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miércoles, 23 de abril de 2025

Las dos alternativas: reforma o “exit” (IV de IV)

#fracasoUE, #reformaUE, #hispanexit, #disoluciónUE, #euroescepticismo

El resultado de las decisiones erróneas que hemos visto en la anterior entrega, ha sido la eliminación de la Unión Europea del escenario político internacional. Tras la oposición francesa al inicio de la guerra de Irak (y el significativo silencio alemán), fueron Blair y Aznar, lo que optaron por apoyar (como falsos representantes de los países la Commonwealth y de los países hispanos, para dar a la opinión pública mundial la idea engañosa de “unidad”) a George W. Bush en su loca aventura iraquí. A partir de ese momento, la UE fue incapaz de reconstruir una política exterior sólida. 

Esta incapacidad coincidió con la percepción en el Reino Unido de los efectos negativos de la política de permisividad ante la inmigración y a la sensación de que fuera del marco de la UE, la inmigración ilegal podría ser contenida. Así tomo cuerpo el “Brexit”. Mientras que la UE iba incorporando a todos los países del antiguo bloque del Este, el Reino Unido, el “séptimo socio”, la primera ampliación de la Comunidad Económica Europea, se retiraba reconociendo la incapacidad de la UE para defender los intereses del Reino Unido. 

A partir de este momento, el “euroescepticismo” fue avanzando hasta el punto de convertirse en una alternativa cada vez más cercana para amplios sectores de la opinión pública. Existen distintas formas de “euroescepticismo”: desde el radical (abandonar la UE), hasta el más moderado (abandonar el concepto “federal”, manteniendo los acuerdos económicos (esto es, remitir la UE a las intenciones iniciales presentes en su fundación en los 60: ser únicamente un espacio de intercambios económicos sin fronteras y nada más), pasando por los eclécticos que aspiran al espacio económico con una moneda única…

Pero, lo evidente es que la UE no puede seguir durante mucho tiempo en su actual deriva. Especialmente cuando Europa Occidental afronta los riesgos de islamización e, incluso, de guerra civil racial-étnica-religiosa-y-social. Desde el momento en que el eje franco-alemán se ha debilitado y, ha ido en aumento el “euroescepticismo” y/o el “populismo”, pocos creen en el futuro de la “Unión Europea”. Resulta significativo que el proyecto de paz en Ucrania alternativo a la propuesta de Donald Trump, no haya sido presentado por la UE, sino por el Reino Unido y Francia. Macron necesita algún éxito unilateral para contrapesar su escasa popularidad y sus fracasos (de los que los Juegos Olímpicos han sido el enésimo error “ultraprogresista”) y Starmer no tiene otra posibilidad de apuntalar su gobierno y su soledad ante la nueva situación en EEUU, su aliado tradicional. Ambos han creído que, proponiendo un plan absurdo, recuperarían terreno y protagonismo en política internacional. Por su parte, la presidencia de la comisión europea, ha apoyado este plan añadiendo el “rearme” de Europa a la vista de que los EEUU exigen más compromiso en el marco de la OTAN. 

Parece evidente que hemos llegado a un límite y que ahora, cualquier decisión de la UE, constituye, en sí misma, una “fuga hacia adelante” derivada y obligada por los errores cometidos anteriormente. Ese es el camino que lleva directamente al precipicio. 

De ahí que la UE precise urgentemente una reforma. La cuestión es si la “reforma necesaria” es posible y puede hacerse en las actuales circunstancias. Para ello haría falta que en los países que han sido las “locomotoras” de la UE (Francia y Alemania) y en los países de tamaño medio (Polonia y España), alcanzaran -en solitario o salvando el “cinturón sanitario”- a gobernar opciones “populistas”. E, incluso, en estas condiciones y dada la estructura actual de la UE y la inamovilidad del andamiaje burocrático que se ha generado, la posibilidad de un intento de reforma parece muy remota, compleja y sometida a vaivenes electorales.

La otra vía es la disolución de la UE. El “exit” generalizado y la disolución formal de la Unión. Incluso existiría una vía intermedia: la posibilidad de que un país -España, por ejemplo- anunciara el “Hispanexit” condicionado a una reforma interior de la UE, a la aprobación de una constitución, y a un desguace del corsé burocrático, en un plazo concreto. Para ello haría falta “liderazgo”: y este no existe, no solamente en España, sino tampoco en prácticamente ningún país “motor” de la UE, ni, por supuesto, en la cúpula de la UE. 

