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jueves, 9 de marzo de 2017

Diario de un pobre diablo (36)

NIKE CONTRA LA IDENTIDAD EUROPEA: BORRARLA DE VUESTRAS PREFERENCIAS

Para festejar el “día de la mujer trabajadora”, Nike ha lanzado un velo islámico para deportistas de confesión musulmana. El producto de llama “Pro Hijap”. Es lo que en la jerga comercial se llama hoy “un producto islámico-compatible” que sigue en la línea de la colección “Abaya” de Dolce & Gabanna y a los pañuelos islámicos de la inglesa Uniqlo. Así está el patio de la moda…

Soy de los que opina que no hay que tener piedad con las marcas (no siempre la calidad y la arca viajan juntos). Hay que ser práctico y buscar la mejor relación calidad-precio. Hacer otra cosa supone convertirnos en publicistas de un marca. Dicho lo cual vale la pena recordar aquellas marcas que ni siquiera merecen tomarse en consideración: son las que se identifican con modelos culturales foráneos instalados en nuestro territorio y que intentan “normalizar”.

Que el islam es algo ajeno y exterior a Europa es algo de lo que no puede dudarse. Nació en el desierto y en el desierto encuentra a sus mejores predicadores. Que esté en Europa porque nuestros gobernantes lo han visto como una forma de proveer de mano de obra barata los mercados europeos es una cosa, que culturalmente su lugar es el desierto, la aridez de sus concepciones y la simplicidad monocorde de su monoteísmo ultrancista, tienen poco que ver con el horizonte boscoso y florido de Europa, es algo que solamente pueden dudar progresistas de pocas luces. 

Por eso cuando una marca intenta vender sus productos en Europa debe saber a lo que se arriesga: o se convierte en un vehículo de multiculturalidad y en un aliado de quienes han provocado los transvases masivos de población o defiende nuestra identidad. Si hace lo primero, debe de ser denunciada como tal. No puede haber piedad para los enemigos de Europa. No se trata de que si la marca se retracta, abandona su nueva línea comercial, pueda volver a ser considerada como digna: es que, quien traiciona una vez, puede volver a hacerlo. Es el caso de Nike.

La empresa norteamericana de calzado deportivo ha iniciado la promoción de una línea de productos para islamistas. ¿Quiere usted lucir un velo islámico con el logo de Nike? Nos parece muy bien. En su tierra. Europa no es tierra para el velo islámico. Y el hecho de que un liberal como Phil Knight, principal accionista de la marca, haya intentado hacer negocio recurriendo a una prenda religiosa islámica en un momento en el que Europa se está viendo sometida a una invasión, califican a él y a su marca: deberemos de recordarle, por ejemplo, que él es uno de los beneficiarios de la globalización y que TODAS sus zapatillas deportivas están fabricadas en países del tercer mundo por trabajadores –muchos menores- sometidos a salarios de miseria. 

Nike aspira a beneficiarse de la globalización tanto por la deslocalización de las plantas de producción como por la transformación de los contingentes de inmigración islámica llegados al Primer Mundo, en clientes potenciales. Nike ha franqueado una línea roja: los defensores de la identidad europea, ni pueden ni deben transigir con los etnocidas. Nike no tiene, no debe tener lugar, en los mercados europeos. Su logo, a partir de ahora, ha pasado a ser el distintivo de los que están contra nuestra identidad.