Hay líneas que uno no desearía jamás haber escrito y que maldice la hora en que ocurrió el suceso que le obliga a escribirlos. No voy a negar que estas líneas son el producto del hartazgo ante una sociedad que sigue sin reaccionar ante los golpes que recibe, y que cree que poniendo velitas, apaludiendo a no se sabe qué en los momentos de duelo (el aplauso denota alegría y no dolor), los terroristas van a ser vencidos sin más. Del yihadismo uno se lo puede esperar todo. De la debilidad de una sociedad a la que sólo le falta presentar la otra mejilla para que la golpeen, cualquier actitud es posible... menos la correcta: denunciar con el dedo y con la razón a los asesinos, pero también las situaciones que han facilitado el crimen y a los culpables de los procesos de debiloitamiento de la sociedad. Sin ánimo de ser exhaustivo, hay una serie de cosas que no puedo olvidar y que os resumiré por si coincido con alguno de vosotros. Es casi un credo personal, pero es posible que coincida con el vuestro. Si es así cortad y pegad, no hace falta que mencionéis fuente:
NO PUEDO OLVIDAR QUE FUE GRACIAS A PUJOL QUE SE ABRIÓ LAS PUERTAS DE LA INMIGRACIÓN MARROQUÍ A CATALUÑA.
NO PUEDO OLVIDAR QUE EL ATENTADO DE BARCELONA ERA TAN PREVISIBLE COMO QUE EL DÍA SUCEDE A LA NOCHE... Y SIN EMBARGO UNA FURGONA RECORRIÓ 600 METROS SIN QUE NADIE LE ENDIÑARA UN TIRO AL CONDUCTOR.
NO PUEDO OLVIDAR QUE DESDE HACE 15 AÑOS LA GENERALITAT ESTÁ PARALIZADA ENTRE EL "NOU ESTATUT" Y EL "PROCÉS" Y SE HA OLVIDADO DE LOS RIESGOS MUCHO MAS REALES QUE CRECEN EN SU TERRITORIO.
NO PUEDO OLVIDAR LOS SUBSIDIOS Y LAS SUBVENCIONES ENTREGADAS POR AYUNTAMIENTOS Y GENERALITAT, PARA MEZQUITAS, INSTITUCIONES ISLÁMICAS, SIN PREOCUPARSE DE LO QUE SE ENSEÑABA EN ESOS CENTROS.
NO PUEDO OLVIDAR QUE PARA LA GENERALITAT DESDE HACE SIETE AÑOS, LA PRIORIDAD ES LA INDEPENDENCIA Y CUALQUIER COSA QUE NO ENTRE EN ESE PLAN ES COMPLETAMENTE SECUNDARIO (como demuestra el hecho de que incluso en el funeral de las víctimas hayan llegado a hacer publicidad del referéndum demostrando su catadura moral)
NO PUEDO OLVIDAR QUE CADA NIVEL ADMINISTRATIVO (AYUNTAMIENTO, EUROPA, ESTADO, GENERALITAT, CONSEJOS COMARCALES) EVITAN ASUMIR RESPONSABILIDADES EN MATERIAS CRUCIALES, PERO ESTÁN AHÍ EN EL REPARTO DE PRESUPUESTOS: nosotros ponemos el dinero y los muertos, ellos los titulares y la cuenta en paraísos fiscales.
NO PUEDO OLVIDAR QUE EL PROCESO INDEPENDENTISTA SOLAMENTE PODRÍA PROGRESAR DE CONTAR CON EL APOYO ACTIVO DE LA INMIGRACIÓN Y QUE UNA VEZ INDEPENDIENTE, EN CATALUÑA QUIEN DICTARÍA SUS REGLAS SERÍA LA COMUNIDAD ISLÁMICA.
NO PUEDO OLVIDAR QUE CATALUÑA ES EL ESLABÓN MÁS DÉBIL DE EUROPA, AL SER EL MAS DESCONECTADO CON UN ESTADO REALMENTE EXISTENTE.
NO PUEDO OLVIDAR QUE NINGÚN ESCALÓN ADMINISTRATIVO ES COMPLETAMENTE INOCENTE Y LIBRE DE TODA RESPONSABILIDAD.
NO PUEDO OLVIDAR QUE ESTE ATENTADO NO FUE UN VIDEOJUEGO NI UNA NOTICIA QUE SUSCITA FERVORES SOLIDARIOS (estilo "Yo soy BCN"), FUE UN CRIMEN COMETIDO A 50 METROS DE DONDE TRABAJA MI HIJA Y DONDE PASEAN MILES DE INOCENTES COMO ELLA.
