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viernes, 17 de julio de 2015

Animalistas – Humanistas – Posthumanistas


 

Info|krisis.- Reflexiono en voz alta sobre el tema cuando los Pirineos ante mí y me hablan con su sonido insonoro y su gama cromática. Toda una inspiración. Verán, el que suscribe puede considerarse con derecho de “buen amigo de los animales”, ha tenido varios perros, convivido con otros (con siete leombergs en el Château de Reveillon, por ahí os adjunto foto de alguno, Jarnac, uno de ellos, campeón de su raza en Francia) y, por lo que sea, suelo hacer buenas migas con todos los canes que se me acercan. No soy mala persona y el instinto de los animales reconoce a quien no es una amenaza para ellos. Pero todo esto no basta para disipar cierta inquietud que experimento cuando veo cada vez más perros en la calle, o la ridiculez de gente recogiendo “caquitas” con bolsas de plástico (y verdaderas cagarrutas a partir de cierto tamaño del can, aunque peor es mirar a un perro cuando defeca ¿lo habéis hecho? He visto más pudor en algunos perros que en la responsable de Comunicación del Ayuntamiento de Barcelona) o incluso la sorpresa que me produce el que gente muy querida por mí llega a tener hasta catorce gatos en su propia casa.

Creo que hay exceso de “animalismo”. Quizás sea la respuesta a la sobredosis de humanismo que nos dimos en el arranque del milenio y de comprobar que, a fin de cuentas, como decía Louis Ferdinand Céline “la mayoría está compuesta por imbéciles, por eso no voy a votar, siempre se sabe quién ganará”. Es cierto que en ocasiones se reconoce al animal y a la persona por la mirada de inteligencia del animal y, en otras, uno ha aprendido a apreciar a lo animal en la misma medida en que en muchos de nuestros vecinos apenas quedan rastros de humanidad y sus vidas discurren mucho más próximas a la animalidad.

Estamos en un mundo en el que la, antaño muy marcada, línea roja que separa la animalidad de la humanidad se va diluyendo más y más. Acaso por eso, el amor a los animales sea algo necesario para algunos. No para servidor, desde luego.