Y, finalmente, claro está, medidas como el “Hispanexit” deberían de estar precedidas por movimiento independientes del gobierno español al margen de las instituciones europeas, tendentes, especialmente, a ampliar la colaboración económica con los países iberoamericanos, reconstruir una línea propia en política internacional y de defensa y a poner en cintura a Marruecos cortando sus chantajes y reduciendo a cero la inmigración ilegal procedente de ese país y procediendo a “devoluciones en caliente”. 

No existe otra vía. La paradoja es que, en estos momentos, “Europa”, como unidad, es cada vez más necesaria. Pero la Europa que nos ofrece el stablishment es, justamente, lo contrario de lo que ha sido y ha representado Europa en la historia. Europa, no hay que olvidarlo, es la tierra de los europeos (como China es de los chinos y África de los africanos): Europa es la tierra de los pueblos blancos. Si se niega o se duda de esto, ya se está en la “anti-Europa”, o lo que es peor, en la Agenda 2030. 

Si deseamos un futuro europeo, valdrá la pena recuperar la vieja consigno de “Sí a Europa, pero no así…”.


 










Las tres fases: del Mercado Común a Union Europea (III de IV)


#euroescepticismo, #fracasoUE, #hispanexit, #contraUE, #evoluciónUE, #politicaserroreasUE

Podemos sintetizar la historia de la UE en estas tres fases, cada una limitada a un ciclo temporal concreto, con características propias y resultados evidentes:

Primera Fase: tecnocrática.

Momento: 1960-1975 - Reconstrucción de Europa

Característica: solución tecnocrática de los problemas

Resultado: Eje exclusivamente económico.

Segunda Fase: Fantasía Federal.

Momento: 1976-2002 – Ampliaciones de la UE y Euro

Característica: nuevas adhesiones y optimismo en el futuro

Resultado: Sueño de unificación no solo económica, sino también política

Tercera Fase: Europa pata “regional” de la globalización

Momento: 2002-2025 – Sumisión de la UE al proyecto globalizador

Característica: Burocratización extrema y degradación del proyecto inicial

Resultado: Fracaso de la Constitución Europea y ascenso del euroescepticismo

Si este es el esquema general, valdrá la pena ahora remitirnos a las consecuencias y a los grandes errores cometidos:

1) Creación precipitada del “espacio único europeo” o “Espacio Schengen, que elimina las “fronteras internas” entre los países miembros y pueden cruzarse sin ningún tipo de trámite. Para que la creación de este espacio pudiera ser positivo y eficiente para todos los países de la UE hubiera sido preciso que antes se unificaran las legislaciones nacionales en la materia. Si bien ha entrañado facilidades para los ciudadanos honestos que se trasladaban de un país a otro para realizar negocios legales o por turismo, ha facilitado todavía más la acción de mafias y allanado el amino al narcotráfico: un alijo de cocaína puede desembarcar en el Guadalquivir procedente de Marruecos -y, a su vez, procedente de Colombia o México- y recorrer toda Europa hasta Finlandia, con la misma facilidad con que una tonelada de heroína puede cruzar el ”corredor turco de los Balcanes”, procedente de Afganistán y llegar hasta Finisterre sin ser molestado. Los “acuerdos preferenciales” con países “problemáticos” (Marruecos y Turquía) han terminado garantizando especialmente los tráficos ilícitos y, el envenenamiento de la sociedad europea. 

2) La Unión Europea no hace absolutamente nada efectivo para detener la inmigración ilegal y masiva que está alterando radicalmente el sustrato étnico-cultural del continente y que, para colmo, supone una losa económica. A pesar de que la UE y sus distintos gobiernos dicen hacer todo lo posible por estimular la inmigración legal, para cubrir plazas laborales cualificadas, lo cierto es que ésta supone seguramente menos del 3-5% del total de inmigrantes que recibe el continente, tratándose siempre de profesionales, representantes de empresas de otros países, estudiantes. La inmensa mayoría de inmigrantes que llegan a Europa carecen por completo de formación profesional y cualificación, permanecen tras pedir sistemáticamente “asilo político”, incluso procediendo de zonas con las que la UE mantiene relaciones diplomáticas. Casi siempre, no solamente la legislación europea es burlada, sino también las legislaciones de inmigración de los distintos países que componen la UE. Especialmente en lo que se refiere a inmigración procedente de África (Magreb y países subsaharianos), los recién llegados o bien se niegan a declarar su origen, filiación y demás datos, incluso su edad, e incluso su nacionalidad, o bien, mienten descaradamente sobre todo ello, destruyendo en el mar los documentos que permitirían identificarlos. 

