Lo haríamos usted y yo y
cualquier persona que al contacto con otra mano encontrara una especie de sudor
y grasilla resbaladiza. Le pasó a Pedro Sánchez cuando iba en busca de votos.
Como se sabe, el PSOE solamente tiene dos dogmas: el primero que la educación
en España es cosa de ellos y de nadie más (y así nos va: todas las reformas del
sistema de enseñanza que han tenido lugar en España han sido impuestas por los
socialistas. Acaso por eso estemos a la cola de la educación en Europa). El
segundo es todo lo relativo al “papeles para todos” y “¿inmigrantes? ¡cuantos
más, mejor!”. Históricamente, los socialistas llevan veinte años intentando
transformar en toda Europa las bolsas de inmigración en votantes propios.
Y a eso iba Pedro Sánchez cuando
saludó delante de las cámaras a un grupo de negros. Se notaba que era la
primera vez que lo hacía. No pudo evitar que al terminar, con la cámara
siguiéndolo, se frotara las dos manos en actitud de limpiárselas, en un acto
reflejo que la derecha ha calificado como “racista”. Sí, porque el vídeo ha
sido aprovechado por el PP en el curso de su campaña electoral. La idea era que
en insalvable “soldado Sánchez”, sería un racista de tomo y lomo. El vídeo
tardó poco en volverse viral.
No vamos a ser nosotros quienes
salgamos en defensa de ese cadáver político que es Pedro Sánchez, pero si vamos
a recordar lo sucio de esta campaña electoral (como de cualquier otra) en la
que se reprocha al adversario los mismos males de los que adolece uno mismo:
llevamos ya un par de décadas dirimiendo en estas campañas quién es más
corrupto, o quien tiene el peor programa económico, o quien ha hundido más la
educación y la sanidad, o quizás quién es más responsable de que el país esté
manga por hombro.
Sánchez comprobó que no todas las
razas tienen la misma textura en la piel, ni el mismo olor, ni las mismas
secreciones corporales (los blancos, para los japoneses tenemos un olor que les
desagrada, sin ir más lejos: reconocerlo no es ser “racista”, es asumir que
somos “iguales”… hasta cierto punto). Pillado en un “renuncio”, Sánchez se
limpió las manos… gesto propio de caciques populistas: pero que lo accesorio no
nos impida ver lo real. ¿Cuál es la política de inmigración el PSOE? “papeles
para todos” y “¡cuántos más, mejor!”. Ese es el fondo de la cuestión… pero, si
tenemos en cuenta que en la práctica no existe gran diferencia entre la política
de inmigración del PP y del PSOE, mientras que Cs dice poco y Podeos lo mismo
que el PSOE, la pregunta es: ¿qué va a hacer el nuevo gobierno con la
inmigración innecesario e improductiva que con su mera presencia ha logrado
tirar a la baja de los salarios y convertirse en una aspiradora de recursos
sociales? Respuesta: nada, inercia total…