Después del atentado a la revista
Charlie-Hebdo el 7 de enero de 2015,
cientos miles de franceses, e incluso extranjeros, enviaron sus donaciones para
las familias de las víctimas. Algo normal después de un atentado terrorista. Las
donaciones ascendieron a la no desdeñable cantidad de 4,3 millones de euros, a
lo que hay que añadir otros 12 millones que reportó la venta del número especial
de homenaje a las víctimas. Philippe Val, antiguo director de la revista, en
nombre de los “supervivientes” de la redacción, publicó en este número
especial, que tanto los beneficios que reportase como el dinero que se
recaudase sería distribuido entre las familias de las víctimas: en total 16,3
millones de euros. Pues bien, el dinero prometido todavía no ha llegado a sus
destinatarios.
Ha sido Gala Renaud, viuda de Michel Renaud, quien, 18
meses después del atentado ha denunciado el caso a la fiscalía de París. La
denuncia presentada consta de cinco páginas en las que acusa a la dirección del
semanario de “giro” y de conservar estos beneficios extraordinarios que
garantizan la supervivencia de la revista, al margen de sus ventas reales. Gala
Renaud no ha ahorrado los epítetos más uros: “traición”, “abuso de confianza”.
El dinero de la venta del número extraordinario se ha
quedado en manos de la revista, mientras que las donaciones se han girado a la “Asociación
de Amigos de Charlie”. Pero esto no era lo prometido: tantos las personas que
comprar aquel número extraordinario como las que giraron dinero, lo hicieron a
favor de las víctimas, no de la propiedad de la revista, ni de la asociación
montada por ésta. La denuncia de Gala Renaud termina afirmando que la actitud
de los detentadores de estos fondos “muestra una intención de desviar los
fondos prometidos inicialmente a las faimilias” en beneficio propio. El abogado
de Gala Renaud, ha declarado, por su parte, que el estatuto de “víctima” que le
corresponde a su cliente la “autoriza a pedir cuentas” sobre el destino de
estos fondos.
La propiedad de la revista ha declarado “estar
sorprendida” por esta demanda… Éric Portheault, director general de
Charlie-Hebdo, ha declarado que “siempre dijimos que el productor de la venta
del diario estaría consagrado a asegurar su permanencia en los kioscos”. No era
eso lo que se había dicho en el número, ni el espíritu con el que gente que
nunca había comprado Charlie-Hebdo, lo compró por primera vez. El mismo
portavoz ha considerado que la denuncia era “inútil e inoportuna”.
Sin embargo, la viuda Renaud ha contra-atacado: “No
hago esto por dinero, sino por la memoria e mi marido. Antes de la masacre,
Charlie estaba en una situación financiera catastrófica. Hoy es la revista más
rica de Francia. Vivo este desequilibrio como una injusticia profunda. Michel no
murió para esto”. Gala Renaud, hace tres meses y había denunciado la opacidad
de las ayudas financieras previstas para ella y para su hija.
Así que ya lo sabe: si usted fue de los que envió
dinero para solidarizarse con Charlie-Hebdo, o incluso si solamente fue de los
que por unos días pusieron en su perfil en redes sociales aquello de “Je suis
Charlie”, que sepan que la propiedad de la revista, simplemente, les ha
estafado. La “estafa humanitaria” figura hoy entre las más lucrativas. Un
tocomocho del siglo XXI.