La gran broma del mes de enero fue plantear que, si se
convocaran elecciones, Sánchez las ganaría. Que ese y todos, absolutamente
todos los sondeos anteriores realizados sobre intención de voto, resultan manipulados
por el chef del CIS, es algo que no vale la pena ni mentar. Que el CIS es uno
de esos organismos procedentes del franquismo (se creó en 1963) que deberían
hoy ser “controlados” y seguidos por comisiones de sociólogos y juristas, es
casi obligado porque se trata de una institución oficial adscrita al Ministerio
de la Presidencia. Si en otras oficinas
la corrupción se basa en comisiones a repartir, en el CIS la corrupción consiste
simplemente en pasar por cocina los datos obtenidos y reelaborarlos para que
beneficien al inquilino de turno en Moncloa.
No hacen falta cifras oficiales para saber que estamos
viviendo uno de esos momentos de recrudecimiento de la delincuencia en las calles:
es evidente para el que tenga ojos y vea. Así que las cifras triunfales que da
Interior son, simplemente, falsas y tratan, de manera torpe y mendaz, de
alterar la realidad que, usted y yo, vemos con nuestros propios ojos. Y, de
manera análoga, no hace falta tomar en consideración las encuestas del CIS por
que van en la misma dirección y tratan, de manera tan evidente como perversa,
de encubrir el hundimiento del gobierno Sánchez que, como ya le ocurrió a
Zapatero, lejos de solucionar alguno de los graves problemas del país, abre
otros nuevos.
A diferencia de ZP, que creía verdaderamente en la ideología
de la UNESCO y en el humanismo-universalista que destila este organismo en su “núcleo
duro” (una verdadera secta new-age
animada en su interior desde el origen de la institución) y, para él, la “ingeniería
social” era la forma de cambiar España en dirección a las propuesta de la
UNESCO, mucho más que de la Internacional Socialista, lo cierto es que Sánchez es un tipo que carece incluso de
ideas y que ni siquiera cree que sea importante tenerlas. Todo consiste en
aprovechar cada momento para aplicar las medidas que le sugiere un entorno
compuesto por julays, feminitudas y astronautas, tratando de recuperar votos de
Podemos y de no perderlos por el centro. Eso explica la falta de rumbo fijo del
gobierno.
La figura del “relator” ha durado menos de una semana. Las esperanzas en que el gobierno del Estado aceptara negociar los 21 puntos titulados “Propuesta del gobierno de Cataluña en la cumbre con el Gobierno de España: un pacto de Estado para solucionar el conflicto entre España y Cataluña” (ver artículo detallado sobre el tema en este link) se han ido al garete, no por la actitud de Sánchez, sino por la de los “barones” regionales (hoy llamados “patas negras”). Ni siquiera los regalos presupuestarios a la gencat han servido para que el extraterrestre de Waterloo aceptara apoyar parlamentariamente al gobierno y el troglodita que ejerce como “president de la gencat” se ha sorprendido de que su propuesta de 21 puntos fuera rechazada. Pero es que el PSOE no puede permitirse el que las elecciones de mayo le supongan un segundo descalabro generado por la sífilis independentista catalana. Para colmo, el cambio de actitud en relación a Venezuela ha sido otro de los rasgos de esa falta de criterio propio de Sánchez que va a remolque del que grita más.
Y ahora le queda esperar el resultado de la movilización del domingo. Por adelantado podemos afirmar que los convocantes hablarán de “más de un millón de asistentes” que el gobierno civil de Madrid reducirá a “ciento cincuenta mil” y el ayuntamiento a “cincuenta mil”.
Manifestaciones como ésta,
Zapatero tuvo que aguantar media docena. Pero hay una diferencia: ahora, el centro, la derecha y la derecha
nacional van juntas. Está claro que los medios de comunicación al servicio
del PSOE destacarán unas cuantas decenas de manifestantes de grupos “de extrema-derecha”,
pero, vale más que no se engañen: los errores y fracasos de Sánchez son de tal
calibre (desde el tragicómico asunto del traslado de los restos de Franco hasta
el fracaso de la “Operación Relator”, pasando por el anunciado reglamento de armas
que ha movilizado contra el PSOE incluso a los clubs de air-soft…) que, si
piensan que todo esto lo va a compensar la publicación del “manual de
resistencia”, es que la galaxia de la que procede la izquierda extraterrestre
es más distante de lo que imaginábamos.
Lo importante de la
manifestación de mañana no son las cifras sino la impresión que va a causar en
los candidatos del PSOE para las municipales. A estas alturas y no está
todavía muy claro a quienes van a incluir en las listas, pero todo induce a
pensar que no van a figurar muchos “notables”, sino que se tratará de listas de
habituales mindundis con aspiraciones y ambiciones. Los que ven la serie “Vota Juan”
pueden imaginarse el fuste, temple y calidad de los candidatos socialistas…
¿Qué le queda a Sánchez
aparte del CIS y de los editoriales de El
País? Que la caña al viento que es su gobierno, opte por la “dureza” ante
el independentismo. Era la postura lógica después del resultado de las
elecciones andaluzas. Lo que le recomendó Borrell (el único ministro del
gobierno con perfil propio e historial y cuya mujer, no se olvide, es
presidenta del partido): recuperar la iniciativa política siendo él quien
aplique el artículo 155 para así sustraer un tema a la oposición y resolver la “cuestión
indepe” para siempre.
