cuando ha
perdido poder municipal. Los riesgos para esta formación son: recibir el “abrazo
del oso” que inevitablemente sacude a la formación más débil en un gobierno de
coalición, aumentar las fugas hacia la izquierda, hacer saltar a muchos
gobiernos municipales. Pero pactar con “mister Potato” puede ser todavía peor:
rupturas interiores, problemas en Andalucía y en otras federaciones,
desaparición de la base electoral del PSC, y sobre todo, mala calificación por
parte de los socios alemanes del SPD que, a fin de cuentas, fueron los que
montaron el PSOE en 1973-1978 y que siempre han mandado dentro en el interior
de esa formación.
Ambas fórmulas tienen, en primer
lugar, cierto grado de improbabilidad y, en segundo lugar de inestabilidad. El
gran drama de España es que el país está PARTIDO AL 50% EN DOS entre
centro-derecha y centro-izquierda. El segundo drama es que ni el bloque de los
partidos tradicionales tiene fuerza para mantenerse por mucho tiempo en su
privilegiada situación, ni las siglas “nuevas” tienen fuerza suficiente para
promover una alternativa. El tercero, que la crisis política permanente en la
que entramos a partir de hoy lunes, va a tener que coexistir con la segunda
oleada de la crisis económica cuyos efectos se notarán especialmente a partir
de 2017 y que serán enormes en una España incapaz de generar un nuevo modelo
económico.
© Ernesto Milà – info|krisis – ernesto.mila.rodri@gmail.com –
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