No
existió una actitud única entre los fundadores del nacional-sindicalismo ante
la figura del doctor Albiñana y de su PNE. Onésimo Redondo, se identificó a
menudo con sus postulados, Ledesma le manifestó su hostilidad absoluta y José
Antonio Primo de Rivera alternó con él cumplidos, indiferencia y hostilidad.
Por su parte, Albiñana se sintió próximo a cierta Falange y alejado de otra. A
medida que fue pasando el tiempo y cuando se convenció de que el nuevo partido
era la competencia que tenía que afrontar y que no había espacio político para
ambas formaciones, fue cambiando el tono del discurso y aumentando la
hostilidad y la distancia en relación a Falange.
Ledesma
y José Antonio habían tenido un contacto directo con albiñanistas en el marco
de la publicación El Fascio, lanzada por
Delgado Barreto (1). Barreto, como se sabe, era la mano derecha de Albiñana en
el PNE y el director de La Nación (2).
Ledesma, explica que las JONS se
mantuvieron completamente al margen de la aparición de El Fascio (3) (lo que no coincide con lo amplio del espacio
dedicado en la revista a las JONS y que, presumiblemente, fue elaborado por el
propio Ledesma en forma de entrevista). Reconoce, algo más adelante que en el
Consejo de Redacción que se formó, los jonsistas fueron requeridos y añade que
“participaron de mala gana”. En este Consejo participaban Giménez Caballero,
Primo de Rivera, Juan Aparicio, Sánchez Mazas y el propio Ledesma. La presencia
de los albiñanistas estaba garantizada por la presencia del propio Delgado
Barreto.
Ledesma
opinaba que tras Delgado Barreto se encontraba José Antonio Primo (a causa de las
relaciones del periodista con el padre de éste). Ledesma dedica a Delgado
Barreto algunas frases que oscilan entre el desprecio (“Era un hombre que tenía, posiblemente, del fascismo algunas ideas muy
elementales y hasta incluso falsas”) y la admiración (“sabía hacer una revista fascista para el tendero de la esquina. Para
el hombre de la calle. Lo que, desde luego, es un valor”). La prevención de
“los jonsistas” derivaba, explica Ledesma, del miedo a que la revista se
convirtiera en una “madriguera
reaccionaria”. A partir de esta experiencia, la divergencia entre
albiñanistas y jonsistas se vuelve cada vez más patente. Albiñana, como
veremos, se aproxima a Falange, pero cuando ésta integra a los jonsistas, el
líder del PNE percibe que ha perdido la partida, rompe la política de acercamiento
y mano tendida hacia Falange y empieza a denunciar a esta formación como si se
tratara de un “grupo de izquierdas”.
No todos opinaron lo mismo y, desde el discurso del Teatro de la Comedia en el
que se constituyó Falange Española, el nuevo partido fue recibiendo un goteo de
militantes procedentes del albiñanismo. De todas formas, la relación entre
Albiñana y José Antonio, si bien epistolar, proseguirá hasta la detención de
éste, como se sabe a partir de la lectura del texto taquigráfico del juicio
oral que tuvo lugar en Alicante contra él.
Escribía
Ledesma en su primera revista política: “Hay que cortar de raíz el pistolerismo
a sueldo y el albiñanismo inmundo. La hora española requiere, más que nunca,
sinceridad y coraje” (4) y en el primer número de la revista JONS, escribió: “Hay cosas que pueden
permitirse a un Albiñana en nombre de la facilidad, pero nunca a los que están
convencidos de que aportan a España un esfuerzo serio, una juventud
inteligente, una ilusión generosa y un talento” (5).
Esta idea de considerar al albiñanismo como sempiterno enemigo la repetirá con
frecuencia. En ¿Fascismo en España?
definirá la actividad de Albiñana y del PNE como “gesticulación reaccionaria al
servicio de la aristocracia terrateniente y de los sectores más regresivos del
país” (6).
