INDICE GENERAL (en fase de elaboración)

miércoles, 11 de enero de 2012

Hacia la liquidación de la banca “española”… ¿y luego? ¿y por qué?


Info|krisis.- Vamos a plantear el estado de la cuestión: la banca española entre 2002 y 2007 falseó las tasaciones de los inmuebles que hipotecaba. Se procedió primero a una sobretasación de los mismos que oscilaba entre un 30 y un 50%. Para colmo, a partir de 2002 en lugar de dar solamente el 80% del valor de la tasación, se pasó a dar incluso hasta el 120%. La cosa, como era de prever fue bien… hasta que los inmuebles dejaron de revalorizarse un 15%, se estancaron y empezaron a perder valor. Los bancos, a partir de ese momento, empezaron a ejecutar hipotecas y a quedarse con los inmuebles previamente hipotecados. Reflejaron la operación en los apuntes contables anotando el precio de la tasación inicial… Absurdo, pero no por ello menos real. Esta operación genera en que el mundo real vaya por un lado y el contable por otro…

En efecto, los bancos españoles hoy son las primeras inmobiliarias de éste país. No hay ninguna empresa especializada en venta de inmuebles que pueda competir con ellos. Para colmo, claro está, los bancos conceden especialmente hipotecas a quienes comprar pisos de su propia cartera. Y, a pesar de que una ejecución de hipoteca indica un “fracaso” en la concesión de una hipoteca, el hecho de que se anote la ejecución con el valor del momento en el que se vendió y no en el momento actual (en el que los inmuebles han perdido por término medio un 30% del valor que tenían en 2007 y probablemente pierdan otro 30% en los tres años que vienen), hace que el resultado contable dé beneficios por todo lo alto… beneficios contables, no beneficios reales.



Por ora parte, esto mismo tiene como resultado el que los bancos se niegan a bajar drásticamente el precio de los inmuebles de sus propias carteras. Así pues, los pisos no se venden porque los bancos estaban tranquilos al poder utilizar los procedentes de ejecuciones hipotecarias como “activos sobrevalorados”. Y nadie les decía nada: el gobierno de turno estaba contento porque “nuestro sistema bancario goza de una salud excepcional”, y los directivos de los propios bancos presentaban cada año más y más beneficios improbables. Hasta que el caso de la banca española se ha conocido en los mentideros económicos internacionales. Las primeras víctimas han sido las cajas de ahorro a causa de su pésima gestión, de su implicación en las inversiones absurdas e inútiles de los gobiernos autonómicos y de las vinculaciones entre gestores y clases políticas locales. Las fusiones no han saneado del todo el sector y a ellas seguirán los procesos de compra por parte de entidades mayores e incluso la desaparición de algunas de ellas.


Pero el “sistema bancario” sigue sin sanearse porque los grandes bancos tienen hoy beneficios justificados no por inversiones lucrativas, sino por la posesión de activos espectaculares que no son el producto de un volumen de negocio real sino de ingeniería contable muy elemental por lo demás. Digamos que nuestros bancos tienen ganancias porque el gobierno les ha permitido practicar esa ingeniería contable, de lo contrario haría tiempo que hubieran entrado en pérdidas.


La semana pasada Rajoy lanzó la propuesta de rebajar el valor de los activos inmobiliarios “a niveles realistas”. Y, en principio, parecía una e las medidas más juiciosas del gobierno… si de lo que se trata es que la “economía virtual” pase a ser “economía real”. Pero, una media así, aislada, no solamente es peligrosa sino que también puede ser contraproducente.


En efecto, en el momento actual y en la economía globalizada “el pez grande se come al chico”, lo que traducido quiere decir, que una muestra de debilidad en la banca española equivaldría a su devaluación en los mercados y a su compra a bajo precio en Bolsa después de OPAs hostiles. Se suele decir que la “banca no tiene patria” y, efectivamente, lo que tiene la “banca española” de “español” es poco menos que cero, ahora bien, no es menos cierto que para dar impulso a la economía de un país, dentro de un modelo liberal, la banca privada tiene la función de dar crédito a los “clientes” que tiene más próximos, es decir, a los ciudadanos de una nación dada. Harina de otro costal sería si la entrada en pérdida de la Banca española sirviera para que fuera comprada por el Estado y convertida en Banca pública, pero no debemos de creer que eso puede ocurrir, sino todo lo contario…


En realidad, hay que pensar que si esta propuesta ha sido lanzada por el gobierno Rajoy, es De Guindos quien la ha completado y avalado hoy martes. Y De Guindos es –no hace falta recordarlo- el funcionario de la alta finanza y del capital internacional. Cualquier movimiento que hace De Guindos lo hace para satisfacer a sus patrones, no para beneficiar ni al gobierno Rajoy, ni mucho menos –por supuesto, ¡hasta ahí podíamos llegar!- al pueblo español.