3) La adhesión incondicional y acrítica de la UE a los valores “humanistas” y a la carta de derechos humanos de la ONU contribuyen a aumentar el caos migratorio. La Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que todos los seres humanos son “libres e iguales en dignidad y derechos, sin distinción de nacionalidad o estatus migratorio”. Esto significa que los migrantes, independientemente de su situación legal, tienen derecho a los mismos derechos humanos que los nacionales. Se reconoce sin restricciones que los migrantes tienen derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. El resultado salta a la vista: millones de personas del tercer mundo aspiran a llegar al “primer mundo” simplemente para disfrutar del progreso acumulado por generaciones y generaciones de europeos, construida con su trabajo y sus impuestos, en lugar de dedicarse a levantar su propio país con su trabajo y su esfuerzo. A medida que Europa aumenta las coberturas sociales y se muestra más permisiva y proteccionista con la inmigración, aumenta ésta y lo espurio de sus intenciones.

4) La “locomotora” franco-alemana de la UE ofreció a partir del segundo ciclo del proyecto cantidades exorbitantes (pero condicionadas) a todos los aspirantes a ingresar en el club en distintos conceptos. Estos fondos constituían atractivo suficiente para gobiernos que se encontraban en dificultades de ser reelegidos o bien cebos para acelerar la adhesión: con estos fondos de la UE han falseado los índices de crecimiento de esos países durante unos años y han contribuido a que gobiernos como el de Felipe González o el de Aznar pudieran alardear de un progreso económico que, en realidad, dependía solo de la inyección de fondos. Estos, por lo demás, no eran gratuitos, sino a costa de amputar a la propia economía de sectores en los que el tren franco-alemán no quería competencia. Pero este proceso ha coincidido con las deslocalizaciones empresariales que han afectado de manera desigual a los distintos países, pero se han sentido en toda la UE. España, ha sido de los más afectados: una industria textil que, primero, migró a Marruecos y luego a China, una industria pesada, astilleros y minería que fueron, literalmente, laminados por los acuerdos mal negociados por el gobierno de Felipe González. Con estos fondos no se lograron constituir sectores económicos nuevos, en la medida, en que, incluso entre los que España despegó -el sector de las energías renovables- inicialmente, pronto los precios operaron a favor de las empresas chinas. Finalmente, incluso las economías francesa y alemana se han visto desbordadas, invadidas y eclipsadas por las exportaciones chinas en los terrenos en los que más fuertes eran (el sector del automóvil y de la comunicación).

5) Firma de “acuerdos preferenciales” con países extraeuropeos a los que se les premió sacrificando especialmente la soberanía alimentaria desde el momento en el que la UE asumió los principios de la Agenda 2030 y las tesis sobre el “cambio climático”. A cambio se recibía la promesa de limitar la inmigración masiva en Europa y contribuir a mantener la “paz étnica” entre las comunidades inmigrantes magrebíes. A pesar de que los países con una agricultura más desarrollada de la UE podían vetar estos acuerdos, ninguno lo hizo. Existió un acuerdo entre los partidos del stablishment para “descarbonizar” Europa, y convertirlo en el paraíso de las “energías verdes”. Así empezó una lucha soterrada de la burocracia globalizadora contra la agricultura europea: los campos de cultivo, debían convertirse en “huertas solares”, las zonas de pasto en “parques eólicos”. Los “acuerdos preferenciales” han ido restando cada vez más soberanía alimentaria y creando problemas sanitarios. Y lo que es peor: la agricultura europea muere, mientras llegan desde Perú o desde China (en ambos casos a 10.000 km de distancia) frutas, verduras y hortalizas que pueden ser cultivadas en cualquiera de los países de la Unión. 