La
relación entre Onésimo Redondo y Albiñana fue muy buena. Aquel lo visitó
durante su destierro en las Hurdes. Las posiciones entre ambos eran parecidas y
su formación católica idéntica. Asumían también su ubicación dentro de la
extrema-derecha, mientras que Ledesma y Primo eran más bien partidarios de
presentarse como una alternativa a las derechas y a las izquierdas. Redondo
reconoció que su semanario, el Libertad,
era de extrema-derecha (7).
Ledesma
ironizará agriamente sobre el antisemitismo de Albiñana: en el número 1 de La Conquista del Estado aparece una
viñeta, en la que figura una camisa con la cruz gamada, y debajo la Canción de los Judíos Españoles: "¡Ay! ¡Mira que te lo disí! Simplicio
Albiñana, que no te metieras en camisa de once varas!". Por no hablar
del comentario realizado en el número 3 de La
Conquista… en el que aflora con toda su fuerza el joven Ledesma ateo y
nietzscheano: “Los albiñanas estrenaron
su precioso himno el Viernes Santo (8).
Una beata solterona los tomó por las hijas de María, y se fue con ellos
haciéndoles coro. Todavía no ha regresado” (9). También hubo en las
actitudes de Ledesma cierto matonismo: “Algunos
ateneístas, discípulos del cabileño doctor Albiñana, babean por ahí su
propósito de asaltar nuestras oficinas. ¡No asustarse, camaradas!, ¡buena
puntería!” (10)
Desde
el punto de vista numérico, en esa fase de maduración del “fascismo español” la
correlación de fuerzas era favorable a Albiñana. Aunque se ignoran los
efectivos que llegó a tener su partido, cabe suponer que, a tenor de las
actividades realizadas debió disponer de varios miles de afiliados, de los que
entre 300 y 500 pertenecían a los Legionarios de España. Ledesma, en el mejor
momento de la JONS, apenas dispuso de 200-300 militantes. Algunos de ellos
procedían del PNE.
Un
albiñanista que Ledesma logró atraer fue José María Poblador, el barcelonés
líder de la Peña Deportiva Hispánica; otro Manuel Yllera, albiñanista
santaderino que llegará al Consejo Nacional de Falange y propondrá a Manuel
Hedilla como jefe provincial cántabro. En general, los militantes albiñanistas
pasados al jonsismo dieron un buen resultado y, contrariamente a lo que era de
esperar, no solamente no hicieron gala de reaccionarismo alguno, sino que
pasaron a representar el ala revolucionaria.
En
realidad, la coexistencia entre las JONS y el PNE generó un goteo del segundo
hacia el primero, acaso porque Ledesma parecía responder mejor a las
características globales del fascismo, mientras que Albiñana se afirmaba cada
vez más como un conservador de extrema-derecha. Pero cuando apareció en la
escena Falange Española, el crecimiento de las JONS se estancó y los
albiñanistas que iban llegando se integraban directamente en el partido de
Primo de Rivera. Al fusionarse las JONS con Falange, Albiñana percibió que la
proximidad de Primo de Rivera a Ledesma, lo alejaba de él. En esos días, Primo
de Rivera fue entrevistado para el semanario La Luz y la periodista le preguntó por el doctor Albiñana:
“- Y Albiñana ¿Qué le parece?
- No me lo pregunte a mí. Pregunte
eso a un especialista; es una cosa de manicomio. Yo no soy de derechas, como la
gente cree, en absoluto. Tanto es así, que puesto a escoger entre la obra
reaccionaria y la revolucionaria actuales en España, prefiero, sin ningún asomo
de dudas, a los sindicalistas” (11). Sin
embargo, unos días después, José Antonio matiza lo que había publicado La Luz (12) (cuyo origen era una
entrevista con una periodista de L’Opinió)
y utiliza el diario dirigido por Delgado Barreto. Decía la nota: “lo que más me interesa rectificar, porque,
de ser cierto, envolvería una crueldad de mal gusto, es que haya publicado la
opinión que se me atribuye del doctor Albiñana, persona para quien guardo, en
medio de toda discrepancia ideológica, una afectuosa consideración personal”.