NO PUEDO OLVIDAR QUE LAS AUTORIDADES (Rey: "no tenemos miedo". si que hay miedo en BCN, Colau/Pichareli: "Nadie nos indicó poner bolardos". Si os lo indicaron. Pelomocho: "nada cambiará el 1-O". Si cambiará porque estáis utilizando los muertos para hacer propaganda) TODAS LAS AUTORIDADES, NO HAN ESTADO A LA ALTURA.
NO PUEDO OLVIDAR QUE LAS NECESIDADES DE NO DIFUNDIR ISLAMOFOBIA ESTÁN REÑIDAS CON LA REALIDAD DE LOS HECHOS: "No todos los islamistas son yihadistas, pero todos los yihadistas son islamistas", "No todos los imanes predican el terror, pero sí que algunos imanes predican el terror", "No todo el Corán es un manual terrorista, pero si que algunos versículos del Corán llaman al exterminio de enemigos del islam"...
NO PUEDO OLVIDAR QUE EL PERFIL DE LOS TERRORISTAS NO ES EL DE CONOCEDORES DE LA DOCTRINA ISLAMICA, SINO EL DE DELINCUENTES COMUNES DE POCAS LUCES HARTOS DE UNA VIDA OSCURA Y QUE QUIEREN CAMBIARLA POR EL MITO DEL PARAISO SENSUALISTA DE ALÁ
NO PUEDO OLVIDAR QUE MIENTRAS EN TODAS LAS MEZQUITAS NO SE ENSEÑE QUE ESO DEL PARAISO DE ALA ES UN SÍMBOLO, O UN SIMPLE RECLAMO PUBLICITARIO A EFECTOS DE DIFUSIÓN DE UNA RELIGIÓN DEL DESIERTO, SEGUIRÁN HABIENDO MOROS POCO COMPETITIVOS QUE OPTARÁN POR LA VÍA FÁCIL HACIA EL PARAISO...
NO PUEDO OLVIDAR QUE NUESTRA SOCIEDAD NO ES LO SUFICIENTEMENTE FUERTE, NI DURA PARA SOPORTAR ATENTADOS DE ESTE TIPO, SIN DESMORONARSE Y SIN PENSAR QUE TODA CONCESIÓN REALIZADA VA A ALIMENTAR MÁS Y MÁS TERRORISMO YIHADISTA.
NO PUEDO OLVIDAR QUE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA TIENE LAS ADMINISTRACIONES QUE HA ELEGIDO, ESTO ES QUE SE MERECE... Y CREO, EN DEFINITIVA, QUE NO HAY NADA QUE HACER, SALVO RECLUIRSE EN EL EXILIO INTERIOR O IRSE DE UN PAÍS QUE TIEMBLA CADA VEZ QUE OYE HABLAR DE ISLAM Y QUE NI SIQUIERA ES CAPAZ DE RECONOCERLO.
CREO, FINALMENTE, QUE ESA ES LA SITUACIÓN EN TODA EUROPA, PERO QUE EN ESPAÑA LA MORAL DE RESISTENCIA ES TODAVÍA MENOR QUE EN CUALQUIER OTRO LUGAR DE EUROPA Y EN CATALUÑA AUN MENOR QUE EN EL RESTO DEL ESTADO.
INDICE GENERAL (en fase de elaboración)
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lunes, 21 de agosto de 2017
viernes, 18 de agosto de 2017
EL DÍA EN QUE EMPEZÓ LA GUERRA CIVIL ETNO–RELIGIOSA
El 17 de agosto de 2017 no lo
recordaré por ser el 40º aniversario de mi matrimonio, ni siguiera porque fuera
el 72º aniversario de la publicación de Rebelión
en la Granja de George Orwell, sino porque fue el día en que empezó en
España la guerra civil etno–religiosa en mi patria. El 17 de agosto lo
recordaré mientras viva porque en esas Ramblas en las que habré paseado en
miles de ocasiones y a las que he dedicado decenas de folios y algún libro, fueron
asesinadas 13 personas y otras 100 resultaron heridas. Aquel kilómetro de
Ciudad Condal en la que hasta no hace mucho uno podía ver auténticas librerías
al aire libre (kioscos hoy convertidos en tiendas de gadgets para turistas),
comprar animales de compañía (la Rahola prohibió que se vendieran), floristerías
(hoy a título residual entre manteros y más y más y muchos más puestos de
gadgets para turistas), lo vimos en fotos de nunca hubiéramos querido ver
convertido en un sembrado de cadáveres.
jueves, 17 de agosto de 2017
ODIO SER PROFETA PERO... ESTABA CANTADO
CORTO Y PEGO UN FRAGMENTO DE "CONOCER EL YIHADISMO" publicado hace dos meses: (http://eminves.blogspot.com.es/2017/07/conocer-el-yihadismo-de-ryan-ymas.html) DECIDME SI EL ATENTADO SE PODÍA O NO PREVER?
