jueves, 2 de mayo de 2024

¿DERECHA? ¿IZQUIERDA? ¿SIGUEN TENIENDO SENTIDO? (Segunda Parte: LA PRÁCTICA)

Una de las novedades -de hecho, la única- de las elecciones catalanas es que, por primera vez el problema de la inmigración aparece en candidaturas de derecha, de izquierda e independentistas. Algo inédito, pero significativo. En efecto, ya no hay excusa para preguntarse ¿a quién voto? Sea cuál sea su sensibilidad política, hay candidaturas que reconocen el gravísimo problema que afecta a Cataluña y que no dejará de agravarse en las próximos años: la islamización del territorio catalán que, como hemos dicho en muchas ocasiones desde el inicio del “procés”, en caso de independencia, tiene más posibilidades de ingresar en la Liga Árabe que en la Unión Europea (ver artículo La independencia de .cat desde una perspectiva étnica).

PARA UNA SENSIBILIDAD DE IZQUIERDA: 

FRENTE OBRERO

El Frente Obrero, dirigido por Fernando Vaquero, presenta lista encabezada en Barcelona por Alicia Sanz. Es una formación de izquierdas. ¿Izquierda radical? En realidad, no: más bien de la izquierda de toda la vida. Siempre ha existido una óptica de izquierdas, pero solamente en la actualidad, da la sensación de que los partidos mayoritarios de izquierdas que se presentan en estas elecciones (PSC, Comuns) tiene más de mundialista, de progresista y de LGTBIQ+, que de izquierdas propiamente dichas.

El Frente Obrero realiza una crítica demoledora a la trayectoria seguida por la gencat y al nacionalismo independentista, acude en defensa de la unidad del Estado (el jacobinismo siempre ha sido una característica de la verdadera izquierda frente a esas izquierdas “progres” en las que resulta muy difícil establecer una divisoria con el nacionalismo.

Pero sobre todo, Frente Obrero ha identificado el “gran problema catalán”: la inmigración masiva. Vaquero, en su planteamiento es particularmente claro en esta cuestión. Su diagnóstico es: Cataluña se está islamizando, basta salir a la calle para advertirlo. No es un fake, es una realidad para quien tenga ojos y vea, cerebro y sea capaz de razonar.

Así que ahora, el voto de izquierdas ya tiene una alternativa a tener en cuenta (en su presentación en Barcelona, la candidatura ha registrado una afluencia masiva). Ya no se está obligado a votar “como trabajadores” o como “gentes de izquierdas”, ni al PSC, ni a Comuns…

Vídeo de Fernando Vaquero: “Defiende Cataluña – Defiende España” – FRENTE OBRERO EN LAS ELECCIONES CATALANAS


PARA UNA SENSIBILIDAD DE DERECHAS: 

VOX

Para la sensibilidad de derechas, votar se ha convertido en un problema. Cada vez más ciudadanos con criterio conservador, votar al PP, en cualquier elección, es un ejercicio que solo puede realizarse con la nariz tapada. No está clara la posición del PP en muchos aspectos (sin olvidar pasadas corruptelas) y mucho menos aún la opinión de Feijóo que se ha jactado en decir en muchas ocasiones que su “primera opción de pactos es el PSOE”… añadiendo unos meses después que es “un PSOE sin el sanchismo”. Demasiado tarde y demasiado improbable.

Pero, contra el PP juegan muchos factores: en primer lugar, su oportunismo político tantas veces demostrado (desde el aznariano “yo hablo catalán en familia”) por no hablar de sus pifias (Aznar abrió en 1996 las puertas a la inmigración como uno de los puntales de su “modelo económico”; aquellas aguas trajeron estos lodos, sin olvidar su actitud ante la guerra de Irak). En materia de inmigración, por cierto, elude pronunciarse con claridad, aunque, si son consecuentes, la simpatía con la que Feijóo ha contemplado la Agenda 2030 es elocuente.  

Es cierto que hoy el primer problema del país es deshacerse del pedrosanchismo y el PP es el partido que está mejor situado para expulsarlo del poder, pero… ¿y luego? Siempre hemos dicho que Vox tendrá su momento cuando gobierne el PP… y decepcione.