En
su obra Confinado en las Hurdes uno
de los capítulos tiene por título La
Falange, el libro está escrito antes de la fundación del partido. Existía,
pues, una sintonía entre albiñanistas y primoriveristas incluso a nivel
semántico. Y no sólo semántico. El sustrato sociológico del albiñanismo era, en
gran parte, el mismo del grupo inicial Falange Española (13).
Unos
meses antes de la fundación de Falange Española, en los oscuros despachos de la
Dirección General de Seguridad se tenía muy claro cuál era en esos momentos el
esquema del “fascismo español” y cómo evolucionaría la cosa en los años
siguientes. El esquema que se planteaba la DGS llama la atención por lo
preclaro que era. El cuadro de grupos y su evolución prevista era el siguiente
(14):
- Acción Española. Grupo intelectual animado por Ramiro
de Maeztu.
- J.O.N.S., universitarios opuestos a la
FUE, que pronto se unirán a Falange Española
- Partido Nacionalista Español. Fundado
por Albiñana, católico y monárquico.
- Frente Español. Jóvenes intelectuales,
seguidores de Ortega y Gasset, que "se harían fascistas si vieran más
porvenir".
- Residuos de la Dictadura. Esperan que el
fascismo inclinará la situación a su favor. Algunos confían en que Calvo
Sotelo será el "Mussolini español".
- Fascistas independientes de izquierda.
Casi todos los ateneístas republicanos que se han ido integrando en el
radical socialismo.
- Nacional sindicalistas. Los dirigentes y
militantes de los antiguos Sindicatos Libres.
- Falange Española. Se prevé que el grupo
de José Antonio Primo de Rivera absorberá a todos los grupos o
facciones de ideología fascista. Tiene más de 100.000 adheridos y mantiene
relaciones con organizaciones oficiales del "mussolinismo, hitlerismo
y salazarismo".
- Otros. Como el diario Informaciones, de Juan March,
Sánchez Mazas, Giménez Caballero, González Ruano y Eugenio D'Ors.
Pendientes de definirse abiertamente.
El
informe omite prever la evolución del albiñanismo y si bien sobrevalora
evidentemente la importancia y las dimensiones de grupo de José Antonio, prevé
que éste absorberá a todos los demás incluido al PNE. Cuando se produjo el acto
del Teatro de la Comedia, Albiñana envió una carta abierta a José Antonio que
fue reproducida en La Nación el 31 de
octubre. Albiñana se expresaba en estos términos: “le envío a usted la entusiasta adhesión del nacionalismo español y la
mía personal".
En el
momento en que se fundó Falange, era difícil que Albiñana pudiera dar un mitin
público. Sus reuniones eran prohibidas por la policía, así que el partido se
fue desperdigando y cada núcleo albiñanista actuó por su cuenta. Grupos como la
Liga Patriótica Española (15), el grupo Fascismo Español, e incluso la Pena
Deportiva Ibérica, fueron animados por albiñanistas. Los “Centros
Nacionalistas” existentes en algunas provincias habían terminado abriéndose a
todo tipo de activistas que frecuentaban el submundo de la extrema-derecha
española. En zonas en donde el carlismo era débil (Castilla la Vieja) sus
escasos militantes frecuentaban los centros albiñanistas. Falange Española,
cada vez que algún medio de comunicación los vinculaba con alguna de las iniciativas
albiñanistas, un puntual comunicado negaba toda relación.
El 24 de
abril de 1934, seis meses después de la fundación de Falange, el grupo Fascismo
Español convocó un mitin en el mismo escenario. Quince días antes, cuando se
anunció la constitución del nuevo grupo y la convocatoria del mitin, Falange
Española emitió un comunicado en el que se leía: “Ha surgido una nueva entidad denominada Fascismo Español, que quiere
especular también con el ambiente del momento. Falange Española de las JONS
quiere hacer constar que tampoco tiene nada que ver con ese movimiento ni con
los actos de propaganda que organiza” (16). El fundador del grupo era José
Martín Villapecín (17), periodista especializado en temas taurinos. De hecho,
la fundación del Fascismo Español debía ser una etapa de tránsito intermedia
hasta llegar a la fusión entre ambos grupos. Las dinámicas de la época hicieron
que este plan no pudiera concretarse, el grupo Fascismo Español se desdibujó
casi inmediatamente después de su fundación, justo cuando la fusión entre FE y
JONS daba la razón al informe de la Dirección General de Seguridad que auguraba
la fusión de todos los grupos fascistas en la formación de Primo de Rivera. A
partir de entonces las incorporaciones de albiñanistas a Falange Española se
hicieron por goteo y se prolongaran hasta el estallido de la guerra civil.
