Info|krisis.- Si uno fuera conspiranoico y mal
pensado estaría por decir que Artur Mas es un agente del nacionalismo español,
pagado para liquidar más de un siglo de nacionalismo catalán. Nada más lejos de
la realidad, obviamente; pero sí que es rigurosamente cierto que después del entierro definitivo
del “procés” ya nada será igual en Cataluña, ni en las relaciones de la clase política
nacionalista catalana con el resto del Estado. La fosa del “procés” ya
está cavada (acuerdo PP-PSOE-Cs) ahora sólo queda enterrar al cadáver.
Hasta ahora, el nacionalismo catalán ha
podido ir sobreviviendo gracias a su innegable capacidad de negociación con el
Estado Español. Lo hizo durante la Restauración, durante la República, volvió
a hacerlo en la transición logrando –a través de Miquel Roca– una Constitución
en la que el nacionalismo moderado se situaba en disposición de negociar
siempre mayores techos autonómicos y competencias a cambio de apoyar al
gobierno del Estado cuando no alcanzaba a obtener mayorías absolutas.