INDICE GENERAL (en fase de elaboración)

lunes, 2 de septiembre de 2024

TURINGIA Y SAJONIA: HA GANADO -¡Y CON MUCHO!- EL AUSLÄNDER RAUS

Los resultados electorales en dos antiguos länders de la República Democrática Alemana son inequívocos y se pueden resumir así: 1) AfD primera fuera política, 2) un no rotundo a la inmigración masiva, 3) varapalo a la coalición gubernamental y 4) “cordón sanitario anti-fascista” cada vez más debilitado. AfD, inicialmente, no gobernará en ninguno de los dos länders, pero cualquier gobierno que se constituya allí será frágil y quebradillo, especialmente porque los elementos que han propulsado a AfD como “estrella ascendente” en la política alemana, lejos de desaparecer, se van a ir acentuando, de momento, desde las elecciones europeas, ya es mayoritaria en toda Alemania del Este. Vale la pena realizar unas pocas consideraciones a vuelapluma.


SAJONIA: GOLEADA DE LOS “PARTIDOS ANTIINMIGRACIÓN”

¿Quién ha ganado las elecciones en Sajonia? Respuesta: los partidos antiinmigración. Han obtenido el 42% de los votos. ¿El 42%? ¿No será un error? ¿No dicen los medios de comunicación que AfD ha sido el segundo partido con un 30% de los votos? Si, pero, se olvida que, el otro partido antiinmigración, la BSW Alianza Sahra Wagenknecht - Por la Razón y la Justicia (Bündnis Sahra Wagenknecht – Vernunft und Gerechtigkeit), una escisión de La Izquierda (Die Linke, La Izquierda, a su vez una escisión del SPD) ha obtenido el 12% de los votos. Precisamente, la ruptura con Die Linke se produjo a causa de la posición de este partido fanáticamente proinmigracionista, una parte del partido opinaba exactamente igual que AfD en esta materia: la escisión se produjo por el rechazo a la “inmigración descontrolada“ y por la sensación de que la dirección de Die Linke estaba “demasiado centrada en la percepción del racismo“. La WSB defiende que las solicitudes de asilo en Alemania sean examinadas por terceros países fuera de la UE... Además, otro elementos de sintonía entre AfD y la BSW es su actitud en política exterior favorable a Rusia.

El programa de la WSB tiene “tirón“: en Sajonia la suma de los votos obtenidos por los restos en putrefacción del SPD (8,5%) y de Die Linke (4%), igualan prácticamente los obtenidos por “la escisión de la escisión“ (el 12%).

Por lo demás, la “victoria“ de la CDU ha sido por la mínima: apenas por un punto y medio: AfD representa hoy un tercio de los electores de Sajonia. Como indica su propio nombre, un tercio del electorado es favorable a que Alemania vuelva a ser Alemania, no solo reunificada, sino libre de los riesgos de la OTAN, y sobre todo, sin inadaptados étnicos. Justo lo mismo que propone la BSW, insistiendo un poco más en la “cuestión social“.

Vale la pena señalar que el Partido Liberal ha quedado fuera del parlamento regional al no superar la barrera del 3%. Los partidos de la coalición “semáforo“ que gobiernan la República Federal (SPD, Verdes y FPD) no han obtenido, sumados sus porcentajes, más de un 15%...



TURINGIA: MAYORÍA ABSOLUTA ANTIINMIGRACIÓN

Las cosas han ido todavía peor para los partidos del stablishment en Turingia. Allí la distancia entre el primer partido, la AfD (30,5%) y el segundo, la CDU (24,5%) ha sido de seis puntos. Los partidos de la coalición de gobierno no han llegado, sumados, ni a los 13 puntos (7% el SPD, 4% Los Verdes y 1,3% el FPD). Y, aquí, nuevamente, se reproduce el esquema de Sajonia: la BSW ha superado a Die Linke (12,3%) y al SPD (7%), obteniendo un 16%. Lo que, sumado a AfD, da un 46,5% de voto antiinmigracionista. Las cifras son inapelables. Eran, casi con precisión milimétrica, las auguradas por las encuestas (para vergüenza del CIS).

La iniciativa realizada en plena campaña electoral -tres días antes de las votaciones- por parte del canciller Scholz, de repatriar a 28 criminales afganos, en su mayoría violadores, se produjo tras el ataque yihadista que dejó tres muertos. La repatriación no era un “gesto de fuerza“ de una coalición que es, cualquier cosa, menos fuerte. No por casualidad, sino como parte de la campaña electoral socialdemócrata, la mayor parte de los repatriados eran de Sajonia y Turingia... Uno de ellos estaba acusado de homicidio y el resto de violaciones, lesiones graves y malos tratos. Tratándose del gobierno “socialdemócrata-liberal-ecoloco“ la repatriación se hizo “garantizando los derechos humanos“ de los afganos hasta última hora: no solamente no cumplieron cárcel por sus delitos en territorio alemán (uno de ellos había sido detenido en ¡161 ocasiones!), sino que, además, se les dio a pie de avión, 1.000 euros para garantizar su sustento en los próximos nueve meses... La medida, lejos de producir efectos electorales positivos para la coalición de gobierno terminó por hundirla.