Era una decisión fácil de realizar: total, el
independentismo está hoy en horas bajísimas (dividido por oposiciones
irreconciliables, en donde antes había tres provistos de hoja de ruta, ahora
hay cuatro, cada uno por su parte, y dentro de cada partido hay distintas
valoraciones de la situación, las últimas movilizaciones han constituido un
fracaso: 11-S, 21-D, 7-E… la última de las cuales, una “huelga general”, se
suspendió y trasladó a finales de febrero y con una visible selección a la
inversa: siguen los más radicales y cegatos, abandonan los más inteligentes).
Y, no nos cabe la menor duda, de que Sánchez, el
hombre-desprovisto-por-completo-de-ideas-propias, tanto para su tesis doctoral
como para su “Manual de Resistencia”,
escrito por Irene Lozano (y que había sido rechazado por Planeta hace dos
años…), si el único “puente de plata”
que le permita recuperar votos, es la aplicación del 155, lo aplicará sin que
le importe un higo todo lo dicho y hecho antes. El que no tiene ideas nunca
puede ser considerado traidor a sus principios y Sánchez -que no las tiene-
gustaría de presentarse como un “pragmático” partidario de, primero diálogo y
luego medidas enérgicas.
Es lo que tienen los
figurones sin ideas, que no les importa hacer mañana lo que habían criticado
hasta ayer. Uno se pregunta, a la vista de todo lo que ha ocurrido en el
PSOE desde el tercer gobierno de Felipe González, cuando ya estaba más que
claro que la corrupción generalizada era el único factor verdaderamente nuevo
introducido por éste partido en la política española. ¿Cómo es posible que haya sobrevivido el PSOE y no fuera él el primer
partido socialdemócrata que se desintegraba como un azucarillo, tal como le ha
ocurrido al socialismo francés o al italiano? ¿Cómo es posible que sobreviviera
la sigla a un Zapatero? Y, finalmente, ¿cómo ha podido llegar a ser Pedro
Sánchez presidente del gobierno?
Pero hoy, las
tensiones internas del PSOE son insuperables. El último comité federal ha
sido significativo: los “patas negras” han tumbado todas las iniciativas del
presidente, mientras los presupuestos siguen atascados y ni siquiera el chef
del CIS consigue dar credibilidad ni al gobierno ni al partido. En el interior
del partido se vive pesimismo: perdida la esperanza en que el PSC se recupere
de su bache y con el miedo a que el nuevo gobierno andaluz saque de las
alfombras más basura de la que podía esperarse, lo cierto es que, hundidos
estos dos puntales, para el PSOE
gobernar con mayoría absoluta es, a partir de ahora, una quimera irrepetible.
La única esperanza era
una fórmula de centro-izquierda en alianza con Ciudadanos. Pero, para ello hay
que resolver antes la “cuestión indepe” (e, incluso si se resuelve y Cs
pierde el que hasta ahora ha sido su gran y único caballo de batalla, es muy
posible que el centrismo desaparezca en una o dos legislaturas como le ocurrió
a UCD). Por lo demás el “pacta andaluz” ha indicado las preferencias de Cs en
las actuales circunstancias
¿Unión de la izquierda? Solamente hay una fuerza política
que está más desmoralizada que el PSOE: Podemos, al que las encuestas condenan
a niveles similares a los de Izquierda Unida en los años 90. Y apoyarse en
nacionalistas con futuros “gobiernos Frankenstein” es una perspectiva muy
problemática a medio plazo. Quizás un Cs
reconducido por Valls podría ser el único aliado del PSOE… pero no está muy
claro que el enviado de la masonería francesa para poner orden en la política
española pueda hacerse un hueco en España.
La realidad es que el PSOE lo tiene difícil, incluso, para
reconstruir un sistema de alianzas. Tras la ruptura de las “conversaciones”,
los nacionalistas no quieren ni oír hablar de Sánchez. ¿Única esperanza? Aplicar
el 155 desde la Moncloa y enfocar una política de alianzas con Cs. ¿Imposible?
Las cañas al viento se mecen hasta que se rompen.
Cuando en un ruedo sale
del toril un toro manso o con alguna deficiencia, se vuelve a los corrales,
luego se le apuntilla y finalmente se ofrece su carne al lado de la de otros
productos de casquería. Que el PSOE se vaya haciendo a la idea de que, en las
actuales circunstancias, no puede durar mucho y que la única sigla que ha
sobrevivido a la transición, está ya a poco de la estación-término.