El hecho de poder hacerse con el control completo de la banca “española” es un plato de gusto para la alta finanza internacional. Pero, ya se sabe, que primero hace falta devaluarla, bajar su precio y su cotización en los mercados. La intención de la alta finanza no consiste en estimular la economía productiva en lugar de la especulativa, sino todo lo contrario, en convertir la economía en un instrumento exclusivamente especulativo cada vez concentrado en menos manos.


Y es por todo ello que una medida que, en medio de un paquete de medidas destinadas a eliminar el peso de la economía especulativa como es ésta de reflejar el valor real de los activos bancarios, corre el riesgo de convertirse en una fuente más de problemas.


Las fases que se van a suceder en los próximos dos años son:


- Decreto para reflejar los activos de los bancos a tasación realista.
- Entrada en pérdida de los bancos y dificultades para proveer las reservas.
- Ayuda del Estado para sanear los bancos con dinero de todos (en lugar de fiscalización del negocio bancario y transformación de los bancos no rentables en banca pública)
- Pérdida de valor de los bancos españoles.
- OPAs hostiles por parte de la alta finanza internacional o bien compras de paquetes de acciones a bajo precio.
- Nuevo modelo bancario orientado hacia la especulación y desentendido de la economía real y del papel históricamente asignado a la banca: dar crédito a ciudadanos y empresas.
- Agonía de las pequeñas y medianas empresas, recesión del consumo a crédito y mayores tasas de paro y de desertización industrial

Dicho con otras palabras: es necesario que los bancos (y cualquier entidad) reflejen en su contabilidad el valor real de sus activos… pero es todavía más necesario que ese objetivo no vaya en detrimento del ciudadano y de las pymes y, por tanto, no puede ser una medida aislada, sino que debe formar parte de un paquete de medidas destinadas a reactivar la economía, reindustrializar el país, reconvertir la economía de “especulativa” en “productiva” y, naturalmente, no poner una alfombra roja para que la apisonadora de la alta finanza internacional machaque a todo el país.

Y, hasta ahora, Rajoy sigue sin gobernar. El presidente del gobierno elegido en las urnas el 20-N sigue sin ofrecer expectativas a la sociedad española fuera del consabido “sangre, sudor y lágrimas” y ni siquiera se ha atrevido a realizar una previsión racional de cuándo mejorará la situación. Su ministro Montoro se ha estrenado en el parlamento con un cursi discurso dirigido a “los miembros y miembras del Parlamento”… y no iba en broma. La estupidez en la clase política es contagiosa y la falta de perspectivas del discurso de Montoro quedarán ocultas tras el relumbrón de esta frase idiota que demuestra que, incluso en lo accesorio y en las horteradas, PP y PSOE, lejos de utilizar el “masculino genérico” aprobado por la Real Academia, tienen la mano al signo de los tiempos: la tontería. No es Montoro quien gobierna, sino De Guindos. Y De Guindos lo hace por cuenta de la alta finanza a la que ha servido durante toda su vida como probo funcionario. Ahora se ha sabido que Rajoy ni siquiera fue consultado para colocar en la cúpula del ministerio de economía a Carmen Vela que hasta la noche del 20-N había hecho campaña por el PSOE y por ZP como eximia miembro del gremio de la zeja. Rajoy deja hacer a De Guindos, e incluso hay que plantearse si Rajoy es consciente de que De Guindos le generará a corto plazo el mayor de los descréditos y ni siquiera resolverá la situación económica del país… porque hasta ahora, todo lo que hemos visto han sido MEDIDAS PARA PAGAR LA DEUDA CONTRAIDA CON INSTITUCIONES FINANCIERAS INTERNACIONALES y ni una sola medida, ni una sola para ALIVIAR LA PRESIÓN DE LAS CLASES MEDIAS Y DE LAS CLASES TRABAJADORAS.

Y así, con una previsión del 30% de paro y 6.000.000 de parados para diciembre de 2012 y con 7.000.000 de inmigrantes (más de un millón naturalizados españoles), Rajoy caminará por la senda de la catástrofe económica cada vez más agudizada que empezó a cavar Felipe González (con la mala negociación para la entrada de España en las Comunidades Europeas), que amplió Aznar (con la creación de un modelo económico suicida basado en crédito fácil, salarios bajos, ladrillo e inmigración) y que ZP no supo ni reconducir ni manejar (dilapidando el superávit en pocos meses). Rajoy no será el único responsable de lo que ocurra en los dos próximos años –como no lo era ZP en exclusiva, el cual se encontró con que le estalló entre las manos el modelo de Aznar que él no hizo nada para rectificar y como Aznar se encontró con una situación de facto ante la UE labrada por FG- pero todos los presidentes que han gobernado en las últimas décadas son co-responsables de una locura colectiva: la financiarización creciente de la economía, la globalización y sus dos lacras, la deslocalización industrial y la inmigración masiva). Resumiendo: de la misma forma que una sola medida no nos salvará de la crisis, un solo presidente no ha sido el culpable de la crisis: lo han sido todos, esto es, lo ha sido el régimen creado en 1978 y ya va siendo hora de pensar en sustituirlo.

© Ernesto Milà – Prohibida la reproducción de este artículo sin indicar orige