CORDON DE SEGURIDAD EN TORNO A LA “ULTRARECHA“

Los medios de comunicación del stablishment, en toda Europa, han reaccionado según las mismas consignas: “no hay que alarmarse: los resultados estaban previstos, todos los partidos han formado un cinturón de seguridad en torno a la extrema-derecha que no podrá formar gobierno en ninguno de los dos länders“. Así pues, todos tranquilos. ¿O no? Scholz cree que expulsando 28 afganos y declarando el día anterior a las elecciones que endurecerá las medidas para pedir asilo ¿cree que ya ha cumplido? No son 28 criminales los que debe expulsar, sino varios miles más como ellos y, lo que es aún peor, varios millones de inmigrantes inadaptados que han degradado la vida en Alemania. ¡Claro que no se atreverá! ¡La inmigración masiva, el multiculturalismo, la diversidad, son dogmas para el SPD!

Ahora bien, el gran misterio del que los tertulianos de sobre prefieren no hablar es la actitud que adoptará la BSW a la hora de apoyar al candidato de la CDU en los dos länders. Y ahí, éste partido se le juega, literalmente. Si apoya a la CDU estará apoyando a los rivales históricos de la izquierda alemana desde 1945. Si, vota en blanco y deja que gobierne una coalición de los perdedores (CDU, SPD, Verdes, Die Linke), se arriesga a perder su credibilidad: ya no se trata de creer que la coalición del stablishment resuelva el problema de la inmigración, se trata de practicar políticas anti-inmigración ¡ya!, sin más dilación, antes de que el país afronte una situación similar a Inglaterra. Y eso solo pasa, apoyando al “voto más seguro contra la inmigración“, AfD.

Para la AfD las cosas son más sencillas: ha obtenido una doble victoria que se une al avance histórico que obtuvo en las pasadas elecciones europeas -cuando ya fue el segundo partido a nivel federal, tras la CDU/CSU, obteniendo el 15,9% de los votos, dos puntos por delante del SPD. Es un partido consolidado. Una vez más, las acusaciones de ser de extrema-derecha ya no hacen mella en sus electores, ni a un sector creciente del electorado alemán que votaría al diablo en persona antes que seguir el proceso de degradación generalizada que vive Alemania. Se trata de sentarse y esperar. De momento, ya es el partido mayoritario en los länders de la antigua República Democrática Alemana.

CDU/CSU y SPD, a la vista de las circunstancias, piensan en renovar la clásica fórmula de “gran coalición“ para cerrar el paso al a AfD, pero olvidan un pequeño detalle: cada vez están más empequeñecidos y para sumar hasta obtener mayoría parlamentaria, tendrán que incorporar a otros pequeños fracasados: los Verdes, el FPD, Die Linke... bien, pero ¿qué quedará de todo esto dentro de un año cuando se celebren elecciones generales?

Al ritmo de acuchillamientos, atentados yihadistas, delitos cometidos por inmigrantes y deterioro de la vida ciudadana, que se están produciendo en Alemania en los tres últimos años, parece difícil que el gobierno pueda enderezar la situación y ganar credibilidad ante una opinión pública abrumada por el espectáculo de la decadencia. El gobierno de Scholz lo tiene difícil para afrontar el crecimiento de la AfD con las mismas armas con que viene encarando los ascensos de las distintas extremas-derechas que se han sucedido desde el inicio de la República Federal: intoxicación informativa, provocaciones, infiltración por parte de policías y servicios de inteligencia...

DOS CONCLUSIONES

Ya no hay “gentes de izquierda y gentes de derecha“. Los problemas generados por la inmigración masiva (de los que son responsables, por este orden: el SPD, la CDU/CSU y Los Verdes) están decantando a la opinión pública alemana (y europea). Solo hay dos posicionamientos: a favor de la multiculturalidad, el mestizaje, la inclusión y la renuncia a la propia identidad, esto es, a la favor de la inmigración ilegal y masiva, de subvencionarla y de traer a cuantos más mejor en menos tiempo, o bien, en contra de la invasión. No hay una tercera posición.

Antes o después, el electorado deberá optar por esta alternativa y poco importará si el stablishment acusa a los otros de ser extremistas de derecha, neonazis o “arietes del IV Reich“, poco importará si el ciudadano que ve, día a día, como le están robando su país, como salir a la calle se convierte en un ejercicio cada vez más peligroso y como los partidos del stablishment se limitan a hacer operaciones cosméticas para evitar afrontar lo que cada vez mas europeos estamos pidiendo: deportaciones masivas, ni un inmigrante en Europa que no se asimile al estilo de vida europeo, ni un inmigrante que absorba un subsidio o un puesto de trabajo que puede ser destinado a un europeo.

En España, ha llamado mucho la atención el que un partido de izquierdas, el Frente Obrero, un partido independentista, Alleança Catalana, y un partido nacional-populista, Vox, tengan como denominador común el antiinmigracionismo. Pues bien, en Alemania van muy por delante en esta concepción política transversal que indica que cada vez sectores más amplios y diversificados de la población son consciente del mayor riesgo que afrontamos a corto plazo.

Idea final: los partidos hermanos del PSOE en Francia, Italia y Alemania, hoy son grupúsculos declinantes. Siguen en posiciones de poder, gracias a inercias pasadas. Pero, la fricción, el rozamiento, acaban, antes o después, con cualquier inercia. Cuando plantean “cordones sanitarios en torno a la extrema-derecha“ parecen no ser conscientes, ni de lo que está en juego -¿creen que el islam les perdonará no ser musulmanes? ¿creen que el islam no despreciará sus traiciones?-, ni de que el cordón sanitario que pretenden establecer es cada vez más débil y a quien se lo quieres establecer -a los europeos de derechas, de centro y de izquierdas que queremos seguir siendo libres, independientes y herederos de una cultura de 3.000 años- son cada vez más fuertes.

Las elecciones en Turingia y Sajonia nos confirman en este criterio. Vamos a ver hasta cuando va a poder establecerse el “cordón sanitario" a un tercio de electores...