El 4 de
diciembre de 1934 (poco más de un año después de la fundación y nueve meses
después de la incorporación de las JONS) Albiñana opinaba que Falange se había
convertido, por influencia de los jonsistas, en un partido “de izquierdas” (18).
Sin embargo, las relaciones entre José Antonio y Albiñana no se deterioraron.
Al ser apresado en marzo de 1936, José Antonio mantuvo una breve correspondencia
con Albiñana. Durante el proceso de José Antonio en Alicante, el nombre de
Albiñana salió a relucir varias veces (19).
En 1933,
Burgos era la única provincia española en la que el PNE tenía una implantación
relativamente sólida. No es raro que varios destacados miembros de su
organización pasaran a Falange Española.
El acto fundacional falangista del Teatro de la Comedia debería haberse
celebrado inicialmente en Burgos con el apoyo de los albiñanistas locales (20),
lo que indicaría que en esos momentos las relaciones entre Albiñana y Primo de
Rivera eran excelentes.
En la propia
organización burgalesa del PNE sus dos máximos representantes, Florentino
Martínez Mata, jefe del albiñanismo en la capital provincial y Alejandro
Rodríguez de Valcárcel (21) (que luego sería presidente del Consejo de Regencia
en los dos días siguientes a la muerte de Franco y de las Cortes Españolas de
1969 a 1975), terminaron afiliándose a Falange. Otros destacados albiñanistas
castellanos, como el zamorano Ricardo Nieto Serrano, pasaron al falangismo. El
factor de ruptura de Nieto con el PNE fue la cuestión religiosa: mientras que
para la Falange este problema ocupaba un lugar secundario, el PNE era una
organización confesional. Una vez iniciado el conflicto civil, Nieto Serrano
fue uno de los falangistas partidarios del Decreto de Unificación entre la
Falange y el Carlismo que dio origen al partido único FET-JONS (22). En
Extremadura, el primer jefe provincial de Falange en Badajoz, Eduardo Ezquer,
había pasado de ser el jefe de la Unión Patriótica en Don Benito y contar con
la amistad del dictador Primo de Rivera (de hecho, fue el dictador quien le
presentó a su hijo que sería fundador de Falange en los últimos meses en los
que todavía ostentaba las riendas del Estado). Luego pasaría a coquetear con
los monárquicos alfonsinos y sería dirigente de Acción Ciudadana y como tal se
entrevistó con Alfonso XIII al que tuvo el valor de comunicarle que la
monarquía estaba en crisis. Individuo de valor personal y fortaleza muy
superior a la media se encaró solo con los asistentes a un mitin socialista en
la Plaza de Toros siendo recogido por el chófer del general Mola. Fugaz
militante del PNE, Albiñana le encargó la formación de los Legionarios, pero
Ezquer rechazó la oferta y se integró en Falange.
Narciso
Perales y su esposa, Justina Rodríguez de Viguri, cuya trayectoria política
abarca desde prácticamente la fundación de Falange hasta la aparición del
seudo-hedillismo en los años 70 (23), fueron también militantes albiñanistas
(24). Capítulo aparte merece la figura de Alfredo Jiménez Millas, participante
en la “sanjurjada” del 10 de agosto de 1932, detenido por este hecho y
condenado permaneciendo en prisión durante un año. Realizará una segunda
estancia en prisión en Ocaña todavía como militante albiñanista. Fue uno de los
fundadores de Falange y jefe de la Centuria Móvil de Madrid (25).
