INDICE GENERAL (en fase de elaboración)

jueves, 20 de noviembre de 2025

LOS PROBLEMAS ESTRATÉGICOS DE LOS PARTIDOS EUROESCÉPTICOS EN ESPAÑA (2)

EL CASO CATALÁN, NO ES MUY DIFERENTE DEL ESPAÑOL

El papel que Vox ocupa en el Estado Español, es similar al ejercido en la Cataluña nacionalista por Aliança Catalana (AC). De la misma forma que Vox ha sido la gran novedad de los últimos 5 años en la política española, el partido de Silvia Orriols, es la alteración más profunda registrada en la política catalana, desde 2017, cuando Ciudadanos venció en las elecciones autonómicas en Cataluña…

En el momento actual (20 de noviembre de 2025), se espera con mucha inquietud entre las siglas nacionalistas, pero también en el PSC de Illa, la publicación de la próxima encuesta de intención de voto por parte del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO, el CIS catalán). Se ha filtrado que dicha encuesta atribuye a AC la posibilidad de ser la “segunda fuerza política en Cataluña”.

Ante esta eventualidad que Oriol Junqueras ha lanzado esta misma semana, el bulo, tan estúpido como conspiranoico, de que el CNI ha impulsado la creación de AC “para debilitar al independentismo”, amparado en el hecho casual y no confirmado de que el imán de Ripoll habría recibido cada mes 500 euros mensuales del CNI a cambio de informaciones sobre la comunidad islámica. Este imán, como se sabe, fue el “cerebro” de los atentados de Barcelona y Cambrils de 2017… Junqueras y los difusores del bulo sobre AC se ampararían en este dato sobre el imán (que el CNI ha refutado) para realizar una generalización tan abusiva como miserable: lo que sugiere Junqueras es, hablando en plata, que “si AC tiene su origen en Ripoll, es que cuenta allí con sólidos apoyos por parte del CNI, porque el independentismo nunca se equivoca y si hoy ha perdido la mayoría social y se ha fragmentado en media docena o más de capillas, no es por sus propios errores sino por una amplia conspiración contra él, de la que la Orriols es una pieza más…”. Ejem, ¿ven porqué consideramos pura conspiranoia la opinión de Junqueras?

Lo cierto es que los tres partidos indepes, Junts, ERC y los restos de CUP están, literalmente, aterrorizados por constatar el tránsito de grupos locales y comarcales enteros en beneficio de AC.

AC declara en estos momentos 3.000 afiliados. En 2024, ERC declaraba 8.226, Junts asegura 6.010 en 2022 y la CUP 1.912 en 2016… otras fuentes, en cambio, aseguran que están al día en el pago de cuotas 4.500 miembros de ERC, 4.000 de Junts y 400 de CUP, a finales de 2024). Se sabe también que, en las últimas semanas, después de campañas en Tarragona y en la provincia de Barcelona, se han registrado 600 nuevas altas en AC.

En el mes de septiembre de 2025, la anterior encuesta del CEO atribuía casi una veintena de escaños a AC. En el actual parlamento de Cataluña, la composición es: 42 al PSC, 35 a Junts, 20 ERC, 15 PP, Vox 11, ECP 6, CUP, 4 y AC 2. Pero hoy -apenas año y medio después de las anteriores elecciones catalanas, ya no se darían, ni remotamente, las mismas cifras: el bloque indepe, especialmente Junts, vería mermado por el crecimiento de AC, mientras que ERC quedaría por detrás de esta formación. En la encuesta publicada a finales de septiembre, que daba 19 diputados a AC, el PSC perdería 6 diputados, Junts se quedaría en 21, ERC quedaría más o menos en las mismas (20-21), la CUP quedaría en apenas 3 diputados, Vox pasaría de 11 a 16 y el PP caería de 15 a 13. AC pasaría ser primera fuerza en Genero y Lérida, mientras que el PSC se mantendría en Barcelona y Tarragona con pérdidas notables. Si esta situación ya era complicada para el PSC que quedaría muy lejos de la mayoría absoluta (68 escaños) con sus 35-36 escaños, ni siquiera la coalición con ERC y Comuns le haría alcanzar esa mayoría y lo que es peor para Illa: la nueva encuesta del CEO demostraría que en dos meses la situación ha empeorado para él y para el independentismo.

