El asesinato de la diputada Helen
Joanne “Jo” Cox, al grito de “Inglaterra primero” ha exteriorizado lo que está
detrás del Brexit, el referéndum sobre la salida del Reino Unido de la Unión
Europea. En realidad, este país nunca ha terminado de estar dentro de la UE, ni
tampoco fuera. De hecho, no está en la zona euro y siempre, desde el período de
Margaret Tatcher ha cuestionado la mayoría de decisiones de la UE ¿Por qué?
Porque, históricamente, el Reino Unido pertenece a otra realidad geopolítica:
el mundo anglosajón, el eje EEUU-Reino Unido que se reconstruyó unas décadas
después de la guerra de la independencia norteamericana, se estrechó durante el
período que precedió a la guerra civil y se hizo patente con el apoyo prestado
por los EEUU al Reino Unido en las dos guerras mundiales. Y, naturalmente, con las
más innobles operaciones económico-financieras durante las Guerras del Opio que
sellaron la amistad entre las “familias de los barones del dinero” d uno y otro
lado del Océano.
Poco importa quién haya matado a
la diputada laborista Jo Cox. Es posible que se trate de un exaltado, harto de
las intemperancias etnocidas y “solidarias” de la diputada (fundadora de la
asociación Amigos de Siria y la principal activista a favor de la llegada de “refugiados”
al Reino Unido. Es posible también que se trate de un asesinato programado para
pesar como una losa sobre el resultado del referéndum del día 23, el Brexit. En
efecto, el crimen se produce el mismo día en el que se hacen públicos los
contundentes sondeos que dan un 7% de ventaja a los partidarios de la salida
del Reino Unido de la UE. En cuestiones de terrorismo, con demasiada
frecuencia, nada es lo que parece.
La asesinada había estudiado en
la London Economic School, la universidad fabiana por donde pasan las élites
mundialistas que luego van a alimentar las redes de la globalización. Se
especializó en ayuda a los refugiados e inmigración en la ONG Oxfam y Oxfa
Internacional, entre 2001 y 2009. Era asesora del Fondo por la Libertad,
organización de lucha contra la esclavitud. Militante feminista, su primer
discurso en la Cámara de los Comunes el 3 de junio de 2015 fue para “celebrar
la diversidad étnica”. Pero en el conflicto sirio fue donde encontró más
argumentos para aumentar el flujo migratorio hacia su país, especialmente a
partir de octubre de 2015. Se abstuvo en la votación parlamentaria para aprobar
la intervención del ejército británico en la lucha contra el Estado Islámico. Tal
es el perfil político de la que fue llamada “estrella ascendente del Partido
Laborista”.
En cuanto al asesino, el grito de
“Gran Bretaña primero” induce a echar el crimen a la espalda de los partidos a
favor del Brexit. De momento, todos los partidos que han adoptado esta posición
han condenado el asesinato. El crimen llega en un momento en el que se
evidencia que lo que verdaderamente se está discutiendo en el Reino Unido no es
si su permanencia en la Unión Europea beneficia o no a la economía (el 60% de
las exportaciones británicas van a parar a la UE y nada induce a pensar que
esto vaya a cambiar), sino que los partidarios del Brexit argumentan que la
legislación europea hace incontenible la riada de inmigrantes hacia el Reino
Unido y la identidad británica se ha desfigurado completamente con los años de
estancia en la UE.
El debate sobre el Brexit es,
solamente, un debate sobre la inmigración, enmascarado. El hecho de que haya
resultado asesinada –por un “loco solitario” o por una operación de “false flag”-
la diputada laborista más identificada con la causa de los refugiados sirios y
con los lobbys inmigracionistas no es casual: es el reflejo de que lo que está
detrás del referéndum solamente es la actitud a favor o en contra de la
inmigración. Nada más.
El Reino Unido es el primer país
europeo en el que el número de musulmanes ya es similar al número de fieles de
la Iglesia Anglicana de Inglaterra. Recientemente, ha sido elegido alcalde de
Londres, Sadiq Kahn, de origen pakistaní. Gane quien gane –y hasta ayer antes
del asesinato de Jo Cox la victoria en las encuestas correspondía a los
partidarios del Brexit- aproximadamente la mitad de ciudadanos del Reino Unido
es consciente de que se está produciendo una invasión migratoria y ha decidido
expresar esta opinión oponiéndose a la Unión Europea, la institución que más ha
hecho para que Europa pierda su identidad y que menos ha hecho por lo que su
propio nombre indica: “unir a los europeos”. Aunque siempre queda la esperanza
de que los una en su contra…