NOTAS A PIE DE
PÁGINA
(1) Antes de la campaña
electoral de 1936, Delgado Barreto auspició la creación de una “candidatura
contrarrevolucionaria” y se manifestó contra la forma
en la que falangistas, dirigentes de la CEDA y del Bloque Nacional estaban
llevando las negociaciones. Advirtió que la desunión acarrearía una amplia
victoria de la izquierda y culpó a Gil Robles de este resultado. En sus dos
últimos meses (febrero-marzo) al frente de La Nación cambió el tono del
discurso y no eludió realizar llamamiento a una acción enérgica de las Fuerzas
Armadas. Finalmente, la redacción y los talleres del diario fueron asaltados e
incendiados por la extrema-izquierda en marzo de 1936, entrañando el fin de la
publicación. Delgado Barreto fue detenido en su domicilio el 20 de julio,
internado en la Cárcel Modelo hasta que se recibió una “orden de traslado”,
desapareciendo a continuación. Se ignora en qué circunstancias fue asesinado. Delgado
Barreto, director de El Fascio había iniciado su carrera como periodista
fundando un Ateneo Literario y dirigiendo la revista Gente Nueva y La Opinión
en las islas Canarias su lugar de nacimiento. En 1901 se instaló en Madrid,
siendo redactor jefe de El Globo y de
La Correspondencia de España. Fue
adquiriendo una fama consolidada de periodista satírico, fundando varias
revistas de ese estilo (El Mentidero,
Gracia y Justicia y Bromas y Veras
en la que ya se percibían claramente su posición favorable al fascismo). En los
últimos 11 años de su vida dirigiría el diario La Nación que pasó de ser un órgano oficioso de la dictadura a ser
el diario de la Unión Patriótica y, finalmente,
el portavoz de Renovación Española.
(2) La Nación, diario de
extrema-derecha aparecido durante la dictadura de Primo de Rivera hasta febrero
de 1934 cuando su redacción y talleres fueron asaltados e incendiados el 13 de
marzo de 1936 por activistas de izquierda como represalia al atentado contra
Jiménez de Asúa. Su lema era “Justicia, Paz y Trabajo”. Durante la mayor parte
de su existencia fue dirigido por Manuel Delgado Barreto. Contó con las grandes
plumas de la derecha de la época como colaboradores habituales. Sostuvo a la
dictadura de Primo de Rivera y se configuró como órgano monárquico durante la
República pero estuvo enfrentado a la CEDA y apoyó sin reservas a Calvo Sotelo
y a su Bloque Nacional así como a Renovación Española, después de apoyar
brevemente la constitución de Falange Española. Al tratarse de un diario
madrileño, cuando estalló la guerra civil buena parte de sus redactores y su
propio director fueron fusilados o desaparecieron.
(3) Ramiro Ledesma, ¿Fascismo
en España?, Editorial Ariel, Barcelona 1967, págs. 78 y sigs, parágrafo: La aparición de El Fascio.
(4) La
Conquista del Estado, nº 10 (16 de mayo, 1931),
entrefilet.
(5) Citado por Southworth, op.
cit., versión digital en http://www.ruedoiberico.org/libros/textos.php?id=214
(6) ¿Fascismo…?, op. cit., pág.
52.
(7) "Se fundó Libertad con quinientas pesetas de capital. La opinión, sin
embargo, se fue aclarando rápidamente, percatada de que era un semanario
valiente, español sobre todas las cosas, y aunque de extrema derecha, amigo
declarado de los obreros y de ningún modo carca o cavernícola" (Libertad, Año II, Número 53, 13 de junio
de 1932 “Un pequeño balance”).
(8) El himno al que se refiere el hiriente artículo jonsista fue
compuesto por el propio Albiñana en 1930, llevaba como título España inmortal y
su letra repetía los lemas y las consignas propias del PNE. Obviamente el
comentario de Ledesma tenía algo de cierto; en efecto, el himno estaba influido
en gran medida por la religión: “Españoles, la Patria bendita/nuestro
esfuerzo reclama: ¡A luchar! / Frente a toda conjura maldita / defendamos la fe
y el Hogar. / En los labios el bélico acento, / en las almas torrentes de luz;
/ ¡Surja el pueblo con súbito aliento / defendiendo la Patria y la Cruz! /
Despreciemos la injuria extranjera / que nos lanza una secta procaz, /
defendamos con nuestra Bandera / rojo y gualda, el Trabajo y la Paz. / Nuestra
Historia la lucha no extraña, / de sus glorias marchemos en pos, / sobre todas
las cosas, ¡España! / ¡Sobre España inmortal, sólo Dios!”