6) Al aceptar la globalización como un hecho definitivo e incuestionable, había que aceptar especialmente, la deslocalización empresarial y el Acuerdo General de Aranceles. Esto implicaba como resultado reducir el potencial industrial de Europa y convertir al continente en el paraíso del sector servicios. Tal como se había configurado la UE desde mediados de los años 80, Francia y Alemania, se prepararon para ser los últimos en sufrir las consecuencias de la deslocalización. Pero, tras la última crisis económica, incluso estos países se han visto afectados más y más, hasta el punto de que, tras la subida de Donald Trump y el establecimiento de aranceles, junto con el aumento de la importación de coches eléctricos chinos, la industria metalmecánica alemana ha entrado en una fase irremediable de crisis terminal. 

7) A principios del milenio, la UE fracasó en su intento de elaborar una “constitución” en función de la cual se ordenase la construcción europea. Es proyecto fue ambiguo y ni siquiera fue capaz de definir las bases, el origen, los valores y los límites de Europa (en un momento en el que se debatía el ingreso de Turquía en la UE…). Una de las primeras decisiones de Zapatero tras las bombas del 11-M que le permitieron llegar a la presidencia, fue la convocatoria de un referéndum para aprobar en nombre de España la “Constitución Europea”: apenas voto un 40% de la población, votando a favor tres cuartas partes de los que decidieron acudir a las urnas. Sin embargo, este primer “éxito”, resultó empañado por los referéndums posteriores realizados en Holanda y Francia. El voto negativo de estos países entrañó el entierro definitivo de aquel proyecto y, desde entonces, no ha existido liderazgo suficiente para impulsar un nuevo proyecto. La construcción europea se ha realizado sobre el vacío y ha facilitado el acceso a las instituciones de una burocracia abusiva, opaca y paquidérmica, abismalmente alejada de los intereses de la población europea.

8) Lentitud burocrática en la toma de decisiones en el sector agrícola. A medida que va creciendo la UE -y ya va por los 27 países miembros- cada vez resulta más difícil tomar decisiones en agricultura. El terreno para el que nació, inicialmente, la Comunidad Económica Europea y que durante años fue un modelo de desarrollo ha caído en la lentitud burocrática. El régimen de subvenciones para determinados cultivos, hace que en muchas zonas se conviertas en zonas de monocultivo, con lo que los precios -inicialmente rentables para el agricultor- caen en picado. La UE, lejos de interrumpir el régimen de subvenciones para ese cultivo crea una comisión de seguimiento que tarda, como mínimo un año en exponer sus conclusiones y otro año en que estas sean debatidas. Cuando han pasado cuatro años desde el inicio de la caída en picado del precio de algunos productos por sobreproducción, se interrumpen las subvenciones y se dan esas mismas subvenciones para arrancar cepas o frutales, pasando a subvencionar otros cultivos y reiniciando el ciclo infernal. En algunas zonas de España, los cultivos cambian según estén subvencionados y se arrancan cepas u olivos cuando está actividad está igualmente remunerada. El resultado es justo el contrario del que inicialmente se pretendía: se producen oscilaciones brutales de precios, siempre en beneficio de los intermediarios. 

9) Políticas económicas erráticas lastradas por las diferencias económicas entre los distintos socios. Oficialmente, la política económica de la UE trata de promover el crecimiento económico equilibrado, la estabilidad de precios, la moneda única y la estabilidad financiera. Los instrumentos son la coordinación de las políticas económicas y fiscales de los Estados miembros y una política monetaria común gestionada por el Banco Central Europeo. La política de esta institución, si bien no era, inicialmente, estrictamente monetarista (sino que se apoyaba también en el crecimiento económico y en el control de la inflación), la detención del crecimiento económico y el desbocamiento de la inflación, han convertido a la emisión de deuda en el principal recurso a su alcance. Por otra parte, las diferencias abismales de fiscalidad y de servicios públicos prestados en cada país (y su calidad), la falta de innovación tecnológica y competitividad en sectores clave como las nuevas tecnologías, hacen que el paso de la UE se vaya ralentizando. La falta de controles políticos y económicos hace que los países de la Europa Mediterránea, especialmente, tengan unos niveles insoportables de deuda pública y una presión fiscal que no se justifica por los servicios prestados y la disciplina en la utilización de recursos (especialmente en el caso de España). Para colmo, los ecologistas y sus aliados socialistas han convertido a Europa en dependiente de la energía importada producida en otros países. Es la famosa “soga verde”, vinculada a la Agenda 2030 y al dogma de la “transición energética”, las “energías renovables”, la “descarbonización” y la “desnuclearización”. Europa renuncia así a la energía atómica y, a medida que pasen los años, se hará patente el dramático déficit energético generado por la renuncia al único tipo de energía que puede aportar el volumen necesario para garantizar el progreso tecnológico: la energía atómica. La dependencia de las importaciones de energía hace que la UE sea muy vulnerable a las fluctuaciones de los precios y a las interrupciones del suministro. Si a esto añadimos el estancamiento creciente de la economía china (y los problemas sociales internos que puede acarrear y en la dependencia creciente de Europa de las importaciones procedentes de ese país), la pérdida de influencia en Oriente Próximo y el desastre ucraniano, o las medidas proteccionistas de EEUU, parece evidente que, en los próximos años, la situación de la UE se va a hacer cada vez más difícil, como no se adopten decisiones drásticas (retorno a las nucleares, relocalización industrial, aranceles a las importaciones, revisión de los estatutos de “países más favorecidos”, contención del gasto público, bajadas de impuestos, reducción de la deuda, etc, etc, etc)

