El asesino del
juego del rol, el chico que mató a su padre de un disparo de ballesta, el que
acabó con sus progenitores y su hermana empuñando una katana, las dos chicas
que asesinaron a su amiga en San Fernando... todos ellos tienen una
característica: son psicópatas. Pero eso no es lo peor: un 10% de la
población española presenta algún rasgo de psicópata y un 2% los tiene todos.
En otras palabras 2 de cada 100 personas que nos cruzamos al cabo del día son
psicópatas peligrosos. La mayoría son “psicópatas integrados”. Son tan fáciles
de reconocer como peligrosos. Esta es su vida…
La Organización Mundial de la
Salud ha establecido que el 2% de la población es “peligrosa”: se trata de los
psicópatas. España se cuentan un millón de psicópatas, pero la Justicia sólo ha
detectado (y condenado) a unos 10.000. ¿Dónde están los 990.000 restantes? Muy
cerca nuestro, sin duda. Si pueden, intentarán engañarnos, estafarnos,
arruinarnos y no experimentarán la más mínima sensación de culpabilidad.
LOS PSICOPATAS Y NUESTRA SOCIEDAD
Nuestro tipo
de sociedad, al favorecer los comportamientos egoístas e individualistas, es el
mejor caldo de cultivo para los psicópatas. En los últimos 30 años su
número ha crecido desmesuradamente. Las estadísticas de delitos así lo
atestiguan, pero el tipo más habitual de psicópata es el que está integrado
socialmente. Entre la
clase política abundan este tipo de psicópatas, pero también son frecuentes al
frente de empresas, en cargos de responsabilidad o conspirando para
alcanzarlos. Su habilidad para manipular y tergiversar hechos, su ausencia
completa de remordimientos, les facilitan escalar hasta los puestos más altos…
En EEUU, uno
de cada cuatro reclusos son psicópatas. Entre 1960 y 1980 aumentaron un
300%, se redujeron algo en 1984, pero volvieron a aumentar en un 500% en los
90%. El incremento en el número de delitos parece tener relación con el
"boom" poblacional de los años 60, cuyos individuos han alcanzado la
edad adulta en los 90. En Inglaterra las cifras son similares.
¿A qué se deben
estos espectaculares aumentos? En la década de los 50 cada niño aprendía en familia a distinguir la
verdad de la mentira, pero hoy, uno de cada cuatro niños americanos no vive en
una familia tradicional. Uno de cada tres de estos niños ha nacido sin que sus
padres estén casados y la mayor parte de sus madres tienen una educación mínima
y una escasísima socialización. La proporción de nacimientos ilegítimos ha
pasado del 5% en los años 60 al 30% hoy en día.
PSICOPATAS DESDE LA INFANCIA
El psicópata
se hace… pero se hace pronto; adquiere los rasgos de su psicopatía desde muy
niño. ¿Por qué? Es
casi unánime en ellos la ausencia de la figura del padre. Suelen haber vivido
en el seno de familias en las que el padre, o se había ido del hogar, o había
fallecido tempranamente o, simplemente, se había despreocupado de la educación
de los hijos. De hecho, los psicópatas jamás mencionan al padre; parece
como si jamás lo hubieran tenido.
Desde el
momento en que comienza la época de socialización evidencian unos rasgos que
los hacen radicalmente diferentes de otros niños. Muestran un ego particularmente crecido y hostil
–hasta el ataque de nervios- ante cualquier crítica. Aprenden a mentir y a
enmascarar sus sentimientos; se consideran por encima de los demás y suelen
despreciar a sus compañeros de clase. Sus padres comprueban que cambian pronto
–y continuamente- de amigos. En su edad adulta no les quedan amigos de
infancia. Ni les interesan los estudios, ni mucho menos el daño que puedan
hacer a sus compañeros.
Si bien el
factor familiar –ausencia de la figura paterna- favorece la eclosión de la
psicopatía, su influencia tiene lugar sobre un terreno ya abonado: el cerebro
de los psicópatas no funciona como los demás, tienen una desconexión entre la
zona orbitofrontal y las estructuras subcorticales. De ahí que, pequeños
impulsos emocionales les provoquen reacciones agresivas incontroladas.
