12 CUESTIONES SOBRE LA VICTORIA DE TRUMP (y una conclusión).- Si las bolsas mundiales se han
conmovido por la victoria (incuestionable en el momento de escribir estas
líneas -7:15 de la madrugada- cuando Trump está a 5 votos preferenciales de la
presidencia) de obtener la mayoría, es porque la globalización no va a resistir bien este nuevo período en la historia
de los EEUU. Ayer decíamos el enfrentamiento entre ambos candidatos suponía
la lucha entre el aislacionismo y el intervencionismo.
0. ¿Qué ocurrirá en los EEUU a partir de ahora? Los EEUU seguirán
siendo los mismos que hasta ahora, Trump seguirá siendo un presidente que hablará
de la “grandeza de los EEUU”, de “la ciudad en la colina” y seguirá terminando
sus discursos con el “Dios bendiga a América” (a los EEUU)… pero ya no será lo
mismo. EEUU, a partir de ahora, y mientras Trump siga siendo presidente,
veremos el repliegue de los EEUU en sí mismos.
1. ¿Cómo se realizará este repliegue? Hay dos formas de replegarse:
ordenadamente o a la desbandada. Trump intentará hacerlo ordenadamente: menos
presupuesto para las bases militares en el exterior, mayor control
presupuestario, más diálogo con Rusia, final de la guerra de Siria… No está
claro, si el mundo del dinero que ha apoyado a Hillary aceptará la victoria de
Trump e intentará ganarlo o bien si le declararán la guerra y conspirarán
contra él.
2. ¿Qué está ocurriendo en EEUU? Muy sencillo: el progresismo, aun
disponiendo del control de la economía, de los medios de comunicación y de la
hegemonía cultural, ya no tienen el control de las clases medias, ni de las
clases populares. Existe una fractura vertical entre las élites globalizadoras
y las clases populares. Las primeras solamente pueden prevalecer en democracia
buscando una clientela electoral entre los partidarios de lo políticamente
correcto y del progresismo.
3. ¿Por qué se ha producido esta derrota? Por obstinarse en llevar
adelante el designio de la élite económica: el proyecto globalizador, contra
viento y marea, a pesar de que era evidente que, perjudicaba a las poblaciones
especialmente en lo que fue el antiguo “Primer Mundo”: Europa y EEUU.
4. ¿Quién ha perdido? Los promotores de la globalización y del
neoliberalismo extremo que, políticamente tenían el apoyo del mundialismo
cultural y, en general, del progresismo y de lo políticamente correcto. Han
perdido los partidarios del unilateralismo norteamericano, del intervencionismo
en cualquier lugar del planeta y del complejo militar-industrial, han sido
derrotados los partidarios de mantener a los EEUU como “única potencia mundial”.
5. ¿A qué episodio histórico se puede comparar esta derrota del
progresismo? Las elecciones de ayer en los EEUU tienen un paralelismo
histórico con la batalla de la Farsalia entre César y Pompeyo… sólo que al revés. La victoria de Pompeyo entrañó
la transformación de Roma de República en Imperio. No en vano, los EEUU siempre
se han considerado como herederos del Imperio Romano: ellos recorrieron el
camino de la República al Imperio. EEUU está en el camino opuesto. Las
diferencias de situación en las diferentes zonas de los EEUU (California y
Nueva York como mecas del progresismo mundial y el resto de los EEUU son
espectaculares para quien conozca aquel país e incluso cabe preguntarse si la
cohesión interior de los EEUU podrá mantenerse durante mucho tiempo y si no
evolucionará hacia tres o cuatro agrupaciones nacionales con fronteras
interiores.
6. ¿Por qué ha sorprendido la victoria de Trump? Porque los medios
de comunicación europeos y los grandes consorcios mediáticos situados unánimemente
a favor de la globalización no solamente “apostaban”, sino querían imponer la
victoria de Hillary. Pero, para quienes conocieran la situación interior de los
EEUU y no se fiaran solamente de opiniones recogidas en Manhattan o en el
barrio gay de San Francisco, estaba claro que la situación de la clase media y
de las clases populares era tal que la victoria de Trump era perfectamente
probable desde el primer momento.
7. ¿Cómo ha sido recogida la victoria de Trump internacionalmente?
Los gobiernos europeos se lo han tomado por la tremenda. Habían apostado sin
excepción –incluso los conservadores– por Hillary y temen que la victoria de
Trump les obligue, si quieren mantener la OTAN en pie, a un mayor esfuerzo
presupuestario (lo que el electorado europeo no está dispuesto a conceder). Por
el contrario, tanto Rusia como China han acogida con simpatía la victoria de
Trump: el belicismo y el unilateralismo norteamericano han perdido una batalla.
