INDICE GENERAL (en fase de elaboración)

domingo, 17 de octubre de 2010

La doctrina excéntrica (III de VI). Los frutos de la obsesión feminista (Parte B)

Infokrisis.- El feminismo ocupa en la ecuación personal de Rodríguez Zapatero un lugar excepcional. El por qué es así constituye uno de los grandes misterios que rodean al presidente del gobierno. Algunos hemos pensado que sus profesiones de fe feministas serían solamente una forma oportunista de ganar votos. No sería la única. Las declaraciones e iniciativas a favor de los homosexuales irían dentro de la misma lógica, intentando generar “reservas de votos”. De hecho era una práctica que los socialistas llevaban a cabo desde la campaña electoral de 1983 cuando garantizaron la despenalización del porro atrayendo, solamente por eso, varios cientos de miles de votos. Luego, en las elecciones siguientes aprendieron a jugar con los miedos de la tercera edad, garantizando que la oposición pretendía reducirles las pensiones y, ya con Zapatero en el poder, dada la escasa distancia que le separaba en aquel momento del PP, era lógico que “trabajara” a grupos sociales concretos –feministas y homosexuales- en vistas a aumentar la distancia.

¿Era sólo eso? Llegado a un punto abandonamos esa idea. Las grades obras de ingeniería social las abordó el zapaterismo en la primera parte de la legislatura 2004-8. Si, realmente, las reformas legislativas las hubiera realizado de cara a obtener réditos electorales, se habrían realizado en la segunda mitad de la legislatura y, preferentemente, pocos meses antes de las elecciones. Como se sabe, la memoria de los electores es corta y solo son capaces de recordar aquello que antecede inmediatamente a la convocatoria electoral. Así pues, no es por oportunismo por lo que Zapatero hizo aprobar la ley de violencia doméstica, la ley de igualdad o la ley del divorcio exprés. Pero, si no era por mero oportunismo, ¿por qué iba a ser? Es simple: por convencimiento. Le corría prisa, literalmente, abordar esas reformas por la sencilla razón de que la médula central de su proyecto (mucho más de reforma social que político) tendía a una “feminización” de la sociedad española aumentando los derechos de la mujer por encima, incluso, de la noción de igualdad, forzando situaciones de paridad, generando discriminaciones positivas y, finalmente, torpedeando el concepto de familia tradicional en la que, hombre y mujer ocupan roles diferenciados.
Dicho con otras palabras: la obsesión feminista de Zapatero no es ni una actitud electoral ni una pose destinada a ganar el favor de determinadas bolsas de electores; es, simplemente, una necesidad vivida y experimentada sinceramente por el presidente del gobierno, situada más allá de toda medida, mucho más allá de las necesidades de la mujer y de la sociedad española y que va muy por delante de las formas más extremas de progresismo manifestadas hasta entonces.
Esa obsesión está ausente –repetimos, ausente- de las distintas formas de socialismo y de socialdemocracia existentes en Europa. Es algo que atañe solamente al zapaterismo y que, por sí mismo, lo configura como un fenómeno radicalmente diferente de otras formas de izquierda europea. Ciertamente, algunas de las ideas de la “doctrina Zapatero” son muy parecidas a las de la extrema-izquierda, pero, así como en Francia este sector político ha demostrado cierto dinamismo (especialmente los grupos trotskystas y neotrotskystas), en España todas estas ideas llamadas “arco iris” han surgido por descomposición del Partido Comunista en el seno de Izquierda Unida. En efecto, caído el marxismo como método de análisis y como ideología política, la estructura del PCE quedó huérfana de ideología. La crisis se extendió al desdoblamiento electoral del PCE, IU que, poco a poco se fue deshaciendo de los temas clásicos de la izquierda comunista y asumiendo reivindicaciones de distintos “grupos sociales”: ecologistas, feministas, homosexuales, lesbianas, transexuales, okupas, etc… No fue tanto por convencimiento como por sustitución y por ocupación del espacio vacío dejado por el marxismo, por lo que toda esta temática –no muy diferente de la “doctrina Zapatero”- constituye los leit-motivs de IU.
Pero esta interpretación no vale para el socialismo español: la “tercera vía” de Blair, la socialdemocracia renovada por Schröder, la izquierda italiana o francesa, podían haber aportado ideas la zapaterismo en lugar de las obsesiones que ha manifestado. En el zapaterismo estas obsesiones no son, como en IU propias de la inanición electoral o de la quiebra del modelo ideológico, sino que emergen espontáneamente como fruto de una reflexión personal cuya naturaleza desconocemos.