Todos estos elementos nos llevan a la doble alternativa que estará cada vez mas presente en los próximos años: o la UE se reforma o se empezarán a producir abandonos en cadena que pueden llegar hasta su disolución. Porque una institución que no cumple sus funciones ni consigue alcanzar los objetivos propuestos, solamente puede concluir con un honroso reconocimiento de los errores: así pues, “reforma o disolución”. Tal es la alternativa.


 










martes, 15 de abril de 2025

LA U.E. NO ES LA SOLUCIÓN: ES EL PROBLEMA (I de III)


#unioneuropea, #euroescepticos, #reformaUE, #Hispanexit

Si Europa es hoy un enano político se debe, única y exclusivamente, a la existencia de la Unión Europea, a sus continuos errores desde principios del siglo XXI, a su incapacidad para ser dirigir la economía, a sus criterios económicos neo-liberales, a su lentitud para adoptar decisiones, a su falta de liderazgo interior, a su burocracia, a su incapacidad para defender la soberanía europea, a su ausencia de una “norma” (se le suele llamar “constitución”) que establezca las reglas del juego, los límites y los criterios de adhesión y exclusión. En lugar de ello, tenemos deuda, desindustrialización, desorientación, y una persistente adhesión a la “globalización”… cuando la globalización ya ha fallecido. 

A estas alturas, parece evidente que no podemos esperar nada bueno de la Unión Europea y vale la pena plantearse si no sería mejor empezar a agitar la calle para exigir una alternativa. Ésta solamente puede ser:

- O la disolución de la Unión Europea.
- O la reforma radical de sus estructuras.

La situación es todavía más grave en el caso de España. Nuestro país ha sido uno de los más afectados por el ingreso en la UE: la exigencia franco-alemana, fue el desmantelamiento de nuestra industria estratégica: a este proceso se le llamó “reconversión industrial”… pero tal “reconversión” no existió. Los fondos entregados para ella -que se agotaron en el primer lustro del nuevo siglo- no generaron industrias alternativas, puestos de trabajo de calidad, sino que precipitaron a nuestro país por el empleo precario, el sector servicios, el turismo estacional. Desde el momento mismo de la adhesión de España a la actual UE, estuvo claro que no estaríamos en el “centro”, sino en la periferia: la UE nos condenó a ser un país de “servicios”, de turismo y el geriátrico de Europa.


El panorama europeo es hoy simplemente desolador:

