INDICE GENERAL (en fase de elaboración)

martes, 25 de noviembre de 2025

CATALUÑA Y LA NUEVA ENCUESTA DEL CIS REGIONAL PASADA POR LA COCINA (2)

Podía haber sido peor -y, de hecho, según se ha filtrado, lo era, solo que la “cocina del CEO” (Centre d’Estudis d’Opinió) le ha limado las uñas- pero la encuesta de intención de voto en Cataluña ha convulsionado a los partidos independentistas, pero también al PP y, por supuesto, al PSC. Y todo esto, a pesar de cierta “estabilidad” en los “bloques” políticos. Los rasgos generales de esta encuesta (una vez pasada por la “cocina”, repetimos) son:

1) Aliança Catalana, pasa de los 2 escaños actuales a los 19-20 que le augura el sondeo. Pero, los estadísticos del CEO han podado algo (entre 2 y 4 escaños) esta ventaja. Y esta “poda” tiene un sentido: evitar que Silvia Orriols se convierta en el segundo partido en Cataluña, y la primera fuerza dentro del bloque independentista, por delante de CUP, Junts y ERC.

2) La pérdida de entre 2 y 4 escaños por parte del PSC. Y también aquí parece que el CEO ha aprendido algo de Tezanos: en un momento en el que ningún índice atribuye el más mínimo éxito a los dos años de gestión de Salvador Illa, y cuando la opinión pública, especialmente joven, está harta de inacción en el terreno de la vivienda, cuando el sentir de algunos barrios es que la situación de la seguridad se está deteriorando visiblemente, y cuando el PSC es la marca catalana del PSOE asediado por la corrupción, esta pérdida parece mínima.

3) Junts queda igualado a Aliança Catalana. Pero, sobre todo, lo que se ha señalado con más énfasis es que Junts ha perdido votos por apoyar al PSC y al PSOE en el Estado y quien ven abandonando esta sigla, son los contrarios a mantener este apoyo, o bien la situación de calculada ambigüedad de Puigdemont, pero los votantes que le quedan a Junts, son precisamente, los más partidarios de mantener el apoyo al PSC-PSOE. Lo cual crea un futuro muy negro para Junts: si sigue como hasta ahora, seguirá perdiendo votos hacia AC, pero si se niega a pasar a la oposición, ni va a recuperar los votos perdidos y puede perder en dirección a ERC.

4) ERC ya siente en el cogote el aliento de Silvia Orriols. Seguramente por eso, Oriol Junqueras, cuando ya se conocía la encuesta, antes de pasar por “cocina”, lanzó el bulo infame de que Silvia Orriols y AC formaban parte de un proyecto del CNI pasa “dividir al independentismo”. Obviamente. La encuesta ha “salvado” a ERC y por otros tres meses, seguirá siendo el “primer partido de oposición” en Cataluña. Pero Junqueras haría bien en no olvidar que, hoy, su partido es el que más problemas tiene de todos los catalanes.

5) La competencia por el voto castellanoparlante se está saldando a favor de Vox que obtendría entre 13 y 14 escaños mientras que el PP se quedaría con 12-13. Así pues, el “sorpasso” se ha convertido en una realidad en Cataluña. De hecho, para el electorado catalán es un misterio lo que propone el PP y, ni siquiera se entiende porqué su personaje más conocido, García Albiol, no asume el liderazgo de la formación. En cualquier caso, hay que reconocer que Vox se ha convertido en el primer partido en intención de voto de los castellanoparlantes y que le están llegando votantes del PSC a la vista del desastre de los municipios gobernados por socialistas y del contraste entre las cifras oficiales de delincuencia y la impresión de la calle.

6) En Cataluña se cumple la misma tendencia que en el resto de España: a la izquierda del PSC solamente hay desmoralización, pérdida de votos y resultados cada vez más escuálidos. Comuns y CUP se han convertido en máquinas de perder votos a causa de su posición ante el problema de la inmigración y no hay esperanzas de que puedan recuperarse. Los “nuevos catalanes”, recién nacionalizados, no están dispuestos a votarles y optarán por votar a quien les da los subsidios, esto es, a los socialistas.

