Fechada en Miami llega una
noticia curiosa cuya fuente originaria fe el diario vasco El Correo. El CNI habría desvelado la existencia de una red de
espionaje cubana en España que operaba desde hacía diez años en Valencia y Barcelona.
La noticia, de la que teníamos noticia desde prácticamente 2004 ha salido ha
salido a la luz doce años después y de manera incompleta. En efecto, se da como
cierto que un empresario cubano de 39 años, radicado en Valencia, es el
responsable de dicha red de espionaje. Según el CNI, la red se dedicaba a
recopilar información “tanto profesional como personal de políticos españoles”
y trabajaba para proveer “datos a oficiales de inteligencia cubanos destacados
en el consulado de Cuba en Barcelona al objeto de que utilizaran esa
información en beneficio del país caribeño y en su estrategia de obtención de financiación
para proyectos cubanos en España que posibilitaran la realización de acciones
de influencia”. Al menos, esto es lo que dice el dosier entregado por el CNI a
la justicia española.
El empresario en cuestión residía
en España desde el año 2000 y dirigió actividades vinculadas con agencias de
viajes, asesoría jurídica y trámites documentales relacionados con Cuba. Había
sido formado en la Escuela de la Dirección General de Contraingeligencia
Hermanos Tamayo de Cuba. En 2005, había solicitado a un periodista español la
elaboración de perfiles de políticos valencianos. En varias ocasiones le había
sido negada la ciudadanía española a pesar de cumplir con los requisitos
exigidos por la legislación española.
Pero la información es
deliberadamente incompleta. Cuba carece de entidad como para mantener un
servicio de espionaje propio que opere en el exterior y al servicio de los
intereses cubanos. La situación económica de la isla nunca ha sido buena y el
presupuesto de contrainteligencia se gasta en la propia isla. Sin embargo, es
rigurosamente cierto que existe un servicio de inteligencia cubano que opera en
el exterior de la isla y que cuenta con abundantes recursos económicos… ¿Cuál
es la explicación a esta aparente contradicción y qué es lo que está ocultando
el CNI?
Simplemente que desde el año
2000, la información obtenida por los servicios de espionaje cubanos tanto en
España, como en otros países iberoamericanos y en organismos internacionales,
no tiene como destino Cuba, sino el gobierno de la República Popular China. A
los chinos les resulta mucho más barato (y discreto) “externalizar” su
espionaje en el extranjero a pequeños países en dificultades y, especialmente a
Cuba, país de la familia comunista con el que han mantenido buenas relaciones,
especialmente desde el final de la Unión Soviética. Obviamente, las facilidades
para operar y la discreción que encuentran los servicios de espionaje cubanos
en España es muy superior a la que podría obtener una red compuesta solamente
por chinos.
El CNI no puede ignorar que los
datos recabados por el empresario cubano en cuestión no tenían como destino
final el gobierno caribeño, sino que iban a parar a la República Popular China
que, en última instancia, era quien ha subcontratado los servicios de la
inteligencia cubana. ¿Por qué se ha ocultado? Obviamente, para evitar crear
dificultades en las relaciones –especialmente comerciales- con ese país.