(la plaza de Cataluña plató porno para ocio y deleite del personal?)
Info|krisis.- El título puede parecer
desmesurado y, contra lo que podría pensarse, no viene a cuento del
nombramiento de Águeda Bañón para el cargo de Directora de Comunicación del
Ayuntamiento de Barcelona. Resulta inevitable, claro, que hablemos de ese
nombramiento, pero no antes de recodar que se ha llegado al extremo de nombrar
a una pornógrafa espabilada como responsable de un área municipal
extremadamente importante después de que los anteriores ayuntamientos de
Barcelona (socialistas y convergentes) consiguieran que la, en otro tiempo
Ciudad Condal, se convirtiera en escenario para la filmación de las más
discutibles (y ofensivas para la dignidad de la mujer) películas porno. El
equipo de Ada Colau no es más que el heredero de una “tradición porno” creada
por quienes la han precedido en el cargo.
* *
*
Es cierto que el Bagdad, un viejo local porno en las
proximidades del Paralelo, tiene más años que Matusalén y que en otro tiempo
(incluso durante el franquismo) aquella zona estaba infestada de cabarets,
putiferios y demás lindezas. Los barceloneses no se sorprendían –no nos
sorprendíamos– porque siempre había sido así. Desde la Edad Media, fuera de las
murallas de la ciudad, vivían los marginados, los fuera de la ley, la Barcelona
golfa y las minorías malditas. De hecho, la iglesia románica de Sant Pablo
Extramuros con su pequeño y recoleto claustro estaba allí instalada para
redimir –sin muchas esperanzas– a lo que podemos llamar “la Barcelona marginal”
(hemos aludido ampliamente a esta temática en nuestro blog y en la siguiente
url: http://info–krisis.blogspot.com.es/2015/06/los–barceloneses–y–el–sexo.html#more
, así que no insistiremos mucho más en estas curiosidades antropológicas).
Sin embargo, desde hace 20 años
la ciudad está adquiriendo un tono que a muchos barceloneses no, solamente no
nos gusta, sino que hemos, literalmente, huido de la ciudad que nos ha visto
nacer. Nadie me puede acusar de no conocer la que fue la ciudad en la que nací.
He escrito varios libros que han alcanzado tiradas importantes, dedicados a mi
ciudad (Guía de la Barcelona mágica,
Ed. Martínez Roca, o Gaudí y la masonería,
Ed. PYRE) y también he tratado de explicar aspectos poco conocidos o
desconocidos de Barcelona (por ejemplo, la presencia de herejes cátaros en el
siglo XIV que huían de la cruzada de los “franchimanos”
contra las tierras de Occitania, recalando en el Raval y en torno a Sant Pau y
a la Plaza del Padró, en Guía del
Catarismo en Francia, España y Andorra, Ed. Martínez Roca). Hoy, procuro
pasar por Barcelona lo menos posible. Es triste comprobar la decadencia de una
ciudad y ver como la que algunos quisieron convertir en “ciudad fashion”, en la Nueva York del Mediterráneo, se ha
terminado convirtiendo en una reedición de Marsella, probablemente la ciudad
más desgraciada y desagradable de la orilla norte del Mare Nostrum.
Lo que ha pasado en Barcelona es
una mutación sin precedentes: cuando podía ser una ciudad ejemplar se ha
convertido, digámoslo ya, en un estercolero…
No es, sin duda, por casualidad
que buena parte de los escándalos de corrupción pasan por Barcelona. La trama
de financiación ilegal que alcanzó al PSOE en tiempos de Felipe González
(Malesa, Filesa, TimeExport) tenía su sede en Barcelona y en el PSC a sus
lacayuelos. Los Pujol hicieron de Cataluña el jardín escenario de sus
actividades, instituciones como el Palau pasaron de ser puntales de la cultura
catalana a meras excusas para desvío de fondos. UDC (la otra pata de CiU)
también hizo de la consejería de trabajo su centro de operaciones y desvíos de
fondos que terminaron con algún conceller sentenciado en firme. Cuando en
Andalucía estaban todavía en mantillas, en Cataluña ya se dominaba la técnica
de desviar fondos de cursos de formación de parados hacia bolsillos ajenos,
hacia el partido y hacia la persona que firmaba las entregas de fondos. Y así
sucesivamente. De hecho, la única, la auténtica rivalidad que la Cataluña
Autonómica ha mantenido con Andalucía ha sido por la primacía en el título de “comunidad autónoma más corrupta del Estado”.