En las elecciones catalanas, el mensaje más claro para un electorado conservador y populista, consciente de lo que está pasando, lo aporta Vox. Así como en sus primeros pasos, no tuvo muy claro cuál era el verdadero problema y optaba por mensajes ligeramente más radicalizados del PP, ahora, en la búsqueda de un espacio electoral propio -que, al mismo tiempo, respondiera a problemas reales- el voto a Vox, además de un voto antiindependentista, es, sobre todo, un voto antiinmigración.

Y hoy, ya no es obligatorio para una sensibilidad de derechas, votar al PP. Existe una alternativa.

Vídeo publicitario de Vox para las próximas elecciones: “HACIA LA REPÚBLICA ISLÁMICA DE CATALUÑA


PARA UNA SENSIBILIDAD NACIONALISTA:

ALLIANÇA CATALANA

Desde las anteriores elecciones catalanas, estaba claro que el fracaso del “procés” había precipitado la fragmentación del voto nacionalista e independista. No era una novedad: tras las aventuras y las burbujas, vienen los blufs y los estallidos. Esta tendencia a la fragmentación sigue presente en el voto indepe, incluso aumentado con la inclusión de la muy impresentable candidatura de Clara Ponsati (Alhora), que se suma a la candidatura marciana de la CUP en franca pérdida de energía desde hace cuatro años, a Junts, a ERC y quizás a alguna más que se nos escapa por irrelevante. La novedad es que ahora se une para esta sensibilidad una última opción: Alianza Catalana, un partido derivado de la proyección regional de la alcaldesa de Ripoll, Nuria Orriols, fundado en 2020 y que es definido como “extrema-derecha independentista”.

Dejando aparte esta definición, parece claro que el mensaje anti-inmigración es lo que justifica que esta candidatura tenga un espacio propio que no es ni el de la CUP (que, en realidad, se jacta de haber integrado inmigrantes en su proyecto independentista), ni la de ERC (que tiene hasta ocho islamistas en sus listas), ni la personalista de Junts (que solo aspira a salvar la cara a Puigdemont), ni la de la Ponsati (que no pasa de ser un triste proyecto personal).

Alliança Catalana es independentista y parece muy claro que ofrece una opción antiinmigración para esa sensibilidad. El resto de sus propuestas carecen de interés y no pasan de ser un cuadro más o menos radical (e incluso fantasioso) de las posibilidades de supervivencia de Cataluña en las actuales circunstancias (la defensa de una “declaración unilateral de independencia” o de un “ejército catalán”, son paródicas, pero tienen predicamento entre determinados sectores de nacionalistas. Lo importante de esta candidatura es que plantea al ámbito independentista la madre de buena parte de los problemas actuales de Cataluña y el que constituirá el mayor problema a la vuelta de unos años: la inmigración masiva y la islamización de la región.

Vídeo publicitario de Alliança Catalana para las próximas elecciones: “SALVEM CATALUNYA”

Y TODO ESTO ¿POR QUÉ?

Desde hace unos meses, venimos observando una tendencia que ya hemos denunciado en la primera parte de este artículo. Nos congratulamos de que, también en España, la tendencia al rechazo de la “revolución antropológica” que pretenden imponer los “progresistas” (progresistas de derechas, progresistas de izquierdas, progresistas independentistas), gane terreno: en estas elecciones catalanas, cualquier voto que vaya a parar a estas nuevas candidaturas, a pesar de ser fiel a sus respectivas sensibilidades, a pesar de la distancia que cada una de las tres candidaturas mantiene en relación a las otras, es una muestra de que, las “opciones habituales”, cada vez van perdiendo más fuerza y se van desdibujando por mucho que el país tienda a la polarización.

Podemos decir, que frente a la “polarización derechas – izquierdas” y a la “polarización patriotismo español – independentismo”, está surgiendo una “polarización antropológica”: defensa de nuestros territorios como formas de “cultura europea”, frente a quienes pretenden hacer de Europa un “territorio multicultural”.

La contradicción principal en este momento histórico ya no es entre “derechas e izquierdas”, sino más bien entre “conservacionistas identitarios” y “progresistas multiculturalistas”.