EL ADULTO PSICOPATA
Los jueces
habituados a tratar con psicópatas los reconocen inmediatamente: basta
contemplar su mirada característica, llamada “mirada contenida”, los párpados
algo cerrados, pero parpadeando muy poco, intentando como impedir que los ojos
les salten de las órbitas. Suelen estar en tensión. Se considera probado que
sudan menos que las demás personas y que, ni en el momento en que cometen las
mayores tropelías, se les acelera el corazón.
¿Conoce a
algún manipulador que tenga ciertas dosis de encanto? ¿Si? Pues ese es un
psicópata. Buena parte de los psicópatas tienen atractivo para las personas
que conocen. Al menos inicialmente. Gracias a ese atractivo logran parte de sus
fines. No les cuesta
trabajo mentir en relación a sí mismos (tienen tendencia a atribuirse títulos
de nobleza o de estudios que en absoluto les corresponden). Pero pronto se pone
de manifiesto que, a pesar de su alta capacidad de simulación, son incapaces de
experimentar la menor empatía por los demás, al ser incapaces de sentir
sus propias emociones. Esta inmadurez emocional hace ellos seres aislados.
Carecen de
amigos, aunque les gusta alardear de su popularidad. Su problema es que
habitualmente experimentan una fuga completa de la realidad. Tienen algo de
mitómanos; construyen planes fabulosos que habitualmente chocan con la
realidad y, cuando esto ocurre, procuran que los afectados sean sus socios,
empleados o clientes. Un psicópata integrado es capaz de asegurar que un
tartamudo podrá llegar a ser el mejor locutor de radio… en un momento de euforia,
por que el psicópata es incapaz de medir las consecuencias de sus actos.
Habitualmente
son víctimas de sí mismos: un periodista publica un artículo contra un
colega que levanta indignación general… el psicópata no ha medido el alcance de
sus actos y la hostilidad de la que se rodea progresivamente es la
consecuencia.
Su trato es
completamente insoportable: nunca se sabe con qué cara llegará a la oficina.
O excepcionalmente eufórico o deprimido y hostil para con todo y hacia todos.
Sin solución de continuidad, alterna uno y otro estados emocionales. Cuesta
seguir su evolución, de hecho, carece patrones lógicos.
Poco a poco
la gente se va separando de él: es incapaz de demostrar ningún amor verdadero
hacia nadie. Cuando trata
de manifestarlo, es falso: es señal de que quiere aprovecharse de la persona
que simula amar, fundamentalmente por motivos económicos o egoístas, en la
medida en que puede ayudarle a escalar. De ahí que su vida familiar sea
imposible y a la larga terminen separándose de cualquier pareja. Es en ese
momento cuando amenazan con suicidarse. Pero no hay problema, se quieren más
que a nadie en el mundo y serían incapaces de intentarlo.
¿Sus
relaciones sexuales? Son curiosas. Habitualmente adoptan rasgos bisexuales
¿motivo? Cualquier “agujero” es bueno cuando se trata de conquistar los propios
intereses. Para ellos
la sexualidad es un medio para alcanzar un fin: la obsesión del momento,
el escalar, el asegurarse una tranquilidad económica, el obtener, en
definitiva, cualquier tipo de beneficios.
¿Quiere un
consejo? No intente dialogar con un psicópata, hablarán lenguajes diversos. El
psicópata se funciona en una lógica propia: todo lo que le favorece y le
facilita alcanzar sus objetivos es bueno, todo aquello que le impide llegar a
ellos, es negativo. La
ética y la normal moral, la ley unánimemente aceptadas, son para él peligrosas
y, por tanto, es hostil a ellas.