¿Puede haber yihadismo en España?
Hasta ahora, afortunadamente, no se ha manifestado el terrorismo islámico en nuestro país. Es lógico: las comunidades islámicas, hasta ahora son minoritarias. En esos casos, el propio Corán recomienda la estrategia del enmascaramiento, la mano tendida y la moderación. Es la que cualquier otro estratega militar recomendaría: primero ampliar la base social, mejorar sus posiciones, crear infraestructuras y redes mientras se permanezca en una situación que, desde el punto de vista militar corresponde a una “defensiva estratégica”.
Pero, no debemos olvidar que en algunas zonas de nuestro país se han formado auténticos guetos en los que la inmigración islamista es ya mayoritaria. Esta situación es particularmente visible en Catalunya y en zonas de Andalucía y Levante y apenas visible en Madrid, donde la inmigración procedente de países islámicos es minoritaria. En esas zonas en cualquier momento podrían crear “redes organizadas” de carácter yihadista… siempre y cuando existiera una organización que las impulsara. De momento, siendo realistas, cabe decir que este tipo de organización no existe, ni siquiera de manera rudimentaria.
Catalunya es hoy la tierra de promisión del Islam venido del Magreb, Pakistán y África. Sin duda no es por casualidad que buena parte de las redadas contra presuntos terroristas islámicos hayan tenido lugar en aquella autonomía. Además, Catalunya acumula riesgos: está gobernada por una clase política que desde hace tres lustros no concibe ningún otro proyecto fuera de la independencia, para lo cual necesitan el apoyo (o, como ínimo, la neutralidad) de la comunidad islámica. Durante años, además, el área de interior ha estado en manos de personajes que lo ignoraban todo o casi todo sobre su departamento (Joan Saura que ocupó el cargo entre 2006 y 2010, fue, seguramente, la persona menos capacitada para la tarea); y, para colmo, no existen unidades militares operativas en toda la autonomía capaces de responder a una eventual insurrección islámica. Los acuerdos autonómicos han hecho que la Guardia Civil desapareciera de Catalunya y que el orden público quedara en manos de una policía autonómica, sin experiencia en esta materia. Si en algún lugar de España pueden producirse conatos de terrorismo islámico, Catalunya es la más vulnerable de todo el Estado: con una comunidad islámica amplísima, con un alta tasa de paro, muy mal gobernada (en materia de orden público y seguridad ciudadana, incluso desgobernada) y sin capacidad de reacción.
En zonas de Levante y Andalucía, la acumulación de inmigración islámica es, inferior, pero sigue siendo notable. Aun así, ni siquiera en Catalunya existe una densidad suficiente de población islámica como para que pudieran desatarse hoy procesos yihadistas clásicos propiamente dichos (a través de la cristalización de organizaciones yihadistas). Ahora bien, lo más terrible del yihadismo que ha aparecido en Europa a partir de 2015 es que no hace falta disponer de redes organizadas para cometer atentados “low-cost”. Basta tener voluntad para hacerlo. El cálculo de posibilidades nos dice que cuanto mayor sea la densidad de población musulmana, más posibilidades existen de que se comentan atentados yihadistas. Francia, Inglaterra, Alemania, Bélgica, han sido objeto de atentados yihadistas simplemente porque albergan a las comunidades musulmanas más amplias. Luego, por cierto, viene España...
martes, 8 de agosto de 2017
A FAVOR O CONTRA EL TURISMO
Y se divierten confundiéndose con los granos de arena
INTRODUCCIÓN
La reciente campaña de tono menor
protagonizada por los más jóvenes de la CUP contra el turismo ha generado
posiciones encontradas. Para unos, si las protagonizan los de la CUP, hay que
estar en contra “por principio”. A fin de cuentas, la CUP representa una
especie de radicalismo independentista, neo–borroka, ideológicamente endeble,
contradictorio y sin muchas luces. Si han errado en tantas cosas, probablemente
esta sea una más, como cuando aquella de la CUP defendió a la “tribu” y el otro
concejal tuiteó que a Ernest Lluch se merecía que lo asesinaran. De hecho, los
de la CUP no son precisamente “intelectuales” lúcidos, ni sus análisis se
caracterizan por su rigor y precisión. Son espontáneos en esto de la política y
en un tiempo de desvaloración de la clase política, el último subproducto que
es capaz de generar las dinámicas democráticas y que siempre encuentran
sintonía con una fracción del electorado. Siempre habrá gente como ellos,
producto de un sistema educativo quebrado q1ue no dan más de sí. Lo semejante
se reconoce en lo semejante. Por eso existe la CUP y por eso existen
animalistas, partidos rarillos: porque hay gente para todo. Pero, francamente,
estar a favor del turismo, justo porque la CUP está en contra, me parece casi
tan desaprensivo e intelectualmente inane que la postura de este grupo.