  • En política exterior, desde la guerra de Irak, Europa ha renunciado a tener una política exterior propia, clara y propia de un bloque geopolítico muy bien definido.
  • En política de defensa, la UE se ha limitado a ser un eterno segundón del Pentágono, sacrificando a la propia industria .
  • En economía, se limita a ser un instrumento de una globalización que cada día está quedando más atrás.
  • En agricultura, la UE no es más que el sepulturero del campo europeo.
  • En demografía, simplemente, ha practicado una política suicida que condena a los pueblos europeos a la extinción en unas pocas generaciones y, en cualquier caso, a ser subsumida por pueblos tradicionalmente rivales de Europa y que odian a Europa.
  • La UE se ha mostrado incapaz de defender la soberanía europea cada día vulnerada por miles de parásitos que ansían las jugosas subvenciones repartidas solo por haber llegado.
  • En lo que se refiere a la administración de la UE no es más que una máquina de quemar presupuesto y emitir deuda, amamantar a una burocracia cada vez más densa y lenta en la toma de decisiones y, por tanto, cada vez más ineficiente.
  • En lo relativo a las “libertades”, la regresión ha sido palpable y asistimos a un recorte en la libertad de expresión de los “disidentes” y, estamos solo en la primera fase de esa amputación: en pocos meses, la única información que no estará sujeta a censura será la “oficialista”.
  • El abultado presupuesto de la UE supone una losa para las economías nacionales más débiles.
  • El extraordinariamente complejo paquete de normas, directivas, regulaciones y leyes constituye la inextricable selva en el que pasta la burocracia y retrasa cualquier decisión.
  • Las políticas abordadas por la Comisión Europea no han sido nunca presentadas a escrutinio de la opinión pública y surgen de la burocracia, los lobbys y la partidocracia.
  • Europa, que desde 1945 fue un títere de EEUU, ahora aspira a convertirse en títere de China, cuando, en realidad, por su demografía, va camino de convertirse en socio de la Liga Árabe.
  • La falta de liderazgo europeo hace imposible seguir gobernando el magma en el que se ha transformado la UE; en la actualidad, no hay unanimidad entre los países miembros, en ninguna cuestión importante.
  • La UE es la única área geográfica del mundo en donde todavía se toma en serio la Agenda 2030 y se aplican acríticamente sus principios suicidas.

Ahora, eso sí, la UE ha logrado resolver las “grandes cuestiones” del momento: la sustitución de las pajitas de plástico por pajitas de papel (envueltas en plástico), los tapones de plástico inseparables de las botellas, y poco más: grandes avances eco-sociales que salvarán al planeta…

Ante esta realidad, pública y notoria, y ante el aumento constante del “euroescepticismo” en los últimos 10 años, la UE, en lugar de rectificar su rumbo, se obstina en circular a mayor velocidad por la senda del fracaso. En 2025 estamos llegando al límite. 


Por eso es necesario plantear, de una vez por todas, la alternativa: o se reforma la UE o se disuelve. Y, para España, existe una posición alternativa: 

- O se renegocia el Tratado de Adhesión a la UE firmado en Madrid en junio de 1985
- O se empieza a trabajar en el HispanExit.

En el primer caso, se trata, en primer lugar de lograr nuestra soberanía alimentaria y, por tanto, vetar cualquier acuerdo preferencial con el Magreb y revisar los firmados hasta ahora; conseguir reactivar la agricultura y la ganadería nacional; adoptar políticas de defensa de las fronteras ante la inmigración masiva; impedir la difusión del fundamentalismo islámico; suspender el “espacio Schengen” hasta que no se aprueben leyes contra las mafias transnacionales y el narcotráfico; exigencia de objetivos concretos, legislación unitaria y simplificación burocrática a la UE; etc.

En el segundo caso, una ruptura con la UE, implicaría, igualmente, un abandono de la OTAN, una reindustrialización del país, un cambio de política exterior, girada hacia el Atlántico Sur y orientada a Iberoamérica; una reforma constitucional, una política basada en la autonomía alimentaria, el endurecimiento penal (especialmente en casos de corrupción política), la creación de puestos de trabajo de calidad y la reducción drástica del gasto público.
 
Sea cual sea la alternativa, resulta inviable prolongar durante mucho tiempo más la actual situación tanto para España como para el conjunto de la UE. En las dos próximas entregas vamos a establecer cómo hemos llegado hasta este punto y a ampliar los detalles sobre las dos alternativas propuestas.



 










viernes, 24 de junio de 2016

BREXIT: LO HAN LOGRADO. DESENGAÑAROS NO HABRA HISPANEXIT?


Con un nivel de participación aceptable (el 72%) el 52% de los votantes han dicho NO a la permanencia del Reino Unido en la UE, contra el 48% que pretendían que permaneciera el actual estatus. Ha terminado la presencia de este país en la UE que se inició en 1973. Pero esta ruptura matrimonial no ha sido el resultado (como lo interpretan los grandes medios de comunicación) de la desigualdad entre ricos y pobres o de la “gran crisis financiera”: ha sido solamente el resultado de la alarma de una sociedad ante su pérdida de identidad a causa de la inmigración masiva. Vale la pena realizar algunas reflexiones sobre las implicaciones de este resultado.