Y si bien, está claro que el caso de los EREs ha decantado el liderazgo hacia
Andalucía, no es menos cierto que la Cataluña de Mas le va a la zaga a escasa
distancia y con esperanzas de igualarla.
Pero hay algo en lo que Cataluña ha
dejado atrás para siempre a Andalucía. En porno. Y más que Cataluña,
concretamente, Barcelona.
En Barcelona, en efecto, se encontraba
en los años 80 el centro difusor del incipiente porno español. Fue en Barcelona
en donde empezaron a organizarse los primeros festivales eróticos poco antes de
las Olimpiadas del 92. En cuestión de puterío, Barcelona también tomó la
delantera en los años 90 con la creación de macro-complejos de folleteo (¿quién
no recuerda el Club Riviera de
Castelldefels, por ejemplo?). Por Cataluña, también, empezó a notarse hacia el
98 un aumento de la prostitución rusa (venían, primero para ejercer este oficio
huyendo del caos en el que había sometido Boris Eltsin a su país con el
beneplácito y la instigación de los EEUU, pero también para rehacer su vida,
encontrar marido y un lugar en el que establecerse; todo ello legítimo). Luego
llegaron miles y miles de andinas y caribeñas. Y, finalmente, rumanas. Pocas
magrebíes, es cierto, se integraron en el circuito de la prostitución
barcelonesa. Como si el ideal estético carpetovetónico no coincidiera con el de
la orilla sur del Mediterráneo. Y, finalmente, la invasión asiática que ha
terminado con “un completo” a 20 euros, copa incluida. Si es que no se puede
competir, ni en fabricación de manufacturas, ni en folleteo con los precios
chinos. El 2004, el 85% de las prostitutas que ejercían en España eran de
origen extranjero y los precios habían descendido a los niveles de 1982. ¿Quién
dijo que la inmigración no tiene una repercusión inmediata en el precio de la
fuerza de trabajo?
Pero en el porno, Barcelona tardó
en encontrar el pulso. Más que turismo sexual, Barcelona recibió a un turismo
de aluvión, de chancletas y litrona, en el circuito gaudiniano japos cámara en
ristre, pasaje de cruceros de pulserilla y puente aéreo desde los arrabales de
Manchester y el Est End londinense alcoholizado ya desde el aeropuerto de
salida. El Barrio Chino resultó barrido por la reforma del Raval operada por el
PSC. Se reformó la Plaza Real y se limpió de yonkis, traficotas y choricetes después
de que un conocido concejal socialista comprara buena parte de los edificios de
la zona. Incluso se construyó una comisaría de la Guardia Urbana al otro lado
de las Ramblas para que la inversión del citado concejal resultará segura y
pudiera ir al Liceo sin jugarse el tipo (lo que no impidió que a principios del
milenio unos atracadores magrebíes lo asaltaran, a él y a su pareja, en ese
tránsito). La Barcelona socialista era así.
Pero el turismo sexual no era el
propio ni siquiera en el momento dorado de los macro-burdeles y de la
exhibición de putones callejeros. En tanto que “Ciudad de Ferias y Congresos”,
la industria del sexo se había adaptado a esos menesteres antes de la llegada
de Internet. La Vanguardia, hoy
boletín interno de CDC y ayer diario de la burguesía catalana, anunciaba la
oferta sexual en sus páginas de anuncios por palabras para uso y disfrute de
los directores comerciales y los agentes de ventas de los diversos certámenes
internacionales. Pero la ciudad no era todavía escenario de turismo sexual.