Seguramente por chiripa y como producto
de las calores veraniegas, a falta de una actividad más convencional, la CUP –y
más que la CUP, uno de sus grupos, Arran– han optado por una campaña
antiturística. Hasta un reloj averiado, acierta dos veces al día la hora. Esto
nos induce a realizar una reflexión sobre el turismo y lo que significa.
Ahí tenéis un ejemplo de "huir de las grandes ciudades" para pasar un "buen verano".
“VIAJAR” Y “HACER TURISMO”
El turismo es un cáncer. Y lo
dice un viajero que ha recorrido buena parte del mundo ¿haciendo turismo? En
absoluto: turista es aquel que realiza un “tour”, un recorrido, habitualmente
recomendado o contratado por un “tour–operador”. El “turista” es un producto de
la sociedad de masas. Alejandro Magno, recorriendo Asia, o Colón camino de las
Indias, no podrían ser considerados como turistas, ni yo lo soy cuando evito
destinos masificados, de moda o simplemente promocionados a buen precio.
Viajar
es una cosa: supone conocer el mundo, visitar, observar y aprender cómo son y
lo que se cuece en otros países. No es llegar a un puerto, desembarcar, estar
cuatro o cinco horas, reembarcar y así durante diez días, tal como se hace en
los cruceros de pulserilla tan en boga en nuestro días (los hay de 5.000 pasajeros, se ha botado uno de 7.000 y se han
diseñado para dentro de unos años, otros de 10.000… si esto no es un hormiguero
flotante, se le parece). Viajar es estar y observar, no es llegar en avión,
irse directo al hotel, rebozarse con protector solar, irse a la playa, comer,
dormir y en las noches discotequeo ruin hasta cinco minutos antes del coma o el
infarto.
El turismo es una actividad esencialmente masificada que sigue flujos
concretos determinados por la industria. Viajar es algo incompatible con la
masificación. Lamentablemente, viajar es algo que cada vez se puede realizar
menos, especialmente si uno está sometido a un trabajo fijo y a unos ciclos de
vacaciones veraniegas establecidos e inapelables. Afortunadamente, para viajar
tampoco hace falta irse tan lejos: cerca nuestro existen lugares desconocidos
de belleza insólita y serenidad sin límites.
TURISMO = MASIFICACIÓN
En principio estoy contra el
turismo porque se trata de una actividad masificada. Huyo de la masa como huyo
de la peste. Recomiendo ir a la playa a primera hora (yo lo hago todos los
días) de 9 a 10, prácticamente no hay nadie. Nunca se me ocurriría ir en horas
de mayor masificación que, por cierto, coinciden con la mayor radiación solar y
con su mayor peligrosidad. Y luego, es posible volver a partir de las 19:00
horas, cuando el sol se oculta y es en los momentos en los que la brisa marina
refresca. Las playas a esas horas suelen despoblarse. Tomad nota. Por otra
parte, nada tan inútil como “tomar el sol”: el sol no se “toma”, te da o no te
da. Y te puede dar caminando y haciendo ejercicio. Nada tan pasivo como
tenderse sobre la arena, vuelta y vuelta, sin hacer absolutamente nada durante
horas. La playa es para hacer un ejercicio imprescindible: natación, nadar en
el mar no es nadar en una piscina clorada, os lo aseguro. Además de ser un
ejerció menos brutal que levantar pesos o machacarse a base de footing, se
absorben iones de agua marina ricos en minerales y se cultiva resistencia,
esfuerzo y dureza. ¿Vais a la playa? Nadad, malditos, nadad. Porque si
solamente vais a “tomar el sol”, cabría decir que en la azotea de vuestra casa
o en un parque público delante del trabajo podéis hacerlo, no se requiere ir a
un paraíso turístico masificado para practicarlo.
El turismo, como digo, no es más
que un fenómeno de masas en el que el individuo, tan anónimo como el grano de
arena de la playa, trata de imitarlo: si no se ve rodeado de miles como él que
hacen lo mismo que él, se siente desgraciado e incómodo. El turista es siempre
un individuo (no una persona: la persona tiene rostro, el individuo es anónimo)
en manos de otros que diseñan su ocio, como se troquelan piezas o se produce en
serie. Si uno rechaza la modernidad y todo lo que implica, rechazará
necesariamente “hacer el turista”. Además, si gusta viajar, todavía existen
momentos, tiempos y destinos para hacerlo: no es preciso pasar bajo las horcas
caudinas de los “tour–operadores”.