Al psicópata no
le importa hacer daño, estafar, engañar, arruinar a alguien, no siente el más
mínimo complejo de culpabilidad. Para él, las personas con “cosas”
destinadas a satisfacer sus fantasías y ambiciones. Jamás experimenta la más
mínima sensación de remordimiento. Ahora bien, si es cierto que, en
determinados sujetos, especialmente en aquellos que han sido educados en
ambientes católicos, se evidencia un complejo de culpabilidad latente que es
causa todavía de mayores perjuicios: tiende a sublimar su complejo de
culpabilidad encontrando siempre a alguien más culpable que él. Y eso lo
repetirán una y otra vez a lo largo de su vida como si se tratase de una
fotocopia. En este sentido son ciclotímicos: un empleado desleal los ha
hundido (jamás su propio aventurerismo empresarial), una coyuntura
internacional ha impedido que su producto fuera aceptado por los consumidores
(en absoluto el que estuviera mal diseñado), etc. La experiencia no le sirve
para aquilatar conocimientos, es incapaz de asumir los datos servidos por la
experiencia y se encuentra siempre en el mismo punto de partida. Estos
fracasos se deben a que siempre sus razonamientos son insuficientes. En
realidad, en su estructura mental, no hay lugar para la lógica cartesiana:
su fantasía le marca objetivos que pone en marcha a través de su voluntad, sin
importarle ningún otro razonamiento. Muy habitualmente confunde sus delirios con la
realidad y con la posibilidad racional de alcanzarlos. Pero, no hay problema, siempre la
culpa es de otro.
Y para colmo
tienen una mala memoria patológica. Suelen olvidar lo esencial de lo que han
hecho el día anterior. No es raro que sean incapaces de aquilatar
experiencias: para ello hace falta conservar un mínimo de memoria del pasado.
* *
*
Tales son los psicópatas integrados, los que más riesgo tenemos de que nos afecten en nuestra vida cotidiana. A la vista de esto, no puede extrañar la actitud del Gobierno británico tiene previsto autorizar el encierro de «psicópatas» que no hayan sido nunca condenados o que nunca hayan sido sospechosos de haber cometido crímenes, como medida de prevención para evitar asesinatos, según anunció ayer a los Comunes el ministro del Interior, Jack Straw.
LOS
RASGOS DEL PSICOPATA INTEGRADO
1. Encanto superficial
2. Egocentrismo
3. Mala memoria
4. Demuestra menor reacción afectiva
5. Amenaza de suicidio.
6. Razonamiento insuficiente.
7. No aprenden de la experiencia.
8. Incapacidad de amar.
9. Miente con facilidad
10. Comportamiento fantasioso
11. Se manifiesta en la adolescencia
12. Necesidades distintas, códigos propios
13. Cosificación de las personas
14. Proyecta sobre otros la propia culpabilidad
EL TEST DE
HARE. PARA SABER QUIEN ES PSICOPATA
Cómo valorar las preguntas:
- 2 Puntos: cuando la conducta del sujeto es consistente y se ajusta a la cualidad o intención del ítem.
- 1 Punto: el ítem se ajusta en cierta medida pero no en el grado requerido para puntuar dos. Existen dudas, conflictos en la información que no pueden resolverse en favor de una puntuación 2, ni tampoco en 0.
- 0 Puntos: el ítem no se adecua. El sujeto no muestra el rasgo o la conducta en cuestión que propone el ítem.
2 1 0
¿Es locuaz?
¿Tiene encanto superficial?
¿Alardea de sus títulos y su valía?
¿Suele mentir con descaro?
¿Solo se siente bien en puestos de dirección?
¿Manipular a los demás?
¿Carece remordimiento?
¿Sus afectos son superficiales?
¿Su carácter es inestable?
¿Carece de empatía con los demás?
¿Carece de amigos de la infancia?
¿Quiere realmente a su pareja?
¿Tiene tendencia al aburrimiento?
¿Su estilo de vida es parasitario?
¿Tiene reacciones poco meditadas?
¿Tiene mala memoria?
¿Sus proyectos carecen de realismo?
¿Su carácter es impulsivo?
¿Adopta decisiones e iniciativas irresponsables?
¿Ha tenido algún tipo de problemas con la ley aunque haya salido absuelto?
Totales ........................................
Puntuación:.................................
Total: ..........................................
Valoración:
de 0 a 20 puntos: normales.
de 21 a 30 puntos: grupo medio.
de 31 puntos o más:
psicópata.