(9) La
Conquista del Estado, Nº 3 (29 de marzo, 1938), artículo Águilas y angulas.
(10) La
Conquista del Estado, Nº 9 (9 de mayo, 1931).
(11) La Luz (25 de abril, 1934), texto incluido en Últimos Hallazgos de Cartas y Escritos de
José Antonio Primo de Rivera, Recopilación de Agustín del Río Cisneros y
Enrique Pavón Pereira.-Ediciones del Movimiento, 1962, citado en http://
memoriazul.lacoctelera.net/post/2010/07/21/albi-ana-y-falange-y-iii
(12) La Nación,
de fecha de 27 de abril de 1934, Cfr. http://memoriazul.lacoctelera.net/post/2010/07/19/albi-ana-y-falange-ii
(13) http://memoriazul.lacoctelera.net/post/2010/07/19/albi-ana-y-falange-ii
(14)
http://www.manuelricoavello.org/elecciones_1933_11.html
(15) A principios de los años 30
algunos grupos surgidos del albiñanismo utilizaban todavía la sigla “Liga Patriótica Española” cuyo origen era muy
anterior. En efecto, el grupo originario fue fundado en Barcelona en octubre de
1919 por Ramón Sales Amenós, uno de los fundadores del Sindicato Libre que en
Cataluña alcanzó los 81.000 afiliados. La Liga fue la respuesta al llamamiento
autonomista de noviembre de 1918 seguido de una oleada de violencia
autonomista. La Liga de instaló en la calle Pelayo, sobre el teatro Petit
Pelayo, próximo a Las Ramblas zona de la que expulsó a los activistas separatistas.
Parece que estaba formada por oficiales del ejército, policías, hinchas del
R.C.D. Español, que Ucelay da Cal define como “la reducida clientela del
fascismo español en Barcelona hasta 1936”. La Liga tuvo un manifiesto
fundaciones titulado significativa “¡Viva España!” y adoptó como himno la
llamada canción La hija de Malasaña, un cuplé que en aquellos momentos hacía
furor en la Ciudad Condal: “Lucho como una leona | al grito de Viva España | y
es que por mis venas corre | la sangre de Malasaña”. La huelga general de 1919
eclipsó al nacionalismo catalanista y, por consiguiente, también a su respuesta
activista, la Liga Patriótica. Sales murió fusilado o descuartizado por
vehículos al que ataron sus extremidades. (Datos extraídos de http://xaviercasals.wordpress.com/2012/06/26/el-primer-fascismo-espanol-los-hijos-de-malasana-y-la-liga-patriotica-espanola/).
En los años 30, la sigla fue recuperada por un miembro del partido albiñanista,
José Martín Villapecín, que utilizaba también de manera aleatoria la sigla
“Fascismo Español” (que coincidía con las iniciales de Falange Española).
(16) http://www.rumbos.net/ocja/jaoc2095.html
(17) José Martín Villapecín
terminará ingresando en Falange Española después del
ascenso al poder del Frente Popular. Apresado en el momento de producirse la
sublevación militar conocerá a José Antonio Primo de Rivera en prisión y
escribirá después de la guerra una biografía sobre el personaje. Su mujer, Dora
Maqueda se convertirá en una de las dirigentes de la Sección Femenina de la que
fue Secretaria Nacional y en la postguerra sin duda la colaboradora más próxima
de Pilar Primo de Rivera, tras haber sido una de las siete fundadoras de la organización
en 1934.
(18) Albiñana responde a una entrevista publicada
en el periódico El Castellano (4 de
diciembre de 1934) que Falange Española es un “partido político de izquierdas, que como todos ellos, actúa en
menoscabo del espíritu tradicional español”. Es evidente que, en esos
momentos, había reorientado su partido hacia una convergencia con el carlismo y
con el Renovación Española.