En defensa del porro ante la Genberalitat... a pesar de que la política catalana muestre que probablemente se fuman más canutos dentro del Palau de la Generalitat como fuera
EL TURISMO EN LA ECONOMÍA
Tal sería la primera cuestión: no
me gusta el turismo, porque no me gusta lo impersonal, anónimo, sin rostro, ni
la actitud de quienes renuncian a ser ellos mismos y ponen su odio en manos de
terceros. Que el diablo y las estadísticas se los lleven, que diría Nietzsche.
Ahora bien: el turismo –se dice– es un negocio, una industria de la que
dependen millones de puestos de trabajo. Es, por tanto irrenunciable. Veamos
esta línea de argumentación.
El turismo empezó a ser negocio
durante el franquismo. A partir de 1960, un año después de la nueva ley de
inversión extranjera en España, se dio el pistoletazo de salida para que el
turismo, que hasta ese momento había ido llegando con cuentagotas, pasara al
modo riada. Debió ser en 1962 cuando se recibió al “turista un millón”. Ahora
ya ni se cuentan, pero vamos por los 75-80 millones anuales y a un ritmo de
crecimiento del 5% hasta 2050. Es decir, que en torno a mediados de siglo
vendrán a España 150 millones de turistas extranjeros. Así pues, si usted
quiere dedicarse a una actividad lucrativa, dedíquese al turismo. ¿Para qué va
a cursar su hijo o usted una ingeniería industrial, para qué una carrera
tecnológica de alto valor añadido o una humanística de valor cultural:
entrénele y entrénese para servir copas, hacer camas, limpiar habitaciones y
pinchar discos. Enséñele las cuatro reglas de media docena de idiomas y lo
tendrá preparado para dar la bienvenida a gentes de no importa qué origen.
Algún tontopollas (expresión granaína extraordinariamente elocuente)
rechaza el turismo “porque es franquista”. Quien lo hace, seguramente es más
superficial que el sentido del humor de Freddy Kruger. En el fondo, el turismo
sí fue, originariamente, “franquista” (tanto como la sopa de ajo o el vino en
tetrabrick), pero los tecnócratas del franquismo eran lo suficientemente
inteligentes como para saber que se trataba de un negocio de muy bajo valor
añadido y que solamente podía coexistir con otros sectores que rentaban mucho
más beneficios con menos esfuerzos: por eso se construyó una petroquímica en
Tarragona, por eso había altos hornos y astilleros en las costas, por eso el
Instituto Nacional de Industria hizo lo que correspondía a su nombre
(industrializar el país), por eso se abordó el Plan Badajoz o las políticas de
concentración parcelaria y, por eso, finalmente, Franco, inauguraba pantanos
con la misma frecuencia con la que hoy los presidentes de comunidades autónomas
y alcaldes de las grandes ciudades inauguran orgullosos carriles bici. Para el
franquismo, hay que recordarlo, el turismo era uno de los puntales de la
economía nacional, pero no era ni el único, ni siquiera el más importante.
Había otros.
Tal es la diferencia: hoy le
quitas a la economía española el turismo y, simplemente, se derrumba. El paro
ascendería bruscamente a los 8.000.000 y los ingresos del Estado descenderían
un tercio. No hay otros sectores de sustitución, ni siquiera otros puntales de
la economía (salvo, claro está, la especulación). El problema no fue del
franquismo, sino de los que llegaron luego y muy especialmente de quienes
negociaron el Tratado de Adhesión de España a la Comunidad Europea que nos
situaron en la periferia de Europa, como “nación de servicios” y uno de ellos
era el turismo. Ni siquiera hemos logrado ser –como aspiraba Aznar– el geriátrico
de Europa. Los extranjeros jubilados que llegaron aquí en los 90 y en los
primeros años del milenio, están abandonando el país y el flujo se ha
interrumpido: demasiado caro, demasiado inseguro, demasiado sol, demasiado
chorizo, demasiadas colas en la sanidad, demasiado pasotismo, demasiado colgado.
Además hay otros horizontes más serios y fuertes: el Adriático, especialmente.
Después de la reconversión industrial (es decir, tras el holocausto industrial)
sólo nos ha quedado el turismo. Nada más que el turismo.
Pensemos en una ciudad como Barcelona:
está completamente dedicada al turismo, no hay más industria que la turística,
ni más inversión que en ese sector. La ciudad, que empezó a estar de moda
cuando los Mundiales de Fútbol de 1982 y luego con las Olimpiadas celebradas
diez años después, convirtiéndose al monocultivo turístico con el ayuntamiento
nacionalista. Hoy, Barcelona sólo tiene ingresos por esa parte. Si, por una
circunstancia dramática, el flujo turístico cesara bruscamente (y puede
ocurrir: una epidemia, algún asesinato truculento de impacto internacional,
atentados yihadistas, inestabilidad política y conflicto civil, todo ello
verosímil), la Ciudad Condal luciría como Detroit: con la mala hierba creciendo
en las calles y edificios comerciales abandonados.
