La web de SOS Racismo ha entrado
en campaña electoral: proponen 13 propuestas en materia de inmigración y
extranjería que aspiran a que asuman los partidos que se presentan a las
elecciones. Las propuestas dan que pensar sobre si SOS Racismo es una organización
destinada a luchar contra el “racismo y la xenofobia” o bien deseosa de que
aumente el flujo de inmigración, sin límite, hasta nuestro país.
Obviamente ningún representante
de SOS Racismo entrará jamás en debate contra partidarios de controlar la
inmigración o, simplemente, de reducirla a la estrictamente necesaria. Nunca
debatirán sobre los límites de la inmigración, lo que supondría, aceptar que
sus propuestas son completamente irracionales, sino que solamente aceptarán
discutir cómo aumentar los flujos, regularizar antes a inmigrantes y atraer a
más y más y más.
Algunas propuestas de SOS
Racismo, vulneran las leyes de la sensatez. Por ejemplo: la primera propuesta
que formulan es “ampliar el acceso a la regularización”, es decir, ¿quiénes se
pueden regularizar? Respuesta de SOS Racismo: todos los que lo deseen,
reagrupación familiar más rápida, desvincular los permisos de residencia de los
contratos laborales, reducir los plazos de regularización…
Pero, como su nombre indica, SOS
Racismo lucha “contra el racismo”. ¿Cómo debe hacerse? Respuesta: “promoviendo
la diversidad”. Copiamos y pegamos (falta incluida) su “propuesta estrella”: “Impulsar estrategias de intervención
comunitaria de forma transversal en los políticas sociales, educativas y
sanitarias” y, naturalmente, “fortalecer el papel del “Observatorio del
Racismo y Xenofobia”.
Y todo esto ¿para qué? Respuesta:
“para la persecución de delitos de odio y atención a las víctimas”… y añaden “especialmente
urgente debido al auge de los movimientos de extrema-derecha” (ignorando que en
estos momentos, no existe ningún “movimiento de extrema-derecha” en España que
dé lugar a pensar que tales delitos están aumentando).
Los inmigrantes ¿Qué derechos
deben tener según SOS-Racismo? Respuesta: todos, sin ningún tipo de restricción,
para inmigrantes legales e ilegales. Todos los derechos políticos… a pesar de
que los españoles en algunos países extranjeros no tengamos ninguno. Pero el
punto más genial es el 6: piden “trabajo decente”… en un país con 5.000.000 de
parados y en el reino de los contratos basuras, la precariedad laboral y los
sueldos de miseria. Y otra medida que no tiene desperdicio: “10.
Implantación urgente de un protocolo policial para detectar y erradicar las identificaciones
por perfil étnico”… si usted ha sido atacado, robado, expoliado, por alguien de
“aspecto magrebí” no se le ocurra decirlo a la policía, porque corre el riesgo
de ser acusado de “xenofobia y racismo”. No diga que su comercio es
frecuentemente saqueado por romanís porque se la está jugando, diga más bien
que eran de estatura media, piel relativamente oscura, complexión normal,
cualquier otro dato puede ser considerado como constitutivo de “perfil étnico”…
Igualmente significativo es la exigencia de que
se aumenten y simplifiquen los visados especialmente por “razones humanitarias”,
se pongan fin a las “devoluciones en caliente” y a la “militarización de
fronteras” (¿cuál?)…
SOS-Racismo no parece enterarse del fondo de la
cuestión: hay demasiada inmigración, más de la que el mercado laboral europeo y
las sociedades europeas –y, por supuesto, españolas- pueden asimilar. Las cosas
ya han ido demasiado lejos como para que SOS-Racismo no lo advierta. Es
imposible que se le hayan escapado estos pequeños detalles. Entonces ¿qué
ocurre? Simplemente que SOS-Racismo es una pieza más, del más bajo nivel, la
más pedestre, del lobby inmigracionista y globalizador: hay que admitir más
inmigración en España para “ganar competitividad” para nuestra patronal.
Simplemente, ese es el problema. Y SOS-Racismo apuesta para lograr ese objetivo
que no puede ir sino en detrimento de nuestra sociedad y de nuestro bienestar.