Zapatero es algo completamente diferente de la izquierda europea. El hecho de que la izquierda europea esté hoy en crisis y en los bancos de la oposición, mientras que Zapatero sigue en el gobierno, no es decir mucho. Es imposible olvidar que la baraka de Zapatero le hizo ganar las elecciones de 2004 a causa de un atentado terrorista que costó 192 muertos y que en 2008 volvió a ganar amparado en una mentira (la inexistencia de crisis económica) y en un muerto (el exconcejal socialista asesinado por ETA que hizo olvidar dos años de errores de política antiterrorista y legitimó el volte face de Zapatero tras la ruptura de la tregua). Por algún motivo, Zapatero no ha gobernado por méritos propios… sino por las circunstancias en 2004 y en 2008 al tener la habilidad de negar lo que la mayoría de analistas veían que se echaba encima: una crisis económica de dimensiones nunca antes vistas.
Y también aquí vale la pena preguntarse si Zapatero negaba la existencia de una crisis porque estaba mal asesorado y tenía el convencimiento de que no existía, o si se trataba de negarla nuevamente por oportunismo electoral. Debemos reconocer que hasta 100 días después de las elecciones creíamos que, efectivamente, Zapatero nos había mentido a todos y que, conociendo las dimensiones y la envergadura de la crisis, la había negado brillantemente para evitar que el electorado le diera la espalda… Pero no era así: si se hubiera tratado de eso, al día siguiente de cerrarse las urnas, habría abordado medidas para la contención de la crisis. Y eso no se hizo. El gobierno permaneció como ensimismado y autista durante cuatro meses después de cerrarse las urnas, contribuyendo con su pasividad y tancredismo a agravar una situación ya de por sí gravísima. ¿Por qué se había llegado a esta situación? Al final de este capítulo daremos la explicación integrada en otra más amplia.
Lo que vamos a exponer a continuación es una hipótesis de trabajo para entender la naturaleza de las obsesiones doctrinales del zapaterismo. La conclusión a la que hemos llegado es terrible: a fin de cuentas, si Zapatero fuera un mero político oportunista cuyas actitudes y gesticulaciones están en función de los réditos electorales que puedan proveer, estaríamos ante un político al uso. Lo peor no es eso: que no son actitudes, que son creencias. Lo que se le puede reprochar a José María Aznar es que se dejara arrastrar a la foto de las Azores y a defender la existencia de las armas de destrucción y el papel desestabilizador de Saddam Husseim. No lo hizo por ningún motivo especial… salvo porque se lo creía. Y esto es lo más terrible: que dos presidentes del gobierno español, los dos últimos, han sido capaces de abordar importantes iniciativas simplemente porque “creían”, al margen de toda lógica, al margen de cualquier sentido común, al margen de los datos objetivos, que eran las actitudes “justas”. O por decirlo con más claridad: hemos estado y estamos gobernados por alucinados… alucinados, no “iluminados”, ni mucho menos “iluministas”. Díganme si no es terrible…

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En el siglo XVIII, emergieron grupos masónicos y ocultistas que, o bien atribuían una importancia extrema a la integración de la mujer en vida de las logias, o simplemente, fueron dirigidos por mujeres, o bien por homosexuales. En el primer caso encontramos a la masonería del Derecho Humano, una obediencia irregular y a la Co-Masonería que inicialmente fue su rama anglosajona constituida a partir de la Sociedad Teosófica. En el segundo caso encontramos, precisamente, a toda una constelación de grupos ocultistas de nuevo cuyo formados e inspirados por mujeres –dentro de lo que Julius Evola y René Guénon han llamado “espiritualidad telúrica”- o bien por homosexuales. Dentro de las primeras cabe citar a Helena Petrovna Blavatsky, Annie Besant, Alice Ann Bailey, y entre los segundos, especialmente, a Leadbeater y Wedgwood. Para el que no esté familiarizado con el ocultismo resumiremos el rol de cada uno:
- Helena Petrovna Blavatsky.- fundadora de la Sociedad Teosófica, inicialmente espiritista, afirmaba estar en contacto con entidades espirituales que eran los “guías del universo” y de los cuales recibía inspiración para escribir sus obras. Perteneció al carbonarismo italiano y fue miembro de adopción de la masonería del rito de Menphis-Misraïm.
- Annie Besant.- notoria sufragista, vinculada a la Sociedad Fabiana y que, bruscamente se orientó hacia la teosofía asumiendo su dirección tras el fallecimiento de la Blavatsky. Durante su mandato al frente de la Sociedad Teosófica se constituyeron distintas entidades satelizadas por ésta, una de ellas fue la Co-Masonería. Así mismo, Annie Besant fue miembro de la franc-masonería.