EL RIESGO INDEPENDENTISTA DEFINITIVAMENTE CONJURADO

Las declaraciones Oriol Junqueras propagando el bulo de que AC = CNI parecen olvidar que existen otros muchos factores que han desarbolado absolutamente al independentismo. Vamos a intentar resumirlos:

1) El fracaso del “procés” hizo que, además de los tres partidos independentistas, aparecieran media docena de siglas nueva surgidas del árbol caído. Asociaciones independentistas se creyeron en la obligación de hacer su interpretación del fracaso y acusar a las direcciones de ERC y de Junts de no “haber hecho los deberes”, ni hacer actuado con suficiente valentía. Por una parte, la Asamblea Nacional de Cataluña se ha destacado siempre en actitudes maximalistas, ajenas por completo a la pérdida de fuerza social del independentismo. Otro tanto ha hecho Omnium Cultural. No hace ni un mes, Toni Comín, uno de los miembros del PSC que, en un mal cálculo se integró en ERC, fundó el Moviment d’Esquerres de Catalunya, formado por “independentistas, republicanos, ecologistas y feministas, (…) liberales de izquierda y socialdemócratas (…) “propugna una política honesta al servicio del bien común” y apuesta por “un futuro más libre, equitativo, feminista, ecologista y solidario”… Todos vacíos estos tópicos están repetidos por el “fundador” (y único miembro conocido) que, por lo demás, está viviendo en el autoexilio desde 2017. Y, para colmo Acció per la República, fundada en 2019 por Ferran Mascarell (y del que se conocen media docena de nombre). Sin olvidar a Clara Ponsati y su movimiento Alhora creado en 2024 con la intención de presentarse a las elecciones catalanes y que quedó con un 0’4%. En la pequeña historia del cada vez más pequeño independentismo catalán, Junts ha podido alardear esta semana de “haber integrado dos partidos”… el de Toni Comín y el de Mascarell: es decir 0 + 0. No ha sido, por tanto el CNI el que “crease” AC, sino que la existencia de AC y de otras cinco siglas indepes es el resultado del estrepitoso fracaso del “procés”.

2) Obviamente, para quienes han detentado las riendas de la gencat, responder a cómo Cataluña es en estos momentos, una de las regiones más islamizadas de Europa, es una cuestión difícil de explicar y esto, por sí mismo, hace que la ciudadanía niegue su voto a los que desde 1990 se erigieron en los principales valedores de la inmigración magrebí (luego vinieron los subsaharianos y más tarde los andinos). Pero mucho más difícil de explicar es la persistente negativa a reconocer lo que en la calle se percibe una certidumbre: que la inseguridad y las okupaciones, los delitos y robos con violencia están en más de 2/3 partes protagonizadas por nacidos fuera de España o por hijos de nacidos fuera de España. Y los problemas no pueden resolverse sin una etiología clara. Y en Cataluña estos problemas empiezan a ser insoportables para sectores cada vez más amplios de la población. Junts y sus “nuevo partidos integrados” que llevan más de ocho años en Bruselas no llegan ni remotamente a entender qué el paisaje catalán ha cambiado. Si lo entendieran, a lo mejor serían capaces de explicar porqué Silvia Orriols, sin apenas medios, sin ecos mediáticos, “apestada” en el Parlament, denostada por Illa hasta la histeria, se ha convertido en la verdadera oposición independentista.

3) En el último 11-S, a pesar de las cifras optimistas, lo cierto es que cundió el desánimo más absoluto: de los “dos millones” que alardeó TV3 en 2007, no han quedado más de 25.000 indepes. Las dos cifras son falsas: y hay que contar a la baja, pero la primera, además de errónea, es fantasiosa. De no contar con el apoyo de TV3 y de Catalunya Radio, el independentismo estaría todavía más bajo de lo que está. De hecho, en Cataluña, nadie, salvo los adictos a estos medios se acuerdan a quien era un tipo, bastante ridículo y no particularmente inteligente, que metió a su partido y a ERC, en el “procés” y hoy sobrevive en Waterloo sin muchas ganas de regresar a Barcelona y mucho menos de afrontar sus errores frente a su electorado y sus culpas frente a la justicia. El gran miedo de Puigdemont es volver a una Cataluña y obtener un número de votos similar al del PP e inferior a Vox: y no tiene la más remota idea de cómo salir del entuerto en el que él solo y sin ayuda de nadie se ha metido. Creyó en Sánchez y Sánchez le engañó, no una sino innumerables veces. Hoy, cuando ya no cree que de Sánchez pueda llegar nada bueno, los quedan bajo su sigla le impulsan a que rompa con él, pero los votantes que aún le son fieles, le inducen a que siga bajo la férula del sanchismo… Y no hay salida. A diferencia de otros, Puigdemont no ha aprovecha en el exilio dorado para estudiar y concluir alguna de las muchas carreras en las que se matriculó de joven y que no pasó del primer curso. Se ha limitado a que su mujer, Marcela Topor, rumana y pitonisa, cobre de la diputación de Barcelona, propietaria de la Xarxa Audiovisual Local, 7.000 euros al mes por un programa semanal de 30 minutos (casi clandestino y cuya audiencia no debe pasar de unos pocos cientos de personas). El mantenimiento del programa, se dice, fue negociado en el último encuentro entre Illa y Puigdemont (el PSC controla la diputación…).