Así pues, el tablero político catalán es hoy más inestable que nunca y la única certidumbre es que suben Vox entre los castellanoparlantes y AC entre los independentistas. Por supuesto, los partidos que más defienden la creación de un “cinturón sanitario” en torno a las dos formaciones, son el PSC y ERC. CUP, a punto de su extinción, apenas tiene peso y, en cuanto a Junts, ha decidido “radicalizar” su discurso presionado por AC, pero… su falta de credibilidad y sus oscilaciones evitando apuntillar el “sanchismo”, son sus principales hándicaps, junto al creciente descrédito de todo lo que rodea a la “corte de Waterloo” (que solamente sigue existiendo como realidad política para los televisionarios de TV3).

LOS PROBLEMAS QUE PUEDE ENCONTRAR AC EN SU CRECIMIENTO

El problema que puede encontrarse AC en los próximos meses es que, de no modificar su actitud ante la independencia de Cataluña (y es muy difícil que la modifique), corre el riesgo de recibir un aluvión de militantes decepcionados procedentes de las tres fuerzas indepes en descomposición y está obligado a presentar, en el terreno nacionalista, una opción capaz de satisfacer a los votantes independentistas.

Eso contribuiría a acentuar la tendencia a que AC se convierta, además de ser un “partido anti-inmigración”, sea el partido hegemónico entre el independentismo. Y, en ese caso, su techo de votos será, como máximo, la de la suma de los decepcionados por los partidos indepes, pero no irá más allá. 

Silvia Orriols, tiene, por el momento, una visión política centrada en el Ripollés y en su pasado historial político centrada en el independentismo. Le cuesta reconocer: que esta opción ha fracasado, que el "procés" es agua pasada y que, a pesar de que en esa ocasión, gracias a los medios oficialistas de la gencat, fue cuando existieron más posibilidades de "independencia", ese ambiente, hoy, está multifraccionado, extremadamente debilitado y con pérdida de vigor. De hecho, la irrupción de AC está sirviendo para evidenciar más aún las fracturas internas del independentismo. Y esto no va a cambiar a tenor de la entrada masiva de militantes independentistas decepcionados por sus opciones clásicas

En cuanto a Vox en Cataluña, sus posibilidades de crecimiento se centran entre los castellanoparlantes y entre votantes del PSC que ya no se reconocen ni en esta sigla (Illa parece intentar satisfacer a los nacionalistas siguiendo en esto a Pascual Maragall) ni en las actitudes pro-inmigracionistas de este partido.

El discurso independentista de Silvia Orriols es fuerte en la denuncia a la inmigración masiva, pero muy débil en la solución del problema y mucho más débil aún a la hora de encontrar vías y estrategias para la independencia de Cataluña (si es que existen y, a poco que se examine con cierta objetividad, es difícil que existan). En los próximos meses, Silvia Orriols va a comprobar la dificultad de compaginar “anti-inmigracionismo” con “independencia”, a la vista de que la solución al primer problema solamente puede darse dentro del marco del Estado Español y a que, hoy, no en 2017, la sociedad catalana (que va mucho más allá de los espectadores de TV3) ha dejado de creer en que la solución a todos sus problemas es la independencia de Cataluña.

A esto se une otro problema y no menor. El aluvión de ingresos, de comités enteros de Junts, ERC y CUP, hace que el partido crezca demasiado rápidamente, cuando Silvia Orriols, hasta no hace mucho, no tenía intención de extender su partido más allá del  Ripollés

Este crecimiento desmesurado y en tan poco tiempo ha superado cualquier desarrollo estratégico que AC pudiera tener. Por tanto, carece de estrategia en esta nueva fase. Por sus declaraciones puede deducirse que su intención es no participar en elecciones generales. Pero su ausencia, corre el riesgo de diluir su mensaje entre la sociedad catalana y de que, de no reconsiderar esta postura, el vacío dejado al carecer de diputados en el Parlamento del Estado, contribuya a la confusión de los electores que le votarían en las municipales y en las autonómicas.