(19) “En el texto taquigrafiado del proceso puede
leerse: ‘mantuvo múltiple correspondencia con conocidos dirigentes de la
política española derechista, comunicación escrita que no tuvo impedimento ni
censura, en la Cárcel de esta Ciudad, hasta el 16 de agosto próximo pasado,
permitiéndole relacionarse libremente, por correspondencia, con Generales tan
tachados de enemigos de la República como Martínez Anido y Sanjurjo y políticos
como Albiñana, Serrano Suñer y otros, siendo de notoriedad las dos cartas
firmadas por el General Sanjurjo’”. José María Mancisidor, Frente
a frente, José Antonio Primo de Rivera frente al Tribunal Popular. Texto taquigráfico del juicio oral de Alicante, Almena Editorial,
Madrid 1975, pág. 37. “Preguntado
luego por el fiscal sobre esta correspondencia se produjo el siguiente diálogo:
- Fiscal: ¿Estando en la Cárcel
de Madrid detenido, lo mismo que en esta de esta Capital, no ha recibido usted
muchas cartas sin censurar todas ellas?
- José Antonio:
Sin censurar, que yo sepa...
- Fiscal:
¿Reconoce que son del General Martínez Anido, del Doctor Albiñana, de Serrano
Suñer?
- José Antonio:
Y de Miguel Maura, Doctor Marañón, y otros amigos más. El contenido de esas
cartas está ahí y a ellas me remito y si quiere un pequeño comentario a ellas,
lo haré.
Y José Antonio pasó a realizar el “pequeño
comentario” en el cual aprovechaba para lanzar alguna puya sobre Albiñana,
acaso porque sabía que el tribunal popular odiaba la figura del doctor
nacionalista. Explica José Antonio que se encontró en poder de miembros de la
Unión Militar Española una lista de personalidades que deberían integrar un
futuro gobierno. Dice Primo de Rivera: “En
ese Gobierno (…) figuran personajes de primer orden, de segundo, tercero,
cuarto y hasta quinto orden: el doctor Albiñana, del que tengo una carta toda
llena de ampulosidades, y a la que contesto: "Gracias", Rosa Urraca
Pastor... Personas, que sin pecar de soberbia, considero que tienen una
representación política o intelectual algo inferior”” (Ibidem., pág. 261).
(20) http://memoriazul.lacoctelera.net/post/2010/07/19/albi-ana-y-falange-ii,
añade incluso la fecha en la que debería de haberse organizado ese mitin: el 3
de octubre de 1933, 26 días antes que el mitin fundacional de La Comedia.
(21) Cfr. Luis Palacios Bañuelos, La Segunda República en Burgos, En Historia
de Burgos, tomo IV, Caja de Burgos, Burgos, 2002, pág. 476.
(22) Cfr. Las fuentes orales y
la historiografía del fascismo español, Sheelagh Ellwood, Centro de
Estudios Contemporáneo Españoles, Universidad de Londres, reproducido en Revista Zurita nº 56. Págs. 65-79.
(23) Cfr. Revista de historia
del Fascismo, artículo sobre el hedillismo publicado en los números X y XI.
(24) Esta militancia se ha justificado afirmando que el matrimonio
estaba muy sensibilizado por la religión católica y que el albiñanismo asumía
públicamente la defensa de la tradición católica española.
(25) Durante el franquismo ocupó distintos cargos políticos entre otros el de Vicesecretario General del Movimiento y diputado en Cortes en varias legislaturas. Fue uno de los 59 procuradores que votaron en contra de la Ley para la Reforma Política el 18 de noviembre de 1976.
Albiñana y su Partido Nacionalista Español (1 de 7)
Albiñana
y su Partido Nacionalista Español (2 de 7)
Albiñana
y su Partido Nacionalista Español (3 de 7)
Albiñana
y su Partido Nacionalista Español (4 de 7)
Albiñana
y su Partido Nacionalista Español (5 de 7)
Albiñana
y su Partido Nacionalista Español (6 de 7)