Reconozco que fui de los que creyeron en las primeras
semanas que el “movimiento de los indignados”, no sólo era legítimo sino necesario y que, era mejor que la gente
reaccionara en las plazas antes que seguir silenciosos con el zapaterismo
paralizado y la derecha papando moscas, ante la deuda disparada y el país
yéndose al garete, superando los seis millones de parados. Incluso el programa de Podemos contenía elementos interesantes y
legítimos… salvo en materia de inmigración que siempre fue la asignatura
pendiente de las distintas variedades de la izquierda. Luego vi de cerca el
movimiento en la Plaza de Cataluña y cómo los mozos de escuadra se retiraban en
perfecto orden, después de que la propia conselleria de interior les ordenara
desalojar la plaza… ¿Qué les reprochaba
en la época? Una sola cosa: que no tuvieran ni repajolera idea de lo que era la
globalización y fueran profundamente inconsecuentes en sus actitudes ante el
capitalismo que criticaban. Hoy me quejo de que han gobernado con el culo los
ayuntamientos de las principales ciudades españolas los últimos cuatro años y
el irreparable destrozo causado que clama al cielo. Explicaré mi queja.
Esa vieja chocha que gobierna Madrid, esa tontalbote que ha
sido alcaldesa de BCN cuatro años y que espero que a algún barcelonés le quede
sentido común para enviarla a ella y a su equipo de colgados al paro, por no
hablar del alcalde de Valencia y su “cabalgata de magas” (el gran logro de su
gobierno) o al “Kichi” de Cádiz, tan pinta como el alcalde de Zaragoza… son una
muestra de que este país no puede tirar ni p’alante ni p’atrás. ¿Podemitas? Hace cuatro años, eran
vírgenes, ahora son fracasados todos, corruptos algunos, débiles mentales otros
muestra de los destrozos que hace el porrito y payasos afectados sin saber ni
que cara poner ni de qué color pintarse la mayoría. De su proyecto no queda
nada, salvo pequeñas tonterías propias de progres desbocados que lejos de
resolver problemas han creado polémicas (me gustaría saber porqué todos
estos, cuando se ponen en plan “somos la izquierda”, lo único que encuentran en
situarse como los más entregados inmigracionistas o los más conspicuos
descatolizadores del país… que, por cierto, ya está suficientemente
descatolizado y lo dice un nietzscheano convencido). Quedan también subidas de
sueldos donde hace cuatro años nos dijeron que se los iban a limitar, pero,
sobre todo, lo que queda es que el ciudadano de todas estas ciudades no vive
mejor que antes, sino, justamente MUCHO PEOR.
La Colgau no ha hecho de Barcelona un lugar paradisíaco,
sino bien un simple, verdadero, auténtico e integral infierno para los barceloneses,
un vertedero social al que está yendo a parar lo peor de cada familia terrícola.
Los ecos de lo que ocurre en Madrid no son mejores. Pero ¿qué diablos podía esperarse de estos mascarones de proa sin ideas más
allá de cuatro frases panfletarias extraídas de manuales de la izquierda de los
años 30 y de los enunciados políticamente correctos dictados por la UNESCO?
Odín sabe que quien esto escribe no alberga ninguna reserva ni hacia mujeres,
ni hacia los gays, ni siguiera hacia inmigrantes que cada día se levantan y se
ganan honestamente las judías. Pero, de
ahí, a ver como las banderas gays ondeaban en los ayuntamientos, se celebraban
días y semanas del “orgullo gay”, del “orgullo transex”, se colgaban de los
consistorios banderolas celebrando la llegada de más y más inmigrantes,
mientras la vida en los barrios se enrarecía… he llegado a sentir náusea de
toda esta banda de incapaces, inútiles y payasos. ¿O es que son otra cosa?
¿Esto era lo que podía dar de sí la izquierda podemita? "Chicos, habéis tenido vuestra ocasión y habéis hecho el giliflús. Dejarlo ya,
disfrutad de lo que habéis pillado y dedicaros a otra cosa porque lo que se
dice en gestión municipal, no hay más que leer las noticias y pasear por las
calles de nuestras ciudades para certificar nulidad al frente de los destinos
municipales".
Más allá de Podemos
no hay nada y Podemos ha resultado ser el gran fracaso. Entonces ¿qué? ¿Habrá
que mirar “más acá”? ¿Al PSOE y al PP? Obviamente, estos ya han decepcionado
todo lo que podían decepcionar a lo largo de 40 años. ¿Ciudadanos? Bien
gracias, pero Ciudadanos solamente sirve para plantar cara al nacionalismo en
Cataluña, en el resto del Estado es más de lo mismo. Pocas ideas, mucho
marketing. Exactamente como los otros. No es por casualidad que Sánchez,
Casado y Ribera parecen hechos con el mismo troquel.
Agradezco a Podemos
que no haya tardado décadas en demostrar su ADN. A veces esto de la democracia
resulta genial: cuatro años y nunca más. ¿A quién votar en mayo del año que
viene? Recuerdo que votar no es obligatorio. Y cuando no hay opciones,
abstenerse es casi una obligación moral.
Os contaré una parábola: Un
día le dije a mamá: Se me ha ensuciado la camisa por los puños y por el cuello.
Y mamá me dijo: Dámela y te la limpiaré. Unas semanas después volví con camisa
repleta de manchas, rota, había encogido y perdido la cremallera… Y mamá me
dijo: Te compraré otra porque esta ya no puede salvarse. Fin de la historia.
¿Que de qué me quejo? Me quejo de que, hasta
ahora, no haya aparecido nadie que pueda presentar un proyecto ilusionante,
sólido y bien atado por el que los ciudadanos podamos poner la mano en el fuego
sin riesgo de que quede convertida en carboncillo. Es más, empiezo a pensar que
la situación de deterioro de las grandes ciudades españolas es tal, que ya
puede hacerse poco para revertir los destrozos de cuarenta años de demócratas
de chichinabo y de los últimos cuatro años de ausencia de autoridad y de capacidad
de gobierno podemita.