No ha sido sino en los últimos
dos gobiernos municipales que precedieron a la Colau, cuando el nombre de
Barcelona se propagó internacionalmente en los circuitos del porno más
degradado. Es difícil establecer cuando ocurrió (y no nos corresponde a
nosotros sino a la fiscalía), pero el nombre de Barcelona se propagó como la
pólvora entre los amantes del porno. Verán como fue la cosa.
Es posible que fuera en los
últimos tiempos del alcalde Joan Clos o quizás durante el período de gobierno
de Jordi Hereu, socialistas ambos (2003–2011), o quizás del convergente y nasal
Xavier Trias (2011–201). El caso es que
se filmaron en las calles de Barcelona decenas de producciones pornográficas
todas del mismo sello (insistimos: no en estudios, ni en locales
especializados, sino en las calles de la Ciudad Condal por donde pasean menores
y gentes, en cualquier caso, que aspiran a otro tipo de sexualidad más allá del
pajote y la gallarda, y que se convirtieron en actores secundarios
involuntarios de estas filmaciones).
Ha sido el nombramiento de Águeda
Bañón quien nos ha permitido descubrir este filón inédito en la cinematografía
de los barceloneses. En efecto, a pesar de ser “alto cargo” del Ayuntamiento,
no existen muchas informaciones sobre esta amiga de la Colau. Se sabe de ambas
que han vivido a expensas de ONGs subsidiadas por los distintos organismos del
Estado y que la Bañón fue “activista porno” y que se otorgaba a sí misma el
título de “porno alternativa”. Las fotos de la flamante directora indicaban que
compartía el decir de aquella noble abadesa que proclamaba: “No digáis dómine meo que es muy feo, decid dómine orino que es más fino”. Yo no sé qué tiene la
Puerta de Brandemburgo (no son precisamente urinarios los que faltan a lo largo
de la Unter den Linden hasta llegar allí) que inspira a la Bañón a bajarse los
pantalones en aquel lugar con cara de estreñimiento y a proclamarlo su hazaña a
los cuatro vientos publicando la foto. O a hacer lo mismo en una céntrica calle
murciana, uniendo bragas a pantalones y dejando como recordatorio un colosal dómine meo. Y, por supuesto, publicar la
foto para que psicólogos, sexólogos y barrenderos consigan explicar cuál es la
patología de esta chica. Servidor, que es muy condescendiente con todas las
parafilias, no termina de entender esa necesidad de publicar poses que, por
poco originales, son, además, menos eróticas y, más que eso, definitorias de un
estado de espíritu.
Pero estas notas no van sobre la
Bañón (que la chica merece un voto de confianza a pesar de su personal forma de concebir la sexualidad, de sus morbos y de sus parafilias. Esto va de
Barcelona–ciudad–de–sexo–duro-previa-a-la-Colau.
Decíamos que al enterarnos del
nombramiento de la Bañón intentamos buscar en su biografía apuntes que nos
redondearan más al nuevo personaje mediático. Encontramos poco. Así que insistimos.
Colocamos en un conocido buscador “Barcelona+pornografía”. Las primeras entradas
seguían siendo de la Bañón, pero a partir de la página segunda empezamos a ver las
URLs de algunos videos, como mínimo, sorprendentes.