- Alice Ann Bailey.- inicialmente miembro de la Sociedad Teosófica de la que se separó más adelante sin enfrentarse a ella. Decía recibir mensajes de una de las “entidades que guían el mundo” que, por clariaudiencia, le inspiraba sus copiosas obras. Fundo Lucis Trust que está en el origen de otros tres grupos: Buena Voluntad Mundial, Triángulos y Servidores del Mundo.
- James Indgall Wedgood.- miembro de la Sociedad Teosófica y primer presidente de la Iglesia Católica Liberal vinculada a la teosofía, fue iniciado en la Co-Masonería por Leadbeater.Conainómano y homosexual.
- Charles Leadbeater.- miembro de la Sociedad Teosófica, homosexual y pederasta, descubrió a Krisnhamurti a quien la teosofía presentó como “el nuevo guía del mundo”. Decía estar en contacto con los “guías del universo” y recibir mensajes de ellos. Miembro de la Co-Masonería.
Es difícil en todos estos personajes saber el lugar que ocupan en su ecuación personal la charlatanería, la credulidad, el autoengaño y la fatuidad. Realmente, a poco que se entra en contacto con sus escritos resulta absolutamente imposible descifrar la madeja y saber exactamente de qué están hablando. Hace años, en el curso de un programa en Onda Rambla de Barcelona, un viejo teósofo me dijo: “Llevo cincuenta años estudiando la teosofía y todavía no sé qué es exactamente…”. Lo decía sin un atisbo de queja y sin sombra de duda sobre su fe: para él no saber lo que era la teosofía era un estímulo para seguir estudiándola. Esta psicología está presente en todos los miembros de a pie de la Sociedad Teosófica y de sus muchos hijos: solamente pueden entender los textos teosóficos aquellos que “alcanzar un cierto grado de desarrollo espiritual”… coartada que sirve para justificar cualquier absurdo.
A pesar de su excentricidad y de su absoluta falta de fundamentos, la Teosofía tuvo un éxito extraordinario en las últimas décadas del siglo XIX y hasta el inicio del primer tercio del siglo XX. Su declive se inició cuando Charles Leadbeater quedó sorprendido en una playa próxima a Adyar (sede de la Sociedad Teosófica en la India) cuando vio a un joven dotado de una “prodigiosa aura luminosa” (Leadbeater pasaba por saber “leer el aura”). Se trataba del hijo de un funcionario hundú de la sociedad que resulto ser Jiddu Krisnhamurti. Leadbeater afirmó que los “guías del universo” le habían comunicado el prodigioso destino del joven llamado a ser “guía de la humanidad”. A partir de ese momento, la Sociedad Teosófica, presidida por Annie Besant, se dedicó en cuerpo y alma a promover “el advenimiento del guía del mundo”. Sin embargo, en 1929, ante miles de seguidores llegados a Ommen (Holanda), Krisnhamurti renunció formalmente a ese papel, rechazó el ocultismo y disolvió la Orden de la Estrella de Oriente, creada por la teosofía par ampararlo.
El hecho de que Krisnhamuti siguiera luego su rol de gurú hasta su muerte en los años 80 sería irrelevante sino fuera porque se trató de uno de los más conspicuos representantes del movimiento que se conoce como New Age. De hecho, a pesar de que la Teosofía jamás se repuso de la defección de Krisnhamurti, Alice Ann Bailey y sus organizaciones terminaron por sustituir a la teosofía y sus orientaciones y escritos tienen un gran peso en ese movimiento polimorfo.
En cuanto a la Co-Masonería, está completamente ausente de la New Age, salvo por el hecho de que a través de la teosofía y de sus variantes, asumidas por determinadas feministas norteamericanas de los sesenta que luego evolucionaron hacia el pensamiento mágico, creando una especie de feminismo místico, conseguirían conferir a este movimiento una indudable patina de telurismo. Es relativamente frecuente que, al referirse a la New Age, muchos estudiosos lo califiquen de “espiritualidad femenina”. Por nuestra parte preferimos utilizar la palabra “telurismo” para referirnos a este rasgo de la New Age.
Así pues, en nuestra búsqueda de los modelos doctrinales de Zapatero, necesariamente, tenemos que realizar una excursión por el intrincado mundo de esas sectas y por las ideas que sostienen. A poco que emprendamos esta aventura intelectual advertiremos una preocupante similitud entre las “obsesiones” de la doctrina Zapatero y los temas centrales de estos grupos. ¿Bastarán tales similitudes para establecer una influencia directa de estos grupos sobre Zapatero? Todo dependerá del número de coincidencias; a partir de cierto número de ellas podremos sospechas de una influencia directa.