4) Las posibilidades de reavivar el independentismo catalán son hoy igual a cero. Los militantes independentistas que “dieron el cayo” en 2016-2019, están cansados de activismo y de que no sirviera para nada. Su impresión es que los líderes no calcularon bien las posibilidades y exageraron su voluntad de “llegar hasta el final” y de “recibir solidaridad de la UE”. Y ese es, justamente, el problema del independentismo: que sus “líderes”, Junqueras y Puigdemont ¡son los mismos! Y que no han dejado que nadie les exija cuentas de su fracaso. De ahí el éxito de Silvia Orriols: no está comprometida con el desastre desmoralizador que supuso el 1-O. Lo cierto es que la asistencia al pasado 11-S reveló la crisis profunda en la que se encuentra este sector político y que tiene raíces profundas.

5) El “nacionalismo” es el resultado de la segunda revolución industrial en donde las burguesías “nacionales” tomaron conciencia de su peso económico-social y quisieron asumir las riendas del poder político para que mayor beneficio de sus negocios. Esto coincidió en España con la crisis finisecular del 98 y antes con el final de las Guerras Carlistas de cuya decepción surgieron los nacionalismos catalán y vasco, que dejaron atrás el foralismo carlista y se lanzaron a transformarlo en nacionalismo. Pero el problema es que hoy estamos en la cuarta revolución industrial. Lo que ha sido fuerte durante la segunda revolución industrial, mantuvo su inercia durante los años del franquismo argumentando su ausencia por razones de “clandestinidad” y eso le permitió llegar a la “transición” sin el desgaste que hubieran supuesto 40 años de presencia política. Era durante los años de la segunda revolución industrial (desde principios de siglo hasta 1936) cuando el independentismo constituía un peligro: las burguesías catalana y la vasca, seguían siendo hegemónicas en sus respectivas áreas… pero, ahora, en la cuarta revolución industrial, ya no existe una “conciencia nacional” en ese grupo social que tiende -véase el caso del clan Pujol- ha invertir su dinero ¡fuera de España y, por supuesto, fuera de Cataluña! A falta de un grupo social de respaldo a la idea independentista, ésta se apoyó en intelectuales de izquierdas, clase media y poblaciones rurales, justificando su deseo de secesión en el “Espanya ens roba” y reduciendo el “factor diferencial” a la lengua obligatoria en la enseñanza y por eso reducida a las horas lectivas. Pero eso es muy poco: lo primero es de difícil demostración y lo segunda choca con la realidad de que el castellano es una de las lenguas más habladas y de mayor expansión, mientras que el catalán, a pesar de todos los decretos, leyes, normas e incumplimientos de sentencias, retrocede más y más, a razón de un punto cada año. En estas condiciones, no es que falten razones para la independencia, es que ni existe fuerza social suficiente para apoyarla, ni hay posibilidades de que crezca en el futuro.

Si unimos esta última razón “objetiva”, a las cuatro anteriores, entenderemos porqué el independentismo está en crisis y porqué se están produciendo:

- los trasvases de votos de ERC, Junts y CUP a AC.

- las “alianzas” de individuos que dicen tener partidos detrás, pero que son solo siglas huérfanas de votos y de afiliados.

- los ataques histéricos a los nuevos partidos por parte del viejo stablishment indepe, que llegan después del muro del silencio de TV3.

- la respuesta catalanoparlante a la inmigración entregando el voto a AC

- la respuesta castellanoparlante en Cataluña a la inmigración entregando el voto a Vox

- el “sorpasso” de Vox al PP, anticipo en Cataluña de que ocurrirá en una o dos legislaturas en todo el Estado.

- el que, a poco de gobernar Illa, empezara a perder votos, tanto él como sus socios; y ese pérdida se aceleras en cuanto aprobaba medidas para satisfacer y atraerse a electores indepes…