Así pues, el segundo problema es
que nuestra economía hoy depende del turismo y su columna vertebral es ese
sector y no otro. Si hay que buscar un responsable ese es Felipe González, sin
ninguna duda: fue él, a fin de cuentas, quien firmó el acta de adhesión a la
Comunidad Europea. Establecida la responsabilidad vamos a otro tema: ¿quién diablos
viene a éste país? ¿Hay un perfil mayoritario del turista?
Los límites del mal gusto hace tiempo que se han sido superados por el turismo de aluvión, chancleta, garrafón, balconing y porrtito.
TURISMO DE BAJO NIVEL
Basta mirar los ojos y ver: cada
año el turismo tiene un nivel –cultural, social, educativo- más bajo. No puede
extrañar: los tour operadores, a fin de atraer a más y más millones de
turistas, se ven obligados a rebajar precios, hasta que llega un momento que,
prácticamente está al alcance incluso de los que viven de la caridad pública. Y
no digamos de los colgados. Hay que recordarlo: hay países que atraen turismo
con la perspectiva de la sexualidad (Thailandia, Cuba, la República Dominicana),
son verdaderos burdeles (y es triste que el mundo te vea como un burdel). No es
el caso de España, desde luego, pero sí que una parte sustancial del turismo,
especialmente el que viene a Barcelona, está atraído porque aquí se puede hacer
lo que en el país de origen está prohibido o nadie se atrevería a hacer. Fumar
porros, por ejemplo. En Francia no hay grow–shops, pero solamente en torno a
las Ramblas barcelonesas hay 400 clubs de cannabis a precios más baratos que
los holandeses… ¿Se entiende el por qué cada año hay más accidentes de tráfico,
muertes por balconing, y este año un número espectacular y desmesurado de
ahogados (¡casi 300 en lo que va de año!)? Se fuma demasiado porro, se consume
demasiado alcohol y se realizan mezclas de alcohol, anfetas, porros, coca, sin
que a nadie le preocupe absolutamente nada. Está banalizado. Algún pijo–guay
dirá que el porro no es peligroso y que el tabaco lo es más… sí, claro, pero el
tabaco no induce a la somnolencia, ni genera psicodelia, en cambio un canuto
bien ligado sí. ¿Se ve la diferencia? ¿Se entiende porque hay más accidentes y
lo que llega es más conflictivo? Gente incapaz de controlarse, incapaz de tener
sentido de la medida, bebe sin límites y lía porros trompeteros igualmente sin
límites.
A pesar de que en nuestro país
hay muchas cosas para ver y para maravillarse, lo esencial de los recorridos
turísticos no va por ahí: va, simplemente, por el modo de diversión y ocio de
más bajo nivel, lo más cutre, simplón y bobo. Y estas cosas son selectivas y
excluyentes: zonas como Salou jamás de los jamases recuperarán un turismo de
calidad: se ha producido una selección a la inversa, el turismo de balconing,
borrachera, meada fácil y amante de la peor música, domina y ha excluido por
completo, un turismo algo más exigente. Así pues, podríamos ofrecer turismo en
zonas desérticas del país, a condición de que instaláramos redes de clubs de
cannabis, pipis-can, unos pocos toldos bajo los que dormir la mona, paradetas
de venta de latas de cerveza a menos de treinta céntimos y puntos de venta de
garrafón. Buena parte del turismo que viene aquí es eso y no otra cosa lo que
buscan. No somos el burdel de Europa pero si el fumadero de canutos. Podéis
estar orgullosos.
¿Puede sorprender el que un joven
británico que cobra una paga del Estado se vuelva, literalmente, loco cuando ve
en los supermercados DIA latas de cerveza a 0’26 céntimos, cuando en su país,
una calidad similar está a libra y media? La solución sería elevar los
impuestos del alcohol… ejem, no fastidiemos: seríamos nosotros, los autóctonos,
los primeros afectados. Sí, porque, en el fondo, el turismo genera también
efectos perversos sobre las poblaciones autóctonas: lo paradójico es que cada
vez se baja más y más el listón para abrir fronteras a un turismo de nivel
cultural, económico y educativo más bajo –de hecho, ya estamos próximos al
“España = paraíso turístico para indigentes culturales, económicos y sociales”–
y, sin embargo, el coste de la vida cada vez sube más para los habitantes
autóctonos. Esto se nota, por ejemplo, en Barcelona: un café todavía debería
costar menos de un euro, sin embargo, en el extranjero es mucho más caro, por
lo que los hosteleros avispados tienden a elevar el precio hasta el límite en
el que sigue siendo barato para el turista (que lo compara con el de su país),
pero es el doble de caro que el autóctono estaba dispuesto a pagar. Y es que,
los hosteleros, normalmente, tratan a todo el que aparece en su
establecimiento, nacional o extranjero, como turista.