A lo que hay que añadir que las gentes llegadas de partidos como ERC y Junts constituyen,  en gran medida, contingentes de “políticos profesionales” atraídos por el crecimiento actual y las posibilidades de futuro de una sigla, sin estar familiarizados con un programa de gobierno hoy casi inexistente y con una estrategia aún escasamente definida, pero deseosos de abrirse un “futuro personal” de cara a vivir de la administración autonómica. En muchos casos, se trata también de outsiders de esos partidos o de gentes que han quedado fuera del "reparto de poltronas" y buscan otra formación que pueda satisfacerles, incluso, que son conscientes de que, a la vista de las encuestas, no permanecerán en los cargos que ahora detentan, como no realicen la pirueta de un salto de sigla antes de que sea tarde.

VOX Y AC, O EL RETORNO DEL JANUS BIFRONTE

Vox y AC comparten una característica: son partidos “vírgenes” que pueden alardear de una ausencia total de corruptelas. Mientras esto siga así y logren preservar esta "virginidad", el mensaje de ambos será creíble; pero desde el momento en el que protagonicen algún caso de corrupción, se arriesgan a perder todo su crédito electoral.

Silvia Orriols, de hecho, mantiene en este terreno una posición ética muy razonable que no deja lugar a dudas. Pero, otra cosa es garantizar que los procedentes del aluvión llegado de Junts y de ERC, están hechos de la misma pasta.

El “cinturón sanitario” sobre la “extrema-derecha independentista” capitaneado por Illa y por ERC en este momento, va a ser el mismo que aquel al que pretende someter el sanchismo a Vox… Tras los argumentos más banales esgrimidos por el PSC y los “fakes” lanzados por Junqueras, otro de los damnificados por la expansión de AC, lo que no se puede olvidar es que ambos partidos, Vox y AC, representan entre un tercio y una cuarta parte de los votos en las encuestas publicadas en septiembre pasado… Y esto, cuando apenas ha pasado un año y medio de las anteriores elecciones

Por tanto, la situación en la región catalana no está muy alejada de la situación política española y se caracteriza con cuatro elementos:

1) Distancia creciente entre el “país oficial” y el “país real” demostrado en las variaciones profundas en la opinión del electorado constatadas en apenas 18 meses.

2) Aumento en estos 18 meses del peso de las opciones euroescépticas y las propuestas “remigracionistas”, registradas por partidos “vírgenes” ante la corrupción.

3) Una absoluta inoperancia de la coalición de la izquierda, tanto en el Estado como en la región catalana, ante los problemas más acuciantes de la sociedad.

4) Y unas posibilidades muy reales de que la situación empeore en los próximos meses.

Vox y AC son una especie de Janus Bifronte, el dios romano de los cruces de camino, de los principios y de los finales, de las transiciones. En tiempos de guerra, las puertas del templo de Janus se abrían, no en vano era también el dios de la guerra y de la paz. Cada uno de los rostros de Janus mira hacia una dirección distintas, pero ambos rostros pertenecen a una misma cabeza. Pocas veces un símbolo ha estado tan cerca de una realidad.

Desde nuestra independencia les sugeriríamos a las direcciones de ambos partidos que evitaran todo enfrentamiento directo. No son formaciones “enemigas”, no deben aspirar a aniquilarse mutuamente; son, como máximo “adversarios”. Para ambos el "enemigo principal" es el PSOE-PSC; y el "enemigo secundario", el PP para Vox y Junts-ERC para AC. Por contra, el “adversario” es aquel al que uno puede oponerse con argumentos y programas: será un rival, pero combatirá con lealtad y honestidad, nunca ejercerá la intención de aniquilar al otro

El objetivo final de este Janus Bifronte no es otro que el de reconquistar el territorio del Estado y el de Cataluña, liberarlo de inmigración masiva y de la islamización, que recupere su identidad perdida por las transacciones infames operadas por las dos columnas del “sistema-78”

Y el objetivo final es el que se debe tener en cuenta, especialmente si todo lo demás hace que las “clientelas” electorales de ambas formaciones estén tan bien definidas como de hecho lo están.