¿Quién iba a decir, por ejemplo,
que en la Plaza de Cataluña a plena luz, sin nocturnidad, ni alevosía, se iba a
filmar una escena porno? Véanla en http://www.xvideos.com/video444392/public_disgrace
. O que en las inmediaciones de la Sagrada Familia se iba a repetir una escena
similar (véanla en http://www.xvideos.com/video620337/bound_susana_abril_public_group
si lo desean). Pero si lo que desean es recorrer el casco antiguo (en otro
tiempo zona señorial de la ciudad setecentista) les sugiero que vean esta otra
escena: http://www.xvideos.com/video580550/brunette_babe_disgraced_in_public
(a estas alturas ¿para que se van a privar de ver convertida su ciudad en un
macroescenario porno). En este otro, podrán recorrer los jardines del Paseo de
Gracia justo cuando empieza Mayor de Gracia, o bien Montjuich en su zona más céntrica
y visitada (http://www.xvideos.com/video1470963/handcuffed_and_gagged_babe_walked_in_public
) La zona del MACBA tampoco se salva (con la presencia estelar de “la brasileña
Dunia Montenegro” nos dice la web) en una larga escena que verán recogida en http://www.xvideos.com/video681049/brazilian_brunette_in_public
. Y luego otra más en el puerto de Barcelona (no se priven: http://www.xvideos.com/video1735953/bare_redhead_walked_in_public_in_daytime)
… ¿Para qué seguir? Hay más, muchas más de ese tipo.
Lo anterior es un filón
suficientemente consistente como para poder seguirlo. Detrás de todas estas
producciones (y de varias más que no nos hemos tomado la molestia de enumerar
pero que recorren ABSOLUTAMENTE CASI TODA LA GEOGRAFÍA DE LA CIUDAD CONDAL)
está lo que parece una productora de cine porno norteamericana: PublicDisgrace. Tiene web. Búsquenla.
Verán que se trata de una productora especializada en algo así como
exhibicionismo sadomasoquista. El matiz es importante porque todas las escenas
filmadas en Barcelona tienen como denominador común un cuerpo de mujer
exhibido, encadenado, humillado y maltratado. No se trata del habitual porno
chico–folla–chica en sus múltiples combinaciones ideadas para precalentar al
personal. Se trata de un tipo de porno que las feministas (y no solo ellas) harían
muy bien en condenar y del que protegerse. Pues bien, esa pornografía se ha filmado
durante días y días (las películas que aparecen son tantas que los barceloneses
que no hayan actuado como extras involuntarios en las mismas, con derecho a
mojar, deben ser excepciones) en BARCELONA y, por lo que puede intuirse en las
cintas, se han grabado (las obras de la Sagrada Familia parecen indicarlo)
entre 2005 y 2012, es decir en el tiempo en que eran alcaldes los socialistas
Clos o Hereu, o el convergente Trías.
Todo esto suscita algunos
interrogantes:
1. Aceptando
el derecho (e incluso a conveniencia) de filmar y consumir porno, lo que se
cuestiona aquí, es el derecho a filmar en espacios públicos películas porno en
primer lugar y en segundo, películas porno que evidencien humillación hacia la
condición femenina.
2. Resulta
absolutamente imposible el que, entre tantas horas de filmación, el equipo de
pornógrafos no se haya cruzado con ninguna patrulla de la Policía Municipal,
especialmente porque absolutamente todas estas películas se han filmado en
lugares de mucho tránsito en donde habitualmente se ve vigilancia. Lo que
induce a pensar que estas películas se han filmado con los consiguientes
plácemes y autorizaciones municipales.
3. De
ser así, la persona (¿probo funcionario, concejal cachondo?) que autorizó tales
filmaciones debería de ser procesado por alguno de los múltiples tipos
delictivos: escándalo público, vejación a la mujer (y no importa si las
actrices protagonistas consentían… lo que importa es el resultado de su
consentimiento y la imagen de humillación hacia la condición femenina que emana
de tales escenas). La productora norteamericana (a la vista de su web) se ha
limitado a explotar su objeto comercial… el funcionario o el concejal que
firmaron los permisos correspondientes, en cambio, ha cometido varios delitos
tipificables: el primero de todos transformar el espacio urbano en plató porno.
4. Claro
está, que dichas filmaciones pudieron ser realizadas sin la autorización
pertinente. Y esto abre una posibilidad interesante que enlaza con el
nombramiento de Águeda Bañón: de no haber contado la productora norteamericana
con las autorizaciones correspondientes cabría que el propio Ayuntamiento la
demandara por incurrir igualmente en múltiples delitos, el primero de los
cuales filmar en espacios públicos sin autorización películas para su
explotación comercial. Y, a partir de ahí, lo que prevemos sería una larga lista
de delitos cometidos por la misma productora contra los intereses del
Ayuntamiento y de los de los ciudadanos…
El destrozo está hecho.