En política interior.- el gobierno Cameron queda en posición dificilísima. Había propuesto el voto favorable a la UE y el resultado le ha supuesto una verdadera moción de censura popular. Por otra parte, el peso de la campaña electoral ha recaído especialmente sobre el UKIP de Nigel Farage (cuyo rostro sonriente ha reproducido toda la prensa mundial). Parece innegable que el resultado de las pasadas elecciones generales ya no se corresponde con la correlación de fuerzas que se da en la calle. La debilidad del gobierno Cameron y de la oposición laborista son demasiado evidentes. La actitud más lógica de esta situación ha sido la propuesta por Nigel Farage quien, tras anunciar la victoria del Brexit –“Lo hemos conseguido”- pedía la dimisión del gobierno Cameron y la convocatoria de nuevas elecciones.

sábado, 11 de junio de 2016

LA AfD Y EL FPÖ JUNTOS EN EL IMPULSO AL EUROESCEPTICISMO EN EUROPA


El viernes 10 de 2016, los líderes de Alternativa por Alemania (AfD) y el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) se reunieron en los Alpes Bávaros para establecer un protocolo de colaboración e impulsar juntos “el movimiento euroescéptico en Europa”. Las delegaciones de ambos partidos estuvieron encabezadas por Frauke Petry, líder de la AfD y por Heinz-Christian Schache por el FPÖ. El primer acuerdo fue unir sus fuerzas en el parlamento europeo.

sábado, 31 de octubre de 2015

Diario de la Desesperanza (LII)


Querido Diario:
Ayer me llegaron noticias de que había tenido lugar en Valencia la segunda reunión entre España 2000, Plataforma per Catalunya y Partido por la Libertad, de cara a formar una alternativa política unitaria que esté en condiciones de hacerse un hueco en la política española en el espacio euroescéntico, identitario y de patriotismo social. La lejanía me impidió estar allí, pero no plantearme la cuestión de si una formación de este tipo es necesario o solamente es una fuga hacia adelante que no llegará a ningún sitio. Decepciones todos hemos tenido demasiadas, así que una mas no sería una novedad. Ahora bien, el planteamiento correcto no es ese, sino este otro:  ¿tiene espacio político y razón de ser una nueva formación que proponga un programa parecido al de los partidos euroescépticos europeos (además de una profunda reforma constitucional)? La respuesta es sí. Sin duda alguna. Puede decirse que los españoles llegamos tarde a una fiesta que en Europa lleva años, sino décadas, comenzada. Lo que en Europa está presente, también es necesario en España. Si ese espacio político existe en Europa ¿por qué diablos no va a existir en España?

lunes, 26 de mayo de 2014

Rápida interpretación de los resultados electorales


Info|krisis.- Por mucho que los partidos hasta ahora mayoritarios lo quieran negar, lo que ha ocurrido en las elecciones del 25 de mayo de 2014 ha sido un vuelco electoral que tendrá importantes repercusiones en los próximos años y cuyo alcance no termina en unas meras elecciones que, históricamente, han ilusionado poco al electorado. A la vista de los resultados y de la distribución de escaños podemos extraer algunas conclusiones de urgencia y poner en orden nuestras ideas destacando los siguientes puntos:

La decadencia de los partidos mayoritarios

En toda Europa, los partidos que han dirigido la vida política continental en las últimas décadas parecen haber entrado en crisis. Otro tanto ha ocurrido también en España en donde el PP ha pasado de 24 diputados a 16 y el PSOE de 23 a 14 diputados, pero cuando se examinan y comparan las cifras en bruto se percibe hasta qué punto se puede afirmar que el bipartidismo ha muerto en España: en efecto, en 2014, la suma de los votos del PP y del PSOE ha sido de 7.650.000 votos, mientras que cinco años antes estas dos siglas agrupaban 12.800.000 votos. En número de diputados la merma entre los objetivos por PP-PSOE en 2009 (47 eurodiputados) y los obtenidos ahora (30 diputados) es de 17 diputados que se han repartido entre otras formaciones políticas.