8. ¿Qué supone para Europa esta victoria de Trump? Muy sencillo:
esta victoria va en la misma línea que otros dos episodios “traumáticos” para
el progresismo europeo: el Brexit (fin de la UE tal como había sido concebida
hasta ahora) y los avances de los partidos euroescépticos en casi todos los
países europeos. La victoria de Trump (que no deja de ser un outsider y que es considerado como tal
en los EEUU, es decir, un tipo fuera del stablishment)
contribuirá a reforzar la credibilidad y la pujanza electoral de los partidos
euroescépticos que, a fin de cuentas, están planteando algo parecido en sus
respectivos países.
9. ¿Y cómo queda la hispanización de los EEUU? Exactamente igual
que antes: Trump ralentizará, ordenará y controlará la inmigración llegada del
Sur de Río Grande, pero sobre todo, endurecerá el asentamiento de nuevos
inmigrantes en los EEUU… pero en los últimos cinco años, el grueso de la
inmigración que llega allí no procede de países hispanos sino de Asia. Trump no
podrá nada contra la diferencial demográfica que juega a favor de la comunidad
hispana, incluso en Estados en los que ha vencido.
10. ¿Quién apoya a Donald Trump? Las clases populares tradicionales
de los EEUU. Eso está claro. La alta burguesía, el progresismo y,
especialmente, la comunidad negra, han apoyado a Hillary. Sin embargo, Trump ha
vencido en zonas de fuerte implantación hispana, lo que implica que no era
cierto que la comunidad hispana viera en Trump a un enemigo irreconciliable.
11. ¿Qué ocurrirá en los próximos días? Inicialmente, las fuerzas
que apoyan la globalización (mayoritarias en las bolsas mundiales y en los
consorcios mediáticos) no van a aceptar la victoria. Las noticias de primera
hora de la mañana indicaban histeria y hostilidad manifiesta contra la victoria
de Trump. Se anuncian catástrofes económicas internacionales a corto plazo…
como se anunciaron tras el Brexit. Los únicos que temen la victoria de Trump
son los progresistas y partidarios de lo políticamente correcto y la élite globalizadora.
En los próximos meses veremos que Trump no adopta posiciones racistas,
belicistas, sexistas… que solamente se han generado en los laboratorios de
propaganda psicológica de la globalización.
12. ¿Cómo afectará la victoria de Trump a España? Realmente, cuando
supimos que Pedro Sánchez había ido a EEUU a apoyar la candidatura de Hillary,
fue el primer toque de atención de que la victoria de Trump podía ser posible.
Ironizamos, claro. Pero lo que es cierto es que el progresismo ha perdido y el
conservadurismo ha ganado. En España, no se beneficiará ninguna formación euroescéptica,
pero inducirá al PP a rectificar sus posiciones reforzar su conservadurismo. Lo
que emane del salón oval de la Casa Blanca será palabra de ley para el
centro-derecha español.
“Es hora de que nos unamos como un nuevo pueblo” ha dicho Trump en
su primera alocución tras conocer la victoria. EEUU ha tenido una larga entrada
en el siglo XXI que ha durado desde el derrumbe de las Torres Gemelas a la
victoria de Trump: en esos 15 años, el sueño norteamericano de hegemonía
mundial, se han demostrado inviables. Es el precio de que el poder estuviera en
manos de lacayos de la globalización (los Bush, los Obama, los Clinton). Las
clases populares de los EEUU han votado en contra de todo esto. Hoy, aunque el
elector medio norteamericano no lo sepa, aunque los europeos no quieran
creerlo: América está más cerca que nunca de Europa. Ahora sí es posible dejar
atrás la herencia de 1945 (Guerra Fría y bilateralismo), superar la herencia de
1989 (Caída del Muro de Berlín, inicio del unilateralismo norteamericano y de
la globalización), abandonar las ideas mesiánicas seudo-religiosas en las que
se apoyaba y reconocer la realidad: situación desesperada del dólar, déficit
público insalvable, infraestructuras que se caen o que se han quedado
anticuadas, atomización social… Es significativo que en el primer discurso de
Trump haya insistido en el valor de la familia, se haya mostrado como un hombre
moderado pero extremadamente claro y haya manifestado su intención de
reconstruir los EEUU… “Es hora de hacer las cosas bien”, ha dicho Trump. Ahora queda
ver si va a ser capaz de cumplir sus promesas o bien se va a oponer a fuerzas
insuperables que congelarán su proyecto.