Consumidores de pornografía de todo el mundo se han marcado lujuriosas
gallardas con los lugares más emblemáticos de la Ciudad Condal como trasfondo.
A fin de cuentas ¡qué importa! Si tenemos un turismo de botellón, litrona y
clubs de cannabis, si tenemos un turismo de borrachera y balconing (¿mejor que el turismo de carteristas y sirleros llegados
de todos los rincones de la galaxia que viene para expoliarlos a estos?), ¿por
qué BCN no iba a convertirse en plató pornográfico? La ciudad está tan
degradada que, en el fondo, esto ya se notará poco.
Por eso decía antes que Ada Colau
y su equipo de honestas mediocridades, funcionarios de ONGs y demás rescatados
de las listas del paro, lo tienen mal para enderezar una ciudad que en breve
será la Marsella del Mediterráneo español. Haría bien el equipo municipal en
trasladarse a aquella ciudad en otro tiempo francesa para percibir cómo será el
futuro de BCN. Créanme: Barcelona no tiene futuro. No le vamos a atribuir al
equipo de la Colau las próximas desgracias que afecten a BCN que no serán sino
la lógica consecuencia de una vía emprendido hace más de un cuarto de siglo y
que conduce a esta ciudad a ser hostil
especialmente hacia sus propios habitantes, a renunciar a su bienestar y a su
tranquilidad para abrirse al turismo de más bajo nivel, para mayor gloria del
gremio de Hostelería.
Cuando era pequeño y volvía casa
con el uniforme de Can Culapi (el
colegio de los Escolapios de la calle Balmes) manchado, mi madre lo lavaba.
Cuando ese mismo uniforme estaba irremediablemente roto, lo único que cabía era
reconocer que había que no podía hacerse nada, salvo comprar otro. Esto es lo
que le pasa a Barcelona actual: dad una vuelta por las Ramblas y meditad sobre
si eso es lo que habéis conocido y si eso es lo que queréis para vuestra
ciudad. Pasead por las grandes calles (si los manteros es dejan espacio y
pensad en lo que opinan los propietarios de los comercios que justo enfrente
venden productos similares pagando alquileres, impuestos y tasas municipales).
Mejor que recorráis algunos barrios brazos en alto con la cartera entre los
dientes para facilitar la tarea a los sirleros
y, sobre todo –esto es importante– no ponerlos nerviosos que es peor. Pero lo
mejor que podéis hacer es abandonar la ciudad: que se queden con ella los que
la han convertido en un infierno inhabitable o los que quieren vivir a la
sombra de los presupuestos municipales. Pero creo que ni tú ni yo estamos por
pagarles los caprichos, los salarios de ellas y de sus compis, ni siquiera un
orinalito para la Bayón. Una ciudad es como una mujer a la que se ha querido
mucho: un bien día te das cuenta que se ha degradado, que ya no es lo que era,
que te engaña en todos los burdeles y ha adquirido todas las enfermedades
venéreas posibles. Entonces la dejas con
harto pesar de tu corazón. Esa no es la mujer a la que has amado. Esta no es la
ciudad que hubiéramos deseado.
Y ahora que caigo, ¿cómo es que
en la abundante filmografía porno de Barcelona ninguna escena discurre por
Pedralbes o por los baluartes del dinero donde se refugia la aristocracia
económica de la ciudad? Créanme que la duda me consume. Otra cosa que me
gustaría que explicara la responsable de comunicación del nuevo equipo
municipal…
© Ernesto Milá – info|krisis –
ernestomila@yahoo.es - Prohibida la reproucción de este texto sin indicar origen (y máxime, porque hoy se estrena la Ley Mordaza que previene este tipo de pirateo)