La alternativa parece, a un lado el burkini, a otro el emputecimiento
LO QUE TIENE SER LA PERIFERIA
EUROPEA
Para colmo, las nuevas
tecnologías que han impuesto nuevas fórmulas de negocio y de viaje, ya no en
hoteles estandarizados y masificados, sino en habitaciones de apartamentos, han
generado en la Ciudad Condal una subida del precio de la vivienda y de los
alquileres del 20%. Edificios del Ensanche barcelonés que hasta ayer estaban
habitados por familias en régimen de alquiler, han sido desalojados y
transformados en hoteles informales y fuera de todo control. No es que estén
siendo explotados por particulares (estos están penados por un ayuntamiento que
prefiere machacar a los pequeños propietarios) sino por los grandes trust
hoteleros e inmobiliarios que han apostado por esta fórmula libres para vaciar
edificios, sin preocuparse de quien los habita temporalmente, ni se alarmen por
el bajo nivel cultural y de educación de los turistas ocasionales. Los
propietarios de estos trusts y grandes empresas no viven en esos barrios: es el
barcelonés medio el que debe bregar con esta barbarie ante un ayuntamiento
indolente y preocupado por los carriles bici, por el orgullo gay, subirse
disimuladamente los sueltos, colocar a los cuñados y recaudar diariamente
mediante las multas de aparcamiento.
Tal es la perspectiva. El
panorama es odioso. Es el precio de haber renunciado a cualquier actividad
industrial o agrícola, aceptando ser la periferia de Europa y permanecer mudos
ante la precarización de la vida y la invasión turística (que se une a la
invasión de la inmigración). Los beneficios económicos que puede reportar el
turismo no tienen compensación con los prejuicios que ha aportado y está
aportando a la mayoría de ciudadanos. Prejuicios que, especialmente podrían
haberse evitado si España no fuera como es hoy un monocultivo turístico (PP y
PSOE, junto con la extinta CiU, al alimón son los CULPABLES; no vayamos ahora a
olvidarlo y echemos la culpa al franquismo o a los visigodos). Lo peor es que
España no es otra cosa: es solamente eso y nada más que eso. Cada vez más, ante
una administración depredadora, el perfil del país será ese: destino turístico
masificado para turistas poco o nada exigentes, de botellón y de chancleta, de
disco playera y de garrafón, un turismo que de música conoce el Despacito y la canción del verano, algo
de hip-hop y el rap es demasiado intelectual para ellos, y que ve en España el
país en donde se fuman los porros más baratos de toda Europa.
Protestas inútiles que llegan tarde y que son flor de un día y protagonizadas por ciudadanos que todavía creen en Papa Noel.
ABOCHORNADO DE SER ESPAÑOL
Siento vergüenza de mi país y de
esto en lo que lo han convertido. Abandonad toda esperanza: esto no tiene
remedio. Ya es imposible cambiar la estructura económica del país, sin que todo
se derrumbe. Lo oís: es tarde para imprimir cualquier cambio de rumbo. Además,
para hacer alguna reforma en profundidad, haría falta POLÍTICOS, y esto hace
décadas que han desaparecido sustituidos por individuos coriáceos que sólo
buscan agradar a los medios, llamar la atención del electorado quince días
antes de las votaciones y subirse los sueldos. Lo que tenemos son parásitos
ciegos y oportunistas, cuyas políticas no cambian; en absoluto “políticos”. Lo
único que cambian son sus actitudes: antes y después de llegar al poder.
Observemos que la Colau, por ejemplo, lleva ya dos años y pico en el poder y en
este tiempo, los procesos de desplome de la ciudad por presión turística, se
han acelerado hasta alcanzar velocidad asindótica. Lo que ha hecho la Colau, en
la práctica, ha sido llegar al último extremo de las políticas anteriores de
los gobiernos tripartidos y nacionalistas del ayuntamiento. Y eso que iba de
protestaría y contestona. Suele ocurrir que los más “rebeldes” terminan siendo
los que antes se aclimatan a los vientos que soplan de los trusts turísticos y
de las inmobiliarias.
¿Se puede hacer algo? Sí, irse. A
Barcelona y a otras ciudades de entidad similar les queda mucho por sufrir. No
desde luego a las piedras que, a fin de cuentas, son tan indolentes como las
administraciones, sino a los ciudadanos autóctonos. Para abordar las reformas
necesarias no hacen falta partidos, ni referéndums, ni siquiera elecciones.