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1. El Derecho Humano y la obsesión feminista
Con la creación del Droit Humaine (Derecho Humano) aparece la primera organización de lo que se ha dado en llamar “masonería mixta”, es decir, aquella forma de masonería que admite a hombre y mujer en plano de igualdad. El problema se desencadenó cuando una logia del Gran Oriente de Francia quiso hacer valer el principio de autonomía de las logias expresado en la frase: “El masón libre, en la logia libre”, lo que interpretado de una manera radical implicaba el que cada logia “libre” y compuesta por masones “libres” podía adoptar cualquier iniciativa que considerase que podía contribuir a realizar los ideales de la masonería. A este principio se agarraron los miembros de la logia Les Libres Penseurs de la pequeña ciudad de Pecq, dirigidos por Georges Martin, cuando éste se empezó –y consiguió- iniciar con plenitud de derechos a un mujer, Maria Deraimés. La polémica terminó con la suspensión de la Logia que entró en disidencia y constituyó en torno suyo una nueva obediencia que ostentaría el nombre de Droit Humain. Hoy todavía, el Droit Humain sigue teniendo un lujoso templo en el número 5 de la rue Jules Breton de París y cuenta con delegaciones en los principales países europeos. En el mundo anglosajón, la irrupción fue distinta como veremos.
En 1880, doce logias disidentes de la Gran Logia Central de Francia, constituyeron la Gran Logia Simbólica que practicaba el Rito Escocés. Algunas de estas logias en su constitución aprobaron iniciar a mujeres, pero hasta dos años después no se habían enfrentado a la realidad de tener que iniciar a una mujer. Fue la logia “Les Libres Penseur” de Pecq la que primero tuvo la oportunidad de aceptar e iniciar a Marie Deraismes, una mujer notable. A partir de aquí, se produjo una crisis que terminó con la constitución del Droit Humain.
Todo ocurrió, aparentemente, por casualidad. Era una escritora feminista que gozaba de cierta fama, cuando fue invitada a pronunciar una conferencia en la reunión del Gran Oriente de Francia. El éxito de su intervención fue tremendo y volvió a ser invitada en otras ocasiones a dar conferencias sobre los más diversos temas. Desde 1869 era una consumada militante feminista que presidía la Asociación para los Derechos de las Mujeres. Al caer el Segundo Imperio funda la Sociedad para la Mejora de la Suerte de la Mujer y multiplica sus conferencias pidiendo el sufragio universal y participando en iniciativas anticlericales organizadas por el Gran Oriente de Francia.
Era cuestión de tiempo que alguna logia irregular le propusiera entrar y, todo el problema era, si se atrevería a mantenerla solamente como “masón de adopción” o sería iniciada de pleno derecho. En enero de 1882, la logia Les Libres penseurs de Pecq manifestaron su intención de iniciarla, pero la Gran Logia Simbólica lo prohibió en función de los “viejos usos”. Fue entonces cuando Jacques Martin, venerable maestre de la logia, hizo valer el principio del “masón libre en la logia logia libre”, rechazando el acuerdo. El 14 de enero de 1882, Marie Deraismés recibió la iniciación, pero, para evitar complicaciones a la logia “entró en letargo” inmediatamente. Sin embargo Georges Martin siguió siendo un fanático feminista partidario de la entrada de las mujeres en la masonería. También para Martin, el feminismo y los derechos de la mujer constituían una verdadera obsesión.
Martin era un hombre de acusada personalidad, vehemente y extremista que defendía sus principios enérgicamente y sin temor a las consecuencias que pudiera acarrear. Había sido iniciado en 1879 en la logia Unión y Beneficencia de la Gran Logia de Francia y de ahí pasó a la Gran Logia Simbólica de la que fue uno de los impulsores. Tras la iniciación de Marie Deraismés, a partir de 1890 dedicó todos sus esfuerzos a lograr que la masonería abriera las puertas a la mujer.
Ambos, Deraismés y Martin, constituyeron en 1893 una primera logia mixta cuyo nombre completo era Gran Logia Simbólica Escocesa “El Derecho Humano” que se convertiria en “logia madre” de la Orden Masónica Mixta Internacional “El Derecho Humano”. A partir de entonces y hasta 1916 trabajó solamente para implantar el Derecho Humano a nivel internacional.
