Hará algo así como dos décadas, estaba claro que la
publicidad se había desmadrado y que los canales generalistas ofrecían excesiva
publicidad. Por no hablar de la radio en al que por cada hora de programación,
entre 20 y 25 minutos estaban destinados a cortes publicitarios. Una ley quiso
regularlo… ley no derogada pero si olvidada. Hoy, nada impide que cada canal
coloque de manera abusiva publicidad y más publicidad hasta matar a la gallina
de los huevos de oro. ME QUEJO DE LA
PUBLICIDAD OMNIPRESENTE E INTERMINABLE, CHIRRIANTE Y CON UNA FALTA DE ORIGINALIDAD
RAYANA EN LA INDIGENCIA INTELECTUAL.
¿Puede verse una serie de 20 minutos con dos y tres cortes
publicitarios, el último de los cuales se da a pocos segundos de terminal?
¿Pueden soportarse secuencias de cortes publicitarios de 10 e incluso 15
minutos, separadas por un minuto de programación? Bueno, pues ese es el
resultado de las televisiones privadas que nacieron en los años 80 y que se ha
renunciado a controlar. Carloti, el baranda de Tele 5 ya lo dijo hace algunos
años: “yo vendo publicidad, y tengo que poner contenidos para que la gente
vea los anuncios”. Imposible ser más claro: la televisión pasó de ser
un servicio público a un negocio publicitario desbocado.
Si cuando era un servicio público, nos quejábamos de que
solamente había un par de canales nacionales y media docena de canales
autonómicos-oficialistas, la irrupción de las televisiones privadas marcó el
inicio de la era dorada de las mama-chichos, los culebrones y la telebasura. Y en eso estamos. Abandonad toda esperanza: a
medida que se degrada el nivel cultural de las masas, lo que precisan no son
productos sofisticados, sino pura mierda enlatada. Eso es lo que hoy sirven las
televisiones generalistas. Y ese ha sido el resultado y más notorio resultado
de las televisiones privadas que han cumplido ya las tres décadas.
Lo más sorprendente es que la publicidad ha llegado a invadir
algunos canales de pago. Lo que se ha generado ha sido una fuga masiva hacia la
televisión es streamming después de
una década en la que bajar contenidos a través de programas P2P se había
convertido en algo habitual. ¿Podía esperarse otra cosa? El problema de las
televisiones privadas, no era que vivieran de la publicidad, sino que han
querido vivir demasiado bien.
ME QUEJO DE QUE LA PUBLICIDAD ES UNO MÁS –NO EL ÚNICO, PERO
SÍ UNO DE LOS MÁS IMPORTANTES- DE LOS FACTORES QUE HAN CONTRIBUIDO A LA
DECADENCIA IRREVERSIBLE DEL MEDIO TELEVISIVO. Y no tenía por qué ser
necesariamente así.
- Un medio saturado por publicidad directa e indirecta, no
es un medio que pueda transmitir otro valor que los contenidos de los propios
anuncios.
- Una publicidad masiva no puede ser sino una publicidad
zafia, hecha, no para la satisfacción de la media intelectual de la audiencia,
sino al nivel de los estratos de más baja cultura.
- Una publicidad omnipresente desvaloriza cualquier otro
contenido televisivo, resta interés, rompe la continuidad de las películas y
las series y termina siendo una tortura para el espectador.
- Una publicidad tan poco imaginativa, tan machacona y
reiterativa como la actual, además, resulta ser engañosa y en absoluto útil
para el espectador.
A lo que habría que añadir los efectos subliminales de los
que nadie habla pero que seguramente siguen existiendo (¿o es que alguien ha
pensado que el estudio de las técnicas subliminales se interrumpió en los años
50 y nadie se ha interesado desde entonces por ellas?).
Obviamente, no todo son quejas contra la publicidad. LE
AGRADEZCO EXTRAORDINARIAMENTE QUE EL RECHAZO A LA PUBLICIDAD HAYA OPERADO EL
MILAGRO DE QUE DESDE HACE CASI 20 AÑOS NO VEO TELEVISIÓN, SINO QUE YO MISMO
SELECCIONO LOS CONTENIDOS QUE ME INTERESAN. NO ME IMPORTA PAGAR POR VER… LO QUE
ME IMPORTA ES QUE NO POLUCIONEN MI CEREBRO CON CIENTOS DE ANUNCIOS POR HORA DE
PROGRAMACIÓN.