Hacen falta superhombres en el sentido nietzscheano del término. Y esto, hace
mucho que desaparecieron. Por primera vez en la historia de España, estamos
ante una acumulación de problemas de tal magnitud que comprometen y hacen
difícil la subsistencia de nuestra sociedad y ante los cuales no puede
aplicarse ninguna solución que corrija, ni siquiera que retrase los tiempos del
hundimiento. Sin olvidar que no existen grupos sociales en número y con
capacidad suficiente para reaccionar y capitanear un enderezamiento de la
situación digno de tal nombre y que no sea una mera portada mediática (¿os
acordáis de los “indignados”? pues bien, ese es el límite máximo de lo que
puede dar el rechazo a lo existente).
Abandonad toda esperanza: esto es tierra quemada.
BARCELONA IS DETROIT, IS NOT NEW-YORK
A diferencia de los chicos de la
CUP, yo que soy más “anti–turismo” que ellos (y además, sé porqué lo soy),
estoy, así mismo, persuadido que el problema carece de solución: la alternativa
a una Barcelona no turística es, hoy, tal y como están las cosas, Detroit. No,
como pretendía Maragall y aquella generación de socialistas alucinados y
vividores que asumieron el control de la ciudad desde la transición, hacer de
Barcelona una ciudad fashion, la Nueva York del Mediterráneo, sino más bien la
Detroit de nuestro horizonte. Eso, o en el mejor de los casos, convertir a BCN
en una ciudad de inmigración, la nueva Marsella, No hay salida, insisto: el
foso es demasiado profundo como para que algún modelo económico pudiera aportar
los ingresos que traen 80 millones de turistas. No hay sectores económicos que
puedan absorber los 8.000.000 de parados que se generarían con la liquidación
del sector turístico, ni siquiera con un leve redimensionamiento. No hay, pues,
solución, si de lo que se trata es de seguir las leyes de la lógica. ¿Atacar al
turismo? ¿Para qué? Seguirán llegando. ¿O es que creéis que un borracho inglés
renunciará a cervezas a 0’26 céntimos o un colgado francés hará ascos a porros
para todos los colegas a 20 euros en cualquier club de las Ramblas o aledaños
simplemente por el hecho de que unos nanos le hayan pintado el autobús
turístico o unos vecinos airados le hayan increpado en un idioma del que no
conoce nada?
Un par de consejos: los que podáis,
preparar las maletas. Si os quedáis en España, vais a asistir al declive cada
vez más acelerado de un país y de una sociedad. España está peor que cualquier
otro país europeo. Os lo aseguro porque conozco muy bien Europa. Se dirá que en
Grecia están peor todavía. Sí, es verdad, pero, al menos en Grecia saben por
qué están mal, son conscientes, han reflexionado y se han producido cambios –no
los suficientes, pero sí que hay grupos de protesta, a derecha e izquierda cuya
existencia es elocuente y, sobre todo, el ciudadano medio tiene alguna
conciencia de lo que ha ocurrido–; por el contrario, en España, ni siquiera se
es capaz de reflexionar sobre nuestro hundimiento, a qué se debe y quiénes son
los responsables. De hecho, resulta significativo que hayan sido los “intelectuales”
de la CUP, los que han tomado la bandera de la protesta anti turística en estos
momentos de preocupación pre-referéndum. Pensar cómo salir es ocioso cuando
todavía la población no ha constatado que está en una sima.
No creo que sean de recibo las
campañas de los borrokas catalanes. Y no porque la industria turística no
precise un tirón de orejas (precisa mucho más que un tirón por cierto), sino
porque no hay alternativa: la actual dinámica es mala y va a peor, la propuesta
por la CUP es torpe, limitada, ciega y supone un doble salto mortal: Barcelona
sin turismo, bien ¿y de qué vive una ciudad que solamente tiene al turismo como
actividad? Y lo contrario, seguir como estamos, es insoportable y, no os quepa
la menor duda, la situación se irá degradando cada vez más. No hay solución,
salvo el pataleo y el ir preparando las maletas hacia horizontes más
agradables. Porque viajar implica conocer otros lugares y pronto se entiende
que cualquier lugar es bueno para vivir, con tal de que tenga una economía
diversificada, un nivel de educación aceptable y un sistema educativo y
sanitario como el que hace décadas resultó destruido en España. Y, países de
este tipo aún quedan. Afortunadamente. Podría repetirse lo de que “me duele
España”, pero es porque me duele hasta lo insoportable, que la única forma de
sanar es la lejanía. Esto es tierra quemada. Y si alguien me demuestra lo
contrario, me alegrará, francamente.