Entre su iniciación en 1882 y 1893, Marie Deraismés no había permanecido inactiva. Seguía frecuentando organizaciones feministas y entre sus miembros recluta  dieciséis damas de extracción burguesa a las que iniciará en la masonería asistida por Martin. Se trató, en cualquier casi, de iniciaciones completamente irregulares: el 14 de marzo como “aprendices”; diez días después como “compañeras”; y una semana después, el 1º de abril, como “maestras”… Pasa a ser llamada “Venerable fundadora” y el 4 de abril elige a los oficiales de logia y procede a la redacción de la Constitución de la nueva obediencia: el Derecho Humano. La muerte prematura en 1894 interrumpirá su tarea que, sin embargo, será desarrollada por Georges Martin en los siguientes 20 años. Cuando éste muera, el Droit Humain está ya suficientemente asentado en toda Europa occidental.
Por primera vez aparece una obediencia masónica –irregular, pero vinculada a la masonería al fin y al cabo- cuya primera reivindicación es la igualdad del hombre y de la mujer, primero ante la iniciación masónica y luego en la sociedad. En la Constitución de la Orden Masónica Mixta Internacional “El Derecho Humano”, en su artículo primero se lee: “El Derecho Humano afirma la igualdad del Hombre y de la Mujer. Proclamando el Derecho Humano, la Orden quiere que abarque toda la tierra beneficiando, de forma igual, la justicia social, en una humanidad organizada en sociedades libres y fraternas”. En el artículo segundo se reconoce que la orden está comuesta por “franc-masones, hombres y mujeres fraternalmente unidos sin distinción de orden racial, étnico, filosófico o religioso, la Orden se impone para alcanzar este fin un método ritual y simbólico, gracias a la cual sus miembros edifican su Templo para la perfección y la gloria de la Humanidad”. El articulo siguiente insiste en el “respeto de la laicidad, de todas las creencias relativas a la eternidad o a la no eternidad de la vida espiritual, sus miembros buscan ante todo realizar sobre la tierra y para todos los humanos el máximo de desarrollo moral, intelectual y espiritual, condición inicial para alcanzar la felicidad de cada individuo”. El último punto es significativo. “El Derecho Humano no profesa ningún dogma”.
En España, tras la prohibición de la masonería durante el período franquista, apareció el Derecho Humano en Barcelona de la mano de algunos miembros del socialismo catalán. Habitualmente el nombre público que se suele dar como más representativo de esta obediencia es el del ex sendor catalán Rudolf Guerra, no vamos a ser nosotros quienes demos otros nombres a pesar de que en el marco de la Biblioteca Arús hemos podido conocer a miembros de todas las obediencias, incluida el Derecho Humano. Mantiene logia abierta en Barcelona y desde febrero de 1980 en Madrid (Libertad nº 1328) que tras un período de crisis se reactivaría en noviembre de 2007, cuando ya existía otra logia de esta obediencia en la capital. Existen otras logias en Oviedo (Progreso 1850), Obradoiro en Galicia, Caballeros de la Noche y Constancia en Zaragoza, Alba de Levante en Valencia, El Nivel en Alicante, Gran Trígono en Murcia, Igualdad Madrid y la Ferrer Guardia en Barcelona.
Así pues, ya hemos encontrado una masonería irregular, pero masonería al fin y al cabo, cuyos ideales si están más en sintonía con las obsesiones más llamativas del zapaterismo. No se trata solamente de que el Derecho Humano haya tenido su origen en una polémica feminista sino, como hemos visto, la cuestión central es que en su declaración de intenciones insiste:
- igualdad de la mujer
- igualdad de raza
- laicidad
- ausencia de dogmas
Es cierto que otras obediencias masónicas incluyen entre sus principios algunos de estos… pero nunca de manera tan radical, sino más bien templada (ya hemos visto que la igualdad racial es relativa en la masonería, especialmente en la americana, que mantiene logias separadas para negros y una masonería específica para judíos). Ni siquiera existe unanimidad en lo relativo a la laicidad. Y en cuanto a la ausencia de dogmas no es precisamente lo que acompaña a la masonería regular que está asentada sobre una dogmática que tiene poco que envidiar a la de la Iglesia. El Derecho Humano es algo aparte en el elenco de obediencias masónicas. Y lo sorprendente es que sus principios encajan perfectamente con la “doctrina Zapatero”.
Ahora bien… de la misma forma que no existe constancia de la afiliación de Zapatero a ninguna logia regular, no es menos cierto que tampoco existen datos que permitan vincular al presidente a una obediencia irregular. Pero sí es rigurosamente cierto que los principios de la Orden Mixta del Derecho Humano se adaptan como un guante a lo que hemos llamado “la doctrina Zapatero”.
Sin embargo, también pueden establecerse otras afinidades…

(c) Ernesto Milá - infokrisis - infokrisis@yahoo